Era primeros de noviembre del pasado año, hace apenas cuatro meses, cuando el Ayuntamiento de Murcia anunciaba su intención de aspirar a conseguir el galardón que otorga la Comisión Europea desde 2010 a Capital Verde Europea.
El concejal de Desarrollo Sostenible y Huerta, Antonio Navarro Corchón, explicó que esta distinción proporcionaría “muchos beneficios”, como el aumento del turismo y del perfil internacional, redes y nuevas alianzas, nuevos empleos, mayor énfasis en proyectos ambientales a través de patrocinios y subvenciones, así como la mejora de la cultura y las artes.
Algunos 'antipatriotas' dijimos que parecía una broma de mal gusto que una ciudad que superaba de manera cotidiana los índices de contaminación se postulara como candidata a un premio que, entre otras ciudades en Europa, en España sólo lo ha conseguido Vitoria, una ciudad que lleva lustros apostando por la sostenibilidad como seña de identidad. Sin ir más lejos, este fin de semana se ha activado la alerta 3 en toda la Región y para contrarrestar este grave problema de salud pública solo se han dispuesto medidas superficiales a base de recomendaciones y poco más.
En estos días, y según publicaba el diario La Opinión de Murcia, este mismo concejal de Desarrollo Sostenible daba la orden a la policía local para que no se hiciera nada contra las quemas agrícolas, contraviniendo la normativa autonómica al respecto y doblando la espalda ante las presiones de un puñado de huertanos que se negaban a acatar la ley en nombre de que la ciudad y la huerta aún no estaba preparada para erradicar una costumbre que está demostrado que daña el medio ambiente de manera brutal.
¿Se imaginan que nos hubieran dado el título de Capital Verde Europea 2022 y cuando llegase aquí la Comisión Europea, a entregarnos la medalla, estuviéramos en alerta por contaminación, quemando las podas de la huerta por los cuatro costados y para guinda, apareciendo nuevos peces muertos en el Mar Menor?
El único rincón de la Región de Murcia que se merece el título de Capital Verde va a ser el Mar Menor en los próximos días, cuando de nuevo se tiña de este color nuestra laguna. ¡Qué malo es el viento de lebeche! Todavía recuerdo a la futura alcaldesa de Cartagena echándole la culpa al Dios Eolo.
Estrategia de Adaptación al Cambio Climático, Estrategia de Mitigación del Cambio Climático, Estrategia Local del Vehículo Eléctrico. Estas eran algunas de las propuestas que el Ayuntamiento ponía encima de la mesa para conseguir el preciado galardón. Más aún, se ha configurado una Comisión que ayude a diseñar la Murcia de 2030, pero mientras eso ocurre seguiremos respirando contaminación, quemando la huerta con el beneplácito del ayuntamiento y haciéndonos fotos en Murcia Río, sin darnos cuenta de que cien metros río arriba las cañas de la última DANA siguen ahí, poniéndonos frente al espejo de nuestra realidad.
Era primeros de noviembre del pasado año, hace apenas cuatro meses, cuando el Ayuntamiento de Murcia anunciaba su intención de aspirar a conseguir el galardón que otorga la Comisión Europea desde 2010 a Capital Verde Europea.
El concejal de Desarrollo Sostenible y Huerta, Antonio Navarro Corchón, explicó que esta distinción proporcionaría “muchos beneficios”, como el aumento del turismo y del perfil internacional, redes y nuevas alianzas, nuevos empleos, mayor énfasis en proyectos ambientales a través de patrocinios y subvenciones, así como la mejora de la cultura y las artes.