Las segundas vueltas pueden ser de remontada y las elecciones en julio son una segunda vuelta del plebiscito municipal y autonómico al sanchismo presentado por el PP. El periplo de Pedro Sánchez por las televisiones y radios españolas puede pinchar la burbuja y no sé si le darán cuerda suficiente para darle la vuelta a las encuestas, arrestos no le faltan. Algunos de los que pedían que no hiciera campaña en sus autonómicas se andan arrepintiendo ahora; la cuestión no era que no saliera, es que tenía que haber salido más. La de vueltas que da la vida. Claro que no es lo mismo ser el presidente que ser el candidato. Las encuestas cambian con cada entrevista. Veremos que dice la foto final, las urnas.
En Murcia tenemos movilizaciones, el puente viejo es emblemático: su cierre, como la peatonalización de la Gran Vía, que durante algunos días han llevado todos los gobiernos, una promesa que lleva demasiado tiempo durmiendo el sueño de los justos ha levantado a la ciudadanía, joven y no tan joven. Ballesta no se ha dado cuenta que la ola que lo ha llevado al poder ha sido la del sanchismo y no tanto la gestión del anterior gobierno, aunque esto depende del acento que quieran ustedes poner.
El nuevo gobierno popular está atado a la solicitud de fondos europeos que comenzó con la primera parte de su gobierno y que desarrolló mediante el plan de movilidad el gobierno de Serrano. A este le fallaron los tiempos y la comunicación que solo mejoró al final de la legislatura. A pesar de ello, su sombra va a ser alargada para el gobierno de Ballesta. Los intentos de este último de boicotear el plan tienen un problema. El plan de movilidad pende una solicitud de fondos que figura en una orden del BOE, una interpretación nacional y una supervisión europea que no admite cambios y, si me apuran, muchas dilaciones.
El papel lo tienen ahora los expertos, que no son internacionales como nos vendieron, sino casi los mismos que estaban antes. Un problema de haber actas. Los nuevos llegan con fuerza y, por lo que leo por Twitter, han empezado a pedirles las actas de ahora y las de antes. Difícil cambiar de opinión. En la lista hay gente de mucha valía: Salvador, Roberto, que saben y entienden que sus manos están atadas administrativamente. Los cambios, como todos ellos saben, al margen de las puntualidades, están supeditados al plan diseñado, pero sobre todo a un futuro desarrollo legislativo que articule el transporte de la Región. La ingeniería medirá las frecuencias y la IMD, pero los tiempos que hacen posible la regulación de la inversión se miden en desarrollos legislativos. Vamos que nos hace falta como ley como la andaluza de 2003, por poner un ejemplo, sobre la ordenación de transportes y entidades metropolitanas para organizar de manera coherente la movilidad regional y de esa manera solventar la cuestión de las capitales regionales. Veremos que nos dicen los técnicos sobre esto. A ver si entre tantos son valientes, ponen los puntos sobre las íes y nos cuentan cómo vamos a construir y conectar la famosa estación intermodal municipal de servicio regional con un presupuesto municipal exigüe. Al final les va a hacer falta dirección política y regional.
Es curioso, la ciudadanía es reactiva a los problemas y tiene claro dónde quiere es ir, pero no es capaz de transformar estos en una voluntad política. Algunos piensan que, si los mismos que se manifiestan por no cerrar el puente viejo, lo hubieran hecho en las urnas, Ballesta tendría otra historia. La cuestión es que no lo hicieron y sobre esto va a tener que reflexionar quien queda en la oposición. Ahora bien, el PP sabe que la mayoría de sus votantes apoyan al plan de movilidad, no se llena una concentración solo con votantes de izquierdas. Todo ello con un Ballesta que sigue empeñado en no dar vuelta atrás, a sabiendas de que jurídicamente tiene un problema. Hay quien sugiere que esto es solo un paripé que se pasara cuando tengamos claro el Gobierno regional y pasemos el sarampión del 23J. No lo sé.
En todo caso, tengo clara una cosa, en esta Región hay una serie de dinámicas muy curiosas en cuanto a qué entra en la agenda política murciana. De este modo, hay gente que se rasga las vestiduras por lo que pasa en Madrid, pero es incapaz de ver lo que está pasando en su Región. Las cosas son así. Lo hemos visto con el caso de Rocío Saiz. Para que Murcia moviera un dedo, la noticia tuvo que ser nacional. Da para pensar.
Las segundas vueltas pueden ser de remontada y las elecciones en julio son una segunda vuelta del plebiscito municipal y autonómico al sanchismo presentado por el PP. El periplo de Pedro Sánchez por las televisiones y radios españolas puede pinchar la burbuja y no sé si le darán cuerda suficiente para darle la vuelta a las encuestas, arrestos no le faltan. Algunos de los que pedían que no hiciera campaña en sus autonómicas se andan arrepintiendo ahora; la cuestión no era que no saliera, es que tenía que haber salido más. La de vueltas que da la vida. Claro que no es lo mismo ser el presidente que ser el candidato. Las encuestas cambian con cada entrevista. Veremos que dice la foto final, las urnas.
En Murcia tenemos movilizaciones, el puente viejo es emblemático: su cierre, como la peatonalización de la Gran Vía, que durante algunos días han llevado todos los gobiernos, una promesa que lleva demasiado tiempo durmiendo el sueño de los justos ha levantado a la ciudadanía, joven y no tan joven. Ballesta no se ha dado cuenta que la ola que lo ha llevado al poder ha sido la del sanchismo y no tanto la gestión del anterior gobierno, aunque esto depende del acento que quieran ustedes poner.