'Murcianos con Historia' tiene como objetivo recordar y conocer mejor a los personajes históricos que han dejado su huella en la Región y más allá. Intentaremos sacar brillo a los logros de todos esos personajes ilustres por cuyas calles paseamos a diario sin tener ni idea de cuáles fueron sus méritos. En los textos intentaremos trazar la biografía de unos hombres y mujeres que, desde una pequeña tierra en el sureste de España, contribuyeron con sus aportaciones al desarrollo de la ciencia, la literatura, la política o el arte.
Polémica sobre Juan de la Cierva (III)
Sobre este blog
'Murcianos con Historia' tiene como objetivo recordar y conocer mejor a los personajes históricos que han dejado su huella en la Región y más allá. Intentaremos sacar brillo a los logros de todos esos personajes ilustres por cuyas calles paseamos a diario sin tener ni idea de cuáles fueron sus méritos. En los textos intentaremos trazar la biografía de unos hombres y mujeres que, desde una pequeña tierra en el sureste de España, contribuyeron con sus aportaciones al desarrollo de la ciencia, la literatura, la política o el arte.
En la diversificación de actividades del ingeniero, que verosímilmente se acentuó en la segunda mitad de agosto de 1936, lo que ha podido documentarse (y que servidor reinterpreta) es que hizo caso, como era lógico, a una orden de Mola para viajar a la Alemania nazi con el fin de aclarar la situación en materia de suministros. Hitler había decidido apostar por Franco. Sus emisarios llegaron a Berlín mucho antes que los de Mola, que se había basado en viejos contactos monárquicos generalmente de tipo comercial e industrial. Franco, desde Tetuán, apostó por la línea del partido, tras una primera aproximación por la vía de un militar conocido suyo. Es un tema sobradamente conocido.
El resultado es que Franco recibió armamento desde el exterior por dos vías. La alemana y la italiana. Esta última esencialmente por razones logísticas pues era más fácil enviar a Marruecos por vía aérea y marítima. A Mola no le quedó más remedio que aguantarse, aunque tras hablar con algún militar italiano logró que una pequeña parte se le remitiera a Vigo. Más tarde optó por hacer sus propios pinitos en Alemania. Lo que podía esperar era utilizar otras vías. No necesariamente las de los arsenales, sino las de los traficantes o mercaderes de armas. Las primeras las controlaba Göring rígidamente tanto en el plano militar como en el económico. Las segundas daban margen. ¿Quién era la persona de que Mola podía fiarse? Juan de la Cierva.
El hecho es que en septiembre Juan de la Cierva estuvo en Berlín. El 19, al día siguiente de su regreso a Londres, escribió a mano una carta a Mola en la que rindió cuenta de los resultados de su misión. Había sido un viaje azaroso que emprendió desde París y en el que, mientras dormía en el coche-cama del tren que lo llevaba a la capital alemana, intentaron robarle papeles y dinero. Es imposible saber si se trató de un caco o de otra alternativa.
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Antonio Luis Martínez Rodríguez
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