Paco Álvarez clavó hace escasos días su bandera en los restos del grupo parlamentario de Ciudadanos como su nuevo coordinador. El exnaranja tránsfuga que se opuso a la moción de censura contra el PP en la Región de Murcia renunció a su puesto de consejero de Empleo, Investigación y Universidades para acorralar en la Asamblea Regional a los dos diputados afines a Arrimadas, que se han quedado prácticamente sin margen para maniobrar. Álvarez ostentó la cartera durante 26 días, un corto espacio de tiempo que no le ha permitido dejar legado alguno.
La cartera cayó en manos de Valle Miguélez, otra de las tránsfugas naranjas ahora apodada 'superconsejera' por aglutinar los departamentos de Empresa e Industria y la portavocía del Gobierno, sumadas a las heredadas de su compañero. En poco más de un mes las competencias de Empleo, Investigación y Universidades han pasado por tres personas diferentes.
El exconsejero aseguró en su primera reunión del consejo de dirección, que él mismo presidía, que su objetivo era ser ‘continuista’ con las políticas impulsadas por su predecesor, Miguel Motas. Se desconoce qué iniciativas siguieron en funcionamiento y cuáles descartó, pero su intención era abrir nuevos caminos con el paso del tiempo. La realidad se impuso y su cese no le dejó más recuerdo que el de una rueda de prensa, un puñado de reuniones y unos cuantos ceses de cargos de confianza de Ciudadanos que abandonaron el barco del Gobierno regional para seguir las directrices marcadas por Ana Martínez Vidal.
“En sus primeros 10 días en la Consejería, Francisco solo procedió a realizar una ronda de presentación con los colectivos próximos a la Consejería, y un acercamiento al presupuesto que se había trabajado con Motas”, señalan a este medio fuentes de la administración regional. Del equipo anterior solo quedaron dos directoras generales, la del SEF (Servicio Regional de Empleo y Formación) y la de Investigación e Innovación Científica, que se negaron a dimitir después de que desde Ciudadanos se ordenara que todos los altos cargos cesaran de sus puestos. El resto de las direcciones generales quedaron paralizadas.
A la semana de nombrarle en el cargo, el exconsejero se reunía de manera presencial con el presidente de la patronal Croem, José María Albarracín, inaugurando así los encuentros con los agentes económicos y sociales de la Región que tuvieron mucho más recorrido. La semana siguiente se reunió por videoconferencia con el Consejo Asesor Regional de Trabajo Autónomo, donde se acordó solicitar una ayuda al Ministerio de Política Territorial y Función Pública para fomentar la creación de empleo autónomo en menores de 30 años inscritos en el sistema de Garantía Juvenil.
Álvarez mantuvo también contactos con la Universidad de Murcia, la Universidad Politécnica de Cartagena y la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM). Con el rector de la UMU habló en dos ocasiones: para abordar los presupuestos regionales y la asignación destinada a la institución educativa -sigue sin haberse aprobado-, y por los criterios en la asignación de plazas en la universidad. El 29 de marzo, Álvarez participó en la Conferencia General de Política Universitaria, presidida por el ministro Manuel Castell. Y siete días después, en su cuarta y última semana al frente de la Consejería, suscribió el proyecto ‘Jobs 2030’ para impulsar la transformación tecnológica. Al día siguiente cerró su etapa como consejero en su única rueda de prensa junto a la directora del SEF para valorar las cifras del paro.
Será la única foto que conste en los archivos del Gobierno regional de una comparecencia pública oficial siendo Álvarez consejero. Una etapa en la que parte de la actividad del área se fundamentó en los ceses de cargos del anterior equipo y su renovación, y en la que más de la mitad de la Consejería vio paralizados sus proyectos al descabezarse parte de sus direcciones generales.
Hasta que juró como diputado, Álvarez dedicó su vida profesional al área comercial en distintas empresas del sector agroalimentario y textil, con más de tres décadas de experiencia a sus espaldas. Llegó a ostentar el cargo de jefe de ventas del área del Mediterráneo de elPozo, donde trabajó desde 1991 a 2019. “Le han tenido que llamar la atención al presidente, decirle que o le relevaba de la cartera o se liaba parda, y por eso le han hecho dimitir”, barruntaban desde el entorno de Ciudadanos pocos días después de su cese.