Unidad y Humildad: la oportunidad de cumplir el mandato de la gente
Desde el 15 de mayo de 2011, son muchas las fotografías que la vida política de nuestro pasado más reciente nos ha dejado en la retina. Son muchos los cánticos y los lemas que se acumulan en la mirada y en los tímpanos de un pueblo que, a base de recortes y humillaciones por parte de los más poderosos, ha aprendido a movilizarse, a solidarizarse y a organizarse.
Desde las tiendas de campaña en las plazas, a las puertas de las casas, a la solidaridad de quien pone su propio cuerpo como última barrera de defensa entre familias sin recursos y comisiones judiciales representantes de la banca. A las mareas de defensa de la Sanidad, la Educación y otros servicios públicos a los que la política de austeridad quería convertir en un gran negocio. A los círculos en las plazas de nuestros pueblos y barrios. Toda esa energía que venía a impugnar el “orden natural” por el cual los privilegios de unos pocos se pagan con la pérdida de derechos y calidad de vida de la mayoría, llegó a las instituciones sin abandonar la calle y sin renunciar a la creencia de que sólo se puede cambiar la sociedad mediante la movilización y la organización de esa mayoría social.
El pueblo, casi siempre más sabio que sus representantes, ha sabido qué decir en cada momento. El grito “No nos representan” que se escuchó en las plazas durante las acampadas del 15M, constituía un análisis mucho más certero sobre nuestro sistema político que los artículos en los grandes medios de comunicación. El “Sí se puede” que se grita cada vez que se paraliza un desahucio es la respuesta a la gran mentira de que no se puede evitar la flagrante y clara violación sistemática de los derechos humanos en un país que se proclama democrático y europeo.
En el caso de Podemos, el “Unidad y Humildad” reclamado desde las gradas de un repleto recinto de Vistalegre durante una asamblea a la que se llegó en medio de un clima muy endurecido, fue más que una autocrítica a lo mal que se gestionó el debate interno, fue la expresión de un mandato nítido, una orden clara de la militancia. Necesitamos unidad y cohesión interna para encarar el gran reto que tenemos por delante.
En la Región de Murcia, pasados dos meses de la celebración de la II Asamblea Ciudadana, nos encaminamos hacia nuestro propio proceso democrático, que se celebrará a mediados de junio. Toca poner a punto Podemos para abordar la nueva situación política regional y renovar las estructuras internas tras dos años muy intensos.
Nuestras bases ya se han posicionado demando unidad, proyecto de Región, trabajo en común y transparencia.Tenemos la oportunidad y la obligación de cumplir lo que nos reclaman nuestras bases y el conjunto de la sociedad. Hagamos un proyecto común, fruto del debate sosegado y el diálogo. Cabemos todos y todas. En la Región de Murcia se dan las condiciones para lograr ganar al Partido Popular en las próximas elecciones autonómicas, implementando el proyecto que resultó elegido por los inscritos e inscritas del partido a nivel estatal. Pero ese camino que llevará a la salida del PP en 2019, será más sencillo si contamos con una formación en la que todos sus componentes remen en la misma dirección, superando cualquier enfrentamiento interno para conformar una candidatura ilusionante y plural, en la que todas las posiciones estén representadas y trabajen unidas. Todo con el único objetivo de mejorar la vida de la mayoría social a la que el Partido Popular ha condenado a la austeridad, al recorte de derechos, precariedad de servicios públicos y pérdida de libertades, y que ha relegado a nuestra Región a ser la cola de España en todos los indicadores sociales.
No podemos permitirnos perder la ocasión de generar una alternativa democrática, basada en la participación popular, que contribuya decisivamente a sacar a nuestra Comunidad Autónoma de la situación ruinosa a la que nos han traído los 22 años de gobierno del Partido Popular. Ese objetivo estaría más cerca si lográsemos, con generosidad y atendiendo a la pluralidad de Podemos, reducir los niveles de confrontación interna y presentar a la ciudadanía un partido cohesionado en torno a un proyecto ilusionante en el que quepan todos y todas. Un partido que quiere recuperar la participación del territorio a través de los círculos, espacios de encuentro y construcción social, reflejos de unidad y humildad y símbolos de la ilusión compartida. Esos son los mimbres con los que se tejerá el cambio social y político en nuestra Región.
Firman este manifiesto:
Fernando Miñana. Portavoz del Grupo Municipal Cambiemos Molina de Segura
Pilar Marcos. Portavoz del Grupo Municipal Cartagena Sí Se Puede.
Arcadio Martínez. Portavoz del Grupo Municipal Cambiemos Alcantarilla
Elia Olgoso. Portavoz del Grupo Municipal Águilas Puede.
Víctor Egío. Concejal de Alternativa por Santomera.
Ángel Tortosa. Concejal de Cambiar Las Torres de Cotillas.
Ángel Luis Hernández. Portavoz de Ganar Archena.