Al mismo tiempo que se publicitaban las fotos y el discurso del presidente Fernando López, las redes sociales del PP se esforzaban por mostrar el vídeo institucional ad hoc para el Día de la Región de Murcia (conmemoración del Estatuto de Autonomía).
Mientras, la vicepresidenta del Gobierno se descolgaba del relato oficial con su propio vídeo en la puerta de un parking. Y luego me preguntan que por qué me quejo de la asesoría de imagen en la política regional.
Quitando lo del parking y obviando que no se atreviera a hacer el vídeo en la puerta de la Consejería que gobierna o en la de San Esteban (estaba al lado), este movimiento solo puede sugerir dos cosas: o una improvisación (mal en política) o querer marcar perfil propio en un Gobierno que no sólo tiene aisladas las políticas de centro que reivindica Ciudadanos sobre el papel (y que nadie ha visto), sino que también tiene arrinconada a su número 2, la misma vicepresidenta.
Otro desencuentro que viene a sumarse a la larga lista de desaires que el equipo de comunicación del ejecutivo autonómico le genera al partido naranja, a quienes consideran como un mal necesario desde el catastrófico resultado que obtuvieron en el último ciclo electoral a finales de 2019. En las filas populares consideran que Ciudadanos ya no remontará cabeza y que la mayoría de sus votos serán absorbidos por lo que ellos consideran la “casa común” del centro derecha.
De ahí los movimientos de Arrimadas por jugar en la centralidad del tablero político a nivel nacional, y en el autonómico los esfuerzos del portavoz Juanjo Molina por desdecir al portavoz Joaquín Segado en casi cada sesión de la Asamblea Regional.
Alargar los tiempos
La estrategia consiste en alargar los tiempos, una vez que la dirección naranja de la calle Alcalá de Madrid, advirtió que no se iban a romper los gobiernos autonómicos en las cuatro autonomías donde sostienen al PP. Al menos no por su parte. Cuestión distinta es el empuje de Ciudadanos para que les echen, como ha pasado en la Comunidad de Madrid y que le ha costado a la presidenta Díaz una llamada a consultas con su presidente nacional Pablo Casado para certificar que no convocaba elecciones.
Con casi total seguridad eliminaremos de la escena la judicialización de la pandemia, sobre todo la vía penal, y con la misma solidez daremos por muertas las comisiones de reconstrucción (en Congreso y parlamentos autonómicos) que servirán únicamente como foro de reflexión y exposición de expertos, poco más. Y es así porque el gobierno de PSOE-Unidas Podemos también juega a alargar los plazos y en esta ocasión lo hará con la materialización del Ingreso Mínimo Vital (IMV) que en este 2020 no gestionarán las autonomías de régimen común (sí las forales, porque ya tenían un mecanismo análogo implantado) que sumado a la extensión de los ERTES y el resto de medidas paliativas darán oxígeno hasta finales de año. Tiempo suficiente para arrancar de Bruselas un buen paquete de iniciativas que, encuadradas en el Presupuesto UE 2027, permitan al Gobierno central llegar al final de la legislatura.
En este impasse y hasta que las cuentas entren en el Congreso de los Diputados, en la Región de Murcia los socialistas están prácticamente mudos. La orden de Diego Conesa de no polemizar con el Gobierno de la derecha alcanzó al mismísimo Delegado del Gobierno, José Vélez, habituado a subir el volumen del discurso del PSOE y que, como muestra un botón, ni siquiera ha contestado a los cuchillos lanzados por la bancada popular por no asistir a la comparecencia pedida en el Parlamento en Cartagena.
La única presencia del primer partido de la Región de Murcia ha sido la escalada de 'memes' y eslóganes que repiten los acuerdos y logros de Moncloa, sobre todo los referidos a los créditos ICO para pymes y la ayuda a los autónomos, junto con una frase esculpida en piedra: “Es la primera vez en democracia”. Así seguirán hasta el día 21 de junio, final del decreto del estado de alarma y será entonces, y solo entonces, cuando materialicen varias de las iniciativas pendientes. La de mayor peso: tumbar la ley de protección del Mar Menor, el mayor atentado ambiental y legislativo que nuestra autonomía haya visto desde la económicamente inviable ley del suelo.
Pero la coalición PP-Ciudadanos también tiene su propio discurso preparado y será, de manera escalonada, cómo se realiza el reparto de los fondos públicos destinados a las autonomías, empezando por los 16mil millones que el pasado domingo formalizó Pedro Sánchez en la conferencia de presidentes. Habrá más de aquí a finales de año, pero hay que esperar a Bruselas.
Uno de los responsables de comunicación de la calle Princesa avisaba: “Si esto dura mucho más nos van a barrer”, en referencia a los plazos de desescalada. No era el único. Todos los equipos de prensa de los partidos están ansiosos por volver al tradicional rollplay en el que se han educado. Parece, al menos de momento, que poco han aprendido de las necesidades informativas que los medios, y también los ciudadanos, precisamos en la también grabada en piedra “nueva normalidad”.
Acabamos de vivir un 9 de Junio, Día de la Región de Murcia, atípico por la puesta en escena, con tan solo unos cincuenta asistentes y con un discurso de Fernando López que otorgó la Medalla de Oro a toda la ciudadanía elogiando a los trabajadores esenciales que durante la pandemia nos mantuvieron sanos y salvos y que, en el acto institucional, desacertadamente fueron sentados en la última fila. ¿Lo que les dije de la asesoría de imagen?… Pues eso.