El nuevo Juntamento General Ordinario celebrado esta semana en el salón de actos del edificio Moneo volvió a mostrar las posturas enconadas entre la directiva de la Junta de Hacendados y los componentes de la asociación por la conservación de la Huerta de Murcia. Sin llegar a los momentos de tensión vividos el año pasado –cuando se produjo el desalojo del portavoz de la asociación, Pedro Fernández-, las medidas aprobadas recibieron una fuerte contestación.
La venta para este año de una importante cantidad de agua –aproximadamente 8 Hm3- destinada a los regantes de Águilas y Mazarrón, supone la repetición de una venta similar realizada el 2014 y que ha proporcionado a la Junta importantes ingresos a cambio de reducir el caudal circulante en las acequias. Algo que, según han denunciado miembros de Huermur, empieza a provocar las quejas de diversas comunidades de regantes situadas aguas abajo, concretamente las de Callosa y Catral en la vecina provincia de Alicante.
Diversos hacendados vinculados con la referida asociación criticaron la falta de publicidad del Juntamento, al cual asistieron poco más de cien personas de un total de veinte mil miembros. Insistiendo igualmente en la escasa legitimidad que otorga el imperante sistema de delegación de voto, por el que determinados hacendados cercanos al presidente Sigifredo Hernández dicen representar a centenares de regantes de cara a aprobar una venta de agua que la gran mayoría desconoce, sin aportar la pertinente documentación que demuestre dicha delegación.
En las mencionadas cuentas para este año, gran parte del dinero proveniente de la venta de caudales se invertirá en multiplicar los polémicos entubamientos de acequias. Cerca de 300.000 euros serán utilizados para tal fin en 2015, similar a lo acontecido el año anterior donde, según datos aportados por la propia Junta, 7 kilómetros de cauces de la red tradicional de regadío fueron cimbrados, desapareciendo ecosistemas y paisajes de gran valor ecológico e histórico.
Por contra, apenas 40.000 euros del presupuesto serán destinados a la recuperación de alguno de los numerosos Bienes de Interés Cultural que pueblan la huerta y que se encuentran en ruina o en un estado de total abandono.
Para Huermur, los entubamientos realizados hasta el momento carecen de la pertinente licencia municipal, por lo que anuncian nuevas acciones legales al respecto ante el incumplimiento de la normativa por parte de la presidencia de la Junta de Hacendados.
El enfrentamiento entre dos modelos opuestos de entender la huerta tradicional sigue plenamente activo en un momento crítico para la conservación de este paisaje milenario en peligro.