En el Entierro de la Sardina de Murcia, que se celebra como colofón el sábado de la Fiestas de Primavera, las únicas mujeres que montan en las carrozas están hechas de cartón piedra. Y es que, pese a que trabajan por la organización codo con codo con los hombres, el honor de repartir juguetes a las miles de personas que jalonan el recorrido por la capital murciana está reservado solo a los miembros masculinos de los grupos sardineros.
Una empresaria de la Región intentó crear el primer grupo sardinero compuesta solo de mujeres en 2017: “Veíamos que los valores en los que está basado el Entierro de la Sardina son anticuados y retrógrados”. Junto con otras mujeres intentaron crear su propio grupo sardinero, pero asegura que se encontraron con la resistencia de la Agrupación Sardinera, que administra el evento. “Cuando intentamos crear el grupo nos contestaron que no había posibilidad de crear más y que estaban todos llenos”, denuncia. Durante esa época, la Agrupación de Sardineros tuvo reuniones para tratar el tema, pero según la empresaria desde la Agrupación le insistieron en que los grupos son “de hombres para hombres”. “He tenido discusiones con sardineros que solo tienen 25 y 30 años y tienen esa misma mentalidad que los miembros más mayores. Eso sí que es gordo, chicos jóvenes que piensan que la mujer se tiene que quedar en casa con los niños mientras ellos se van de fiesta con los amigotes”, lamenta.
“Hay una limitación de grupos, pero se puede ampliar o reducir. Entiendo que en ese momento puede que el cupo estuviera cubierto, pero no creo que se les dijera que no por el hecho de ser mujeres. Los estatutos no lo impiden”, apunta el sardinero Pablo Ruiz Palacios. “En mi grupo, Centauro, las mujeres participan en todos los actos, menos en la subida de la carroza”, apunta.
Celebración pagana
La fiesta de la capital del Segura, declarada de Bien Turístico Internacional y con más de 170 años de historia, consiste en un desfile con 23 carrozas tripuladas por los grupos sardineros, bandas de música y bailarines que tienen como colofón la quema de la Sardina. Celebran la prohibición de comer carne en el fin de la cuaresma y la llegada del tiempo de la libertad con “tintes carnavalescos”. De hecho, el origen se remonta a 1851, cuando un grupo de estudiantes vestidos de negro y portando utensilios de cocina recorrieron la ciudad portando un féretro a hombros con una sardina para posteriormente quemarla tras el carnaval. En otras zonas de España, la sardina es lanzada al mar para asegurar la repetición de dicha fiesta.
“Es una celebración pagana, la otra cara de la moneda, en vez de santos se celebran los dioses del olimpo como Ulises, Polifemo, Eros u Odín”, explica un sardinero. “A principios de siglo pasado salían mujeres desnudas que venían de la prostitución en las carrozas porque se celebraba el fin de la abstinencia, pero hubo un incendio y murió alguna, así que aquello desapareció”, abunda.
“En el nacimiento de la fiesta hace más de 100 años el que controlaba el dinero era el hombre, y la mujer se quedaba en casa con los niños. Hoy en día hay un montón de empresarias y de altas ejecutivas en Murcia que tienen el capital para poder mantener un grupo sardinero”, señala una de las impulsoras de la iniciativa para que las mujeres se sumaran al desfile en las carrozas. La inversión para pertenecer a una agrupación sardinera es significativa, dependiendo de la actividad del grupo a lo largo del año, un miembro puede gastarse entre 2.000 y 3.000 euros. “Esto incluye la cena, los juguetes y el precio de la carroza. También depende de lo que cada grupo consiga ganar en publicidad de patrocinadores”, abunda la empresaria.
La promotora de la carroza de mujeres cree que la tradición del Entierro de la Sardina se ha mantenido exclusivamente masculina durante demasiado tiempo: “No entendemos por qué solo hay sardineros, las mujeres a las que dejan desfilar -las viudas- están casadas con los miembros de las agrupaciones”, señala.
Aunque estas empresarias no tuvieron éxito en su intento de crear una agrupación de sardineras, esperan que su iniciativa inspire a otras mujeres. “No conozco más proyectos de mujeres. Nosotras fuimos quizás las primeras que la Agrupación Sardinera vio que podrían dar fruto el proyecto”, recuerda la ejecutiva, que destaca que hubo hombres que apoyaron la iniciativa en su momento, aunque “con la boca pequeña”: “No lo han dicho de forma abierto, no ha habido ningún valiente”.
En 2019 el Grupo Plutón sí que puso de manifiesto el hecho de que las mujeres fueran “miembros de pleno derecho” y pudieran subirse a las carrozas.
Bartolomé, miembro del Grupo Ulises, explica que el hecho de que las mujeres se incorporen “depende sólo de los componentes de cada grupo. Si se ha ido un componente de un grupo, se podría votar que entrara una mujer en su lugar porque esto va por antigüedad”. En el Entierro Infantil, que se celebró el pasado miércoles, participan tanto niños como niñas de 4 a 12 años en todos los aspectos del desfile. “Cuando las niñas lleguen a los 18 años pues seguro que se incorporan a las carrozas”, añade Roberto, miembro de este mismo Grupo.
Doña Sardina, una excepción
Entre las pocas mujeres que se han montado en las carrozas del Entierro de la Sardina en los desfiles previos del viernes por la noche de la lectura del testamento o el sábado por la mañana se encuentran las periodistas María Pina y Eva Abril y la actual alcaldesa de Cartagena, entonces portavoz del Gobierno regional, Noelia Arroyo. Lo han hecho como Doña Sardina, una figura que no se creó hasta 1988, complementando a la del Gran Pez. “Soy respetuosa con las tradiciones y estoy muy agradecida. El viernes por la tarde estaré encima de una carroza repartiendo juguetes a todos los murcianos y a quienes nos visitan de fuera”, apunta la periodista Carmen Conesa, Doña Sardina 2023. El sábado por la noche verá el desfile final acompañada por la corporación municipal desde el balcón del palacio del Almudí.
La periodista María Pina coincide: “Estoy muy agradecida por haber sido Doña Sardina porque es una fiesta que he seguido desde bien pequeña y, como murciana y amante de las fiestas de primavera, para mí supuso un gozo y un honor”. El viernes por la tarde también se volverá a subir a la carroza junto con Carmen Conesa y Paloma Jáudenes, entre otras mujeres.
El antiguo concejal murciano del PCE Pedro Antonio Ríos recuerda cómo en 1981 la fallecida concejala del PSOE María del Carmen Lorente “se agachó” dentro de la carroza que entonces salía con los representantes del Ayuntamiento capitalino el mismo sábado del Entierro y “una vez que esta echó a andar ya se puso de pie y empezó a repartir los juguetes como los demás concejales”. “Fue la primera mujer que se subió a una carroza y lo pudo hacer por la connivencia de los concejales. No podría haberlo hecho en ninguna otra”, subraya. A partir de 1982, además, empezaron a recibir “subvención del Ayuntamiento”, explica. “Esta fiesta nació como verbenas populares de los barrios que después se transformaban en carrozas”.
El reparto de juguetes desde las carrozas del Entierro de la Sardina no es el único aspecto festivo protagonizado exclusivamente por hombres en España. El descenso del Sella en Asturias, el desfile de Alarde en Irún, el toro de la Vega en Tordesillas o los empalaos de Valverde son otros ejemplos de fiestas machistas que todavía perduran en el país.
Este periódico intentó contactar con la Agrupación Sardinera sin éxito.