Los técnicos en cuidados en auxiliar de enfermería (TCAE) que han sido contratados por el Servicio Murciano de Salud ante la emergencia vivida en los geriátricos están empezando a manifestar su malestar ante la falta de “medidas higiénico-sanitarias” que están encontrando en algunos de estos centros.
Un grupo de auxiliares de enfermería ha hecho llegar al CORECAAS, el equipo encargado de atender los brotes en las residencias, un documento en el que se quejan de “problemas de intoxicación ocasionados por mezclas con lejía en pulverizadores porque no hay alcohol para desinfectar” o el hecho de que “los residentes no llevan mascarilla por orden del director del centro”, lo cual les expone “potencialmente al contagio por la proximidad de su trabajo”.
En el documento también denuncian que la empresa de limpieza no retira la basura de los centros, de modo que estos trabajadores sanitarios se ven obligados a llevarla al contenedor, al igual que “la ropa sucia generada durante todo el día”. Otra de las quejas se refiere a los turnos de trabajo que se han redactado: “los turnos de 12 horas deben ser uno de mañana y el siguiente día, uno de noche”, apuntan.
“La mayoría de los residentes duerme sin manta con la ropa que han llevado durante el día o con la del residente que estaba antes en esa habitación”, cuenta una TCAE de la residencia de Campos del Río. “Sólo hay tres personas por la noche en toda la residencia cuando no se encuentran los sanitarios del Servicio Murciano de Salud y es completamente imposible que todos los mayores hagan cambios posturales y se les cambie el pañal”.
La técnico también denuncia que los ancianos están “deshidratados”, además de con los talones “en muy mal estado”, con “úlceras sin tapar” y “toda la noche orinados”. “La comida se la dan muy rápido y si no pueden comer rápido se quedan sin comer”, añade.
“Llegan con miedo y a veces renuncian desde el primer día”
Desde el CORECAAS, Abel Novoa dijo a este periódico que en muchas ocasiones las personas que se incorporan al servicio “vienen de la bolsa de trabajo y carecen de formación. Llegan con miedo y a veces renuncian el primer día de trabajo”. Este organismo ha contratado a más de 320 personas del Servicio Murciano de Salud en las últimas semanas.
“Es muy complicado porque no tenemos un retén de personas formadas esperando que ocurra un brote, sino que vamos contratando según vamos teniendo necesidades. Pero no paramos de crecer porque aumentan más los brotes que la capacidad que tenemos de movilizar personal”, explica Novoa. “Entiendo los temores de los auxiliares porque nosotros llegamos a los centros cuando se están cayendo, pero los trabajadores van muy protegidos”, añade el coordinador, quien puntualiza que dicho documento no le fue entregado hasta el miércoles por la tarde por el director general de recursos humanos de un centro.
La marea de residencias convoca una nueva concentración ante Política Social
“No me dejaron despedirme de mi madre ni siquiera por videollamada”, recuerda Encarna Vera Hernández, una de las familiares que participan en la Marea de las Residencias, y que ha visto la mañana del miércoles cómo se frustraba la creación de una Comisión de Investigación sobre la gestión de las residencias en la Región en el pleno de la Asamblea Regional a propuesta de Podemos ante la negativa de PP y Ciudadanos y la abstención de Vox.
La formación morada presentó esta iniciativa con el objetivo de “estudiar qué ha ocurrido” en los geriátricos de la Región durante la primera ola pandémica dándole voz a los familiares, doctores y cuidadores que sufrieron “la mala gestión” de estos centros.
Encarna asegura que todavía “tienen muchas cosas que decir” y ha señalado que la marea ha vuelto a convocar otra concentración en la puerta de la Consejería de Política Social en la que pedirán “justicia y responsabilidad por las muertes ocurridas en situaciones indignas” y para que haya unos “servicios públicos de gestión pública”. Si en la primera oleada fallecieron 66 ancianos en residencias, en esta segunda oleada ya han muerto 68 personas en los geriátricos de la Región.
La maestra también ha criticado la medida adoptada por la vicepresidenta regional, Isabel Franco, de destinar cuatro millones de euros para cubrir los sobrecostes sanitarios generados por la pandemia a los centros concertados. “De los dos mil euros que pagaba mi madre al mes en Caser no se gastaron ni uno en cuidarla” señala. Encarna asegura que en el geriátrico donde falleció su madre no se cumplieron las medidas higiénico-sanitarias. Según le comunicaron empleados del centro desde el anonimato, se les prohibió el uso de mascarillas con el propósito de “no alarmar a los internos”, pero Encarna sospecha que fue una cuestión de dinero.
La Consejería de Política Social investiga las residencias
“Ante cada caso positivo la inspección de la Consejería de Política Social abre diligencias informativas, pero le hemos pedido que trabaje con más detalles aquellas residencias donde los brotes han sido más numerosos”, dijo a este periódico Isabel Franco, vicepresidenta y consejera de Mujer, Familia, LGTBI y Política Social de la Región de Murcia.
La finalidad de esta investigación es comprobar si se han cumplido los protocolos de actuación establecidos antes del verano ya que residencias como la de Ballesol, un centro privado con 30 plazas concertadas en la urbanización molinense de Altorreal, ha llegado a contar con más de 80 ancianos positivos, 11 de ellos fallecidos; y otras como la Residencia Club de Campos del Río y la de Santa Isabel, ubicada en Villanueva del Río Segura, han sobrepasado el medio centenar de ancianos contagiados.
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