El martes 9 de abril, el tenista murciano de 33 años Nicolás Almagro puso punto y final a su carrera profesional, tras caer derrotado a las primeras de cambio en la primera edición del ATP Challenger Open de Murcia, ante el ilicitano Mario Vilella.
El deportista anunció su retirada el pasado lunes 8 de abril en una rueda de prensa en las instalaciones del Murcia Club de Tenis 1919, en la que estuvo acompañado de familiares y amigos, del alcalde de Murcia, José Ballesta, y de la consejera de Educación, Juventud y Deportes, Adela Martínez-Cachá, entre otros. En ella destacó su orgullo por haber “sido partícipe de una época histórica de este deporte”.
Almagro disfrutó de su última jornada como profesional en el club que lo ha visto crecer y desarrollarse como tenista, con el aire entre alegre y melancólico que envuelve los días en los que se cierra una larga y exitosa etapa: el murciano posee un total de 13 títulos ATP, y llegó a figurar en la novena posición del ranking mundial en mayo de 2011.
Acompañado de sus seres queridos y de sus compañeros, vivió con emoción las horas previas al último partido de su trayectoria, la última comida anterior a un encuentro, la última preparación, el último entrenamiento. El tenista Daniel Gimeno-Traver, su amigo y actual número 189 de la lista global, mostró en declaraciones a eldiario.es su “tristeza” tras vivir la retirada de su colega, que además es de su “misma edad”. “Me da pena que no haya podido acabar de una mejor manera, que no haya sido capaz rendir por culpa de las lesiones, pero éstas no se eligen y seguro que va a disfrutar del siguiente paso en su vida”, añadió Gimeno.
Tras concluir el partido y ser derrotado en dos sets por 6/2 y 6/2, todo el público se puso en pie para rendirle una cálida ovación que acompañó, de fondo y cargando de más emotividad, a todos acontecimientos que se desarrollaron a continuación: Nico Almagro subió al palco para fundirse en largos abrazos con sus entrenadores, con su padre, su madre, y finalmente con su mujer y su hijo pequeño.
Con las lágrimas en los ojos de quien da por finalizada una etapa y sabe agradecer el cariño que la gente le propicia, de quien, como dijo en la rueda de prensa, “ha hecho realidad” sus sueños, volvió a bajar a la pista, esta vez con su hijo en brazos, para otra vez saludar y devolver su afecto a los cientos de personas que le homenajearon durante minutos.
Tras salir de la pista, recibió más abrazos y felicitaciones de los suyos, de las personas que conoce de toda la vida, de su ciudad, de su casa. Recorrió el largo pasillo que conecta con los vestuarios, cuyas paredes están repletas de numerosas fotografías de leyendas del tenis y de tantas instantáneas suyas, mientras alzaba a su pequeño en brazos e iba alejándose por el fondo, dejando atrás a su paso tantos años de esfuerzo y sacrificio. Tranquilo por fin, en la serenidad del corredor, le dio un beso a su hijo y le confesó: “Papá ya no va a jugar más, ahora va a poder estar todo el tiempo contigo”.