La campaña se ha extendido durante 47 días, en los que varios equipos de anilladores y voluntarios se han turnado en Isla Grosa. En total se han capturado y liberado 2.834 aves de 43 especies distintas. De estas, 2.702 han sido aves anilladas por primera vez, mientras que las 132 restantes correspondieron a aves que ya estaban anilladas previamente. Durante los últimos años, ANSE había hecho ocho campañas de anillamiento durante la primavera y cinco más durante el otoño. Tan solo en dos ocasiones anteriores se había superado escasamente las 2.000 capturas.
“Las razones de este incremento son difíciles de determinar pero, probablemente, la principal razón haya sido el predominio de vientos de levante que han empujado a las aves desde el mar hacia nuestras costas”, explica ANSE, que añade que “quizás también haya influido el hecho de que las lluvias de finales de verano y principios de otoño han contribuido a que numerosas plantas y arbustos rebrotaran y fructificaran, favoreciendo la proliferación de insectos, por lo que la isla ha ofrecido abundante alimento para las aves migradoras que eligen Grosa para descansar en su largo viaje”.
Otra probabilidad es que quizá haya sido “un buen año reproductor de las aves migratorias en el norte de Europa”, y en conjunto, “probablemente todos estos factores habrán influido en mayor o menor medida”. “Para conocer mejor las causas es necesario analizar esta información conjuntamente con otras estaciones de anillamiento”, reconoce ANSE. “Durante la campaña ha habido varios momentos destacados de llegada de aves a la isla, especialmente notorio fue el día 21 de octubre, en el que se llegaron a capturar 518 aves, siendo el máximo registrado hasta ahora en Isla Grosa en un solo día”, ha relatado la organización.
Según ANSE, “la mayoría de los pájaros que se capturan en otoño son pequeñas aves que se dirigen desde sus lugares de cría en el norte y centro de Europa hacia el norte de África, donde pasarán el invierno; son especies como el Petirrojo, del que se han capturado más de 1000 ejemplares, o el Colirrojo tizón, del que se han capturado más de 500, y así hasta 43 especies, algunas de ellas capturadas por primera vez en Isla Grosa, como el Escribano palustre”. “Otras como el Mosquitero bilistado y el Mosquitero de Pallas son consideradas rarezas por encontrarse aquí fuera de sus rutas migratorias”, ha matizado la organización ecologista.
ANSE afirma que “la importancia de la isla como lugar de descanso para las aves migradoras aporta un valor añadido a este espacio protegido, además por sus colonias de aves marinas, sus fondos sumergidos y su singularidad geológica”. “La presencia del personal investigador de ANSE en la isla también ha contribuido a la conservación de estos valores, ya que se han evitado molestias humanas o la pesca furtiva entre otras actividades”, ha subrayado. ANSE también ha agradecido “la participación voluntaria de numerosos anilladores y colaboradores, asumiendo la asociación el coste de los traslados, seguros y manutención de los participantes”.