Chivite no logra la investidura en Navarra a la espera de la abstención de EH Bildu este martes en la segunda votación
Se ha cumplido el guion. La socialista María Chivite no ha logrado tras la larga sesión parlamentaria de este lunes la mayoría absoluta para ser investida por segunda vez como presidenta de Navarra. Merced a la abstención de EH Bildu, el tripartito de PSN, Geroa Bai (Socialverdes y PNV) y Contigo/Zurekin (Podemos, IU, Batzarre y otros) ha logrado más votos que el bloque de la derecha (UPN, PP y Vox), 21 a 20. Pero en la primera votación se exige una mayoría absoluta. Chivite tendrá que esperar 24 horas, como dicta el reglamento del Parlamento navarro, para lograr su propósito. Ya está convocada una nueva votación para la tarde del uno de los festivos más festivos del año, el 15 de agosto.
Los tres grupos del flanco derecho del hemiciclo han coincidido en el argumentario de que Chivite será rehén de la coalición abertzale -“los escaños de EH Bildu están manchados de sangre”- y en la supuesta debilidad parlamentaria de un Ejecutivo en minoría. Por el contrario, los socialistas han ironizado que Javier Esparza, el líder de UPN, ha ganado tres veces las elecciones pero que ha sido incapaz de articular mayorías estables mientras que la primera legislatura.
EH Bildu, que se ha atribuido la maternidad del nuevo Ejecutivo por la influencia de su abstención en la segunda votación, ha pedido a Chivite una nueva relación. La coalición, ahora liderada por Laura Aznal, asume la “responsabilidad” de frenar al bloque de las derechas si está en su mano, pero insisten en que en la segunda legislatura tienen que buscar una fórmula de colaboración más estrecha. Geroa Bai y Contigo/Zurekin, los socios del PSN, han apelado expresamente a la presidenta a que rompa “clichés” y sume abiertamente a EH Bildu a la mayoría progresista. La izquierda abertzale, además, ha apelado a que esta misma suma se pueda dar en otros ámbitos, particularmente en Pamplona, donde logró la alcaldía por falta de acuerdo Cristina Ibarrola, de UPN.
La presidenta y el portavoz del PSN, Ramón Alzorriz, se han esforzado en marcar distancias con EH Bildu y no han adquirido grandes compromisos. Chivite ha enumerado políticas sociales y sectoriales que podrían unirles, pero ha rechazado hablar de soberanía o de la independencia. Y Alzorriz ha apostillado: “Hablaremos de muchas cosas y acordaremos muchas cosas, pero otras, pues no”. Ha añadido que EH Bildu no puede pretender “segar” la cosecha preparada en los últimos años. “Yo conozco a otros que querían asaltar los cielos y ahora están en el infierno”, ha señalado en velada referencia a Podemos.
En la sesión, ha tenido un papel protagónico igualmente Uxue Barkos, expresidenta de 2015 a 2019 y que ahora pasará al Senado por designación autonómica. Pablo Azcona asumirá el liderazgo de Geroa Bai en el Parlamento y Ana Ollo será la referencia en el Gobierno. Barkos no ha ocultado sus diferencias con el PSN durante las negociaciones. Ha llegado a decir que el pacto ha llegado tras reuniones “a cara de perro”. Ha insistido, por ejemplo, en que de los 30 escaños de la mayoría progresista el PSN no tiene mayoría con 11 de ellos.
La investidura ha sido, igualmente, la puesta de largo de Vox en el Parlamento navarro. Con dos escaños de 50, ha colado ya en los debates la xenofobia contra los magrebíes y las críticas al “vascuence”, a la lucha contra el cambio climático, a la agenda 2030 y a la igualdad entre mujeres y hombres. Chivite ha lamentado no solamente que hayan brotado discursos “de odio” sino que la primera fuerza de la Cámara, UPN, esté dispuesto a colaborar con ellos.
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