Patch Adams

Miren, normalmente, cualquier noticia importante suele producir impacto entre quienes nos rodean o nos acompañan. Como ya he comentado en otras ocasiones, se sabe que comunicar un acontecimiento significativo produce, normalmente, un serio efecto, y si esta noticia se produce sin preámbulos o de golpe, pueden producir hasta problemas.

Pero por eso, o quizás en este caso por todo lo contrario, para dar tiempo a hacerse a la idea, para no comunicar el cambio hasta el último momento, en el debate sobre el estado de la Comunidad Foral, se ha dado el pistoletazo de salida de las Elecciones Municipales y Forales.

De hecho, la intervención de la presidenta en el citado debate vino muy mediatizada por ello (cifras y comparaciones con otras comunidades del Estado a favor de nuestra comunidad, acusaciones de deshonestidad al resto de los grupos y, lo volvió a hacer, acusó a los demás de castigar a los ciudadanos mientras ellas se atribuía el coraje de tomar las decisiones en minoría, increíble… volvió a trasladar la responsabilidad fuera de sí).

Las intervenciones de la oposición, asimismo, estuvieron impregnadas del mismo espíritu de vísperas, se centraron en la necesidad de un cambio contra los recortes y en contra de la autocomplacencia mostrada por el ejecutivo a lo largo de la legislatura. Si el PSN cargó contra la reforma fiscal y lo poco de fiar que es la presidenta, Bildu denunció el “chiringuito” que a su juicio tiene montado UPN, Aralar-NaBai puso el énfasis y su censura en la debilidad mostrada por el gobierno actual frente al Estado -eso pasa por ponerlo fácil al PP- , el PPN precisamente indicó que había sido una legislatura estéril porque “su amante” se abrazó en su día al PSN, I-E expuso la “agonía” de la gestión del gobierno de UPN y, finalmente, Geroa Bai opinó que UPN se equivocó de “enemigo” al hacer referencia clara al autogobierno.

Mientras los grupos obviamente han reflexionado y asimilado la situación, nosotros nos hemos dado cuenta de sopetón, que ya estamos. No hay margen para mentalizarse, esto es irreversible, no nos asustemos, otro 'jaleo'.

Pero bueno, seamos más condescendientes, en realidad los acontecimientos ya se sucedían, ya se conocían varias cabezas de las próximas listas, e incluso el PSN ha celebrado la elección de la suya por medio de primarias abiertas que ha ganado María Chivite. Además, de alguna manera, los diferentes partidos han optado por compartir con los demás el estado en que se encuentran y que justifica la decisión que van a tomar (“Estamos todos ilusionadísimos con un nuevo proyecto que se va a realizar”).

Y esta es la clave, han pasado ya 37 años desde que se iniciaron las consultas democráticas a los ciudadanos, y tal y como ocurre con muchas personas cuando llegan a su mediana edad, los partidos de este país han entrado en crisis, de repente, la ilusión ha desaparecido. Los ciudadanos, impulsados por la exasperante crisis económica y el estilo de vida de los políticos han creado sus plataformas y piden sin remisión una revolución democrática y una transformación profunda de las instituciones públicas.

Pero la diferencia es clara, mientras por el año 77, cuando se celebraron las primeras elecciones, la irrupción de la democracia nació de las dificultades, que obligaron a un cambio histórico fundamental (la lucha clandestina de la oposición, las huelgas obreras, la aparición de ETA, los problemas con la Iglesia) y por lo tanto, la democracia fue la gran obra histórica y la gran hazaña del pensamiento liberal y democrático español. Ahora, en este momento, en el que entiendo que todos pensamos que la democracia es algo tan valioso que no se puede ni sugerir que esté en crisis, quien ha entrado en crisis ha sido la política. Ahora la irrupción de la revolución política debe de nacer desde la desilusión instaurada y no desde las tremendas dificultades de aquel momento histórico. Debería ser más fácil.

De hecho, la aparición del 'efecto' Podemos ha demostrado que se puede cambiar la política española, la ha fracturado y es menos segura. Pero es que, al margen de filias y fobias, la irrupción ciudadana se ha tenido que producir casi, al igual que en la película de Billy Elliot, de Stephen Daldry, en un contexto poco favorecedor, contra todo y contra todos, como mal visto.

Como recordarán, la emotiva historia tiene como protagonista al hijo de un minero que, con solo 11 años, decide ser bailarín en un entorno hostil. Curiosamente, esta película logró que muchos adolescentes británicos cambiaran el fútbol por la danza, al igual que hoy muchos jóvenes y ciudadanos han cambiado los partidos tradicionales por formaciones más populistas en el momento actual.

Poco se podían imaginar los componentes del grupo gallego de música punk-rock Siniestro Total, cuando trabajando en sus orígenes para Discos Reactivos Organizados y compusieron la canción “¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos?”, que esta marcaría el guión de desarrollo y crecimiento grupal que necesitan ahora nuestras organizaciones.

Es evidente que los diferentes partidos no están felices con su existencia actual y han comenzado a cambiar, la crisis política les ha obligado a realizarse preguntas olvidadas, las que se jaleaban, como si cualquier cosa, en las largas y creativas noches impregnadas de libertad de la movida de los 80.

Solo con haber seguido las primarias del PSN se han podido observar reflexiones en relación al origen de su formación, ya que siendo una formación socialdemócrata, progresista, penduló en exceso por la asunción de una responsabilidad mal entendida o impuesta de forma externa, haciendo en más de una ocasión lo que no se dijo (¿de dónde venimos?), en torno a si una oligarquía decidió sobre la mayoría y ahora se busca abrir el partido a las bases y a los ciudadanos (¿quiénes somos?) y también en el ámbito de definición de un proyecto con más atención a las personas, buscando un espacio político consistente que no está ni con la derecha ni el con el nacionalismo radical (¿hacia dónde vamos?). Como en cualquier otro aspecto de la vida, siempre es incómodo cuestionarte, pero hacerlo es un ejercicio de crecimiento y de coraje, quien no lo haga hoy estará perdido, hasta los que se las prometen muy felices.

Ojalá María Chivite, al igual que en la película Patch Adams de Tom Shadyac, protagonizada por el malogrado Robin William, que se basó en la autobiografía del médico Hunter Patch Adams, cuya depresión le llevó al borde del suicidio, pero que tras una profunda crisis existencial descubrió que quería hacer con su vida, sepa manejar la organización y haga descubrir a los ciudadanos quién es el nuevo PSN y sea capaz de convencerlos como Patch en su discurso final, de que va a hacer todo lo posible para ayudar a la gente que venga a ella, y que como nueva líder va a ejercer la la responsabilidad de tratar la enfermedad del cuerpo, así como del espíritu, obviando los ungimientos políticos y sin importarle tanto el resultado, ni el aparato, ni la identidad institucional, Navarra creo que lo necesita.

Si la ciudadanía, si el afiliado es sujeto y participa directamente en la gestión con solidez política y democrática, seguro que el jurado calilficador, como en el film, acepta sus méritos y tal y como ocurrió con Patch, le dejan graduarse, de lo contrario suspenderá. Va a necesitar un punto de inconformismo, como ya supongo irán recordando, Patch recibió una ovación por parte de la sala de audiencias tras su discurso y tras haber recibido su diploma, y como respuesta a tanta incomprensión y esfuerzo contestó a los profesores y al público, mostrando su trasero desnudo bajo su traje. No obstante, tampoco debería olvidar que, aunque la película fue mal recibida por la mayoría de los críticos, fue un éxito en taquilla, ganando en total más del doble de su presupuesto.

No solo hay que estar, para resolver la crisis ha llegado la hora también de ser. Los partidos van a necesitar un reseteado de las creencias que durante mucho tiempo crearon su identidad grupal, van a necesitar liberarse mentalmente y poder actuar con más dinamismo y autoridad social.

Ya no se puede funcionar a medias, ya no se puede avanzar con la inercia, ya no vale lo anterior, la historia reciente se ha convertido en una historia de segunda mano y hoy necesitamos un producto que conserve del pasado solo las virtudes y que ofrezca la frescura de lo renovado, los pilotos automáticos ya no pueden volver a funcionar. Va a ser necesaria una revolución interior que alivie esta “enajenación interna”.

Una vez los partidos averigüen bien de dónde vienen y sepan adecuadamente quienes son (no todos han realizado este ejercicio), estarán preparados para decidir hacia dónde quieren ir. Iniciar ese camino es una oportunidad para crear y generar tanto confianza como valentía, en contribuir a mejorar la viada de los demás y resolver esta crisis de política.

Como indicaba cuando me refería a María Chivite, es necesaria la esencia del liderazgo. Por eso, no es casual que los verdaderos líderes siempre dediquen sus vidas al servicio de los demás, impulsando proyectos que realmente beneficien a la sociedad. Van a ser cruciales en la nueva etapa. Liderar nuestras formaciones políticas, con el mapa electoral que se espera en la Comunidad Foral, va ser un “baño de realidad”, va a obligar a pasar de las ilusiones a una situación de certezas.

Es un hecho evidente y, al mismo tiempo obviado, que muchas cosas nunca llegan a suceder porque nadie se atreve a intentarlas, alguien debe “espabilar”, alguien debe acabar creando empleo, alguien debe recupera nuestros sistemas educativos, de salud y de protección social, los de Navarra de toda la vida, sin comparaciones, alguien tiene que acabar con tanta desigualdad. Todos tienen la misión de poner en el horizonte la tarea de lograrlo. La vida pondrá lo demás.

Aunque estamos en un tiempo de dificultades, se impone más la desilusión, y esta exige un cambio. Esto ha comenzado. Suerte.