La lenta recuperación de la memoria histórica en Navarra cuenta con detractores que utilizan vías similares a sus predecesores ideológicos. La Asociación de Familiares de Fusilados en Navarra Affna-36 ha condenado los “métodos fascistas” utilizados para atacar las placas nominativas de un parque en la localidad de Villafranca, que el pasado sábado iba a inaugurarse en memoria de Carmen Lafraya, una joven de 17 años hija de un sindicalista de UGT asesinada el 29 de septiembre de 1936. Además de las placas, los atacantes han pintado la base de un monumento colocado en el parque.
La asociación memorialista ha mostrado en un comunicado su “apoyo y solidaridad a los familiares y a la Comisión de Memoria Histórica de Villafranca”, y también ha exigido “a las diferentes administraciones que den los pasos necesarios para que se esclarezcan los hechos, se encuentre a los culpables y se aplique sobre ellos la ley”.
Villafranca es una localidad de la Ribera navarra de poco menos de 3.000 habitantes y situada a 70 kilómetros de Pamplona. La Agrupación Independiente de Izquierdas de Villafranca gobierna junto con el PSN. Fueron los primeros en denunciar esta semana que “manos fascistas, amparadas en el cobarde anonimato, habían atentado contra las placas colocadas en el jardín de la calle Mayor que llevará el nombre de Carmen Lafraya”, informó Diario de Noticias.
Las agrupaciones locales calificaron como “delito de odio” el boicot y pidieron a las diferentes administraciones que se busque a los autores y se aplique sobre ellos la ley. “El ataque ahora perpetrado nos hace temer el repunte de ideologías, comportamientos y actitudes que se creían superados, y deben hacernos estar alerta para combatirlos con todos los medios legales”. Por todo ello, la Agrupación Independiente de Izquierdas de Villafranca señaló su “firme repulsa” ante lo que calificaron de “provocación fascista”.
De manera parecida se expresa la asociación memorialista, que recuerda que la joven Carmen Lafraya fue asesinada “bárbara y cruelmente”; y el parque sirve de “recuerdo y homenaje, también, a las 35 mujeres del pueblo humilladas y vejadas aquellos días del verano de 1936”.
Affna-36 se felicita de que “paso a paso, la recuperación de la memoria histórica se está asentando en nuestra tierra. Gracias al trabajo de las asociaciones de la memoria, al empeño de los familiares de las víctimas y al reciente apoyo institucional, se ha instalado en el día a día de nuestra sociedad y se viven con normalidad y reconocimiento su actividad y sus acciones”, por lo que afirman que hoy “vivimos un momento de fuerte eclosión de la memoria democrática en nuestra tierra. El protagonismo de estos logros les corresponde por entero a los familiares, principales sufridores, y su legado histórico es patrimonio de la sociedad navarra”.
Ahora que comienzan a “plantearse soluciones a reivindicaciones históricas”, como la exhumación del dictador, el debate sobre el valle de los Caídos, el propio monumento a los caídos de Navarra, etc. “los descendientes familiares e ideológicos de victimarios del golpe del 36 y de la dictadura, lejos de guardar un respetuoso aunque insuficiente silencio sobre la responsabilidad criminal en la guerra civil de sus ascendientes, y creyéndose aún los intocables del Régimen, manipulan la historia, se instalan en una postura cómplice, que justifica unas veces o que niega aquellos hechos, acrecentando el dolor y humillando a las víctimas y a sus familiares”.