Los peritos judiciales creen a la víctima de ‘la manada’: no fueron necesarios más exámenes psicológicos

N. Elia

Las pruebas practicadas en la sesión del juicio que se sigue en la Audiencia de Navarra contra los cinco miembros de ‘la manada’ acusados de violación múltiple pasan por ser las más determinantes hasta el momento para configurar el fallo que

emitirá el tribunal: si fue una violación, como mantiene la víctima, o fue sexo consentido, como sostienen los procesados. Finalmente, las conclusiones del juicio por la supuesta violación grupal de los Sanfermines de 2016 se celebrarán los días 27 y 28 de noviembre, a partir de las 10 horas, en audiencia pública.

Por primera vez se han emitido en la sala de vistas los vídeos que grabaron los acusados de violación mientras, supuestamente, la cometían. Los 96 segundos de vídeos se han repasado en presencia de los cinco procesados en la sala. Además, se han contrastado las declaraciones de los peritos judiciales que atendieron a la víctima tras la agresión y los peritos que contrataron las defensas. Según los funcionarios de Justicia, la versión que ofreció la víctima cuando fue atendida inicialmente tras la supuesta violación es “verosímil”.

Según estos especialistas en psicología, el relato de la joven encajaba a la perfección con su estado tras los hechos, ya que ni exageraba ni trataba de relativizar los síntomas típicos de una situación de estrés postraumático. Su acusación les resultó tan sólida que no vieron necesario someterla a exámenes posteriores, teniendo en cuenta que esta situación de estrés puede prolongarse incluso durante dos años.

Los peritos de las defensas han intentado, no obstante, desmontar el valor de estos testimonios, cuestionando que la joven sufra las consecuencias postraumáticas que se producen tras una violación. Durante la testifical se ha hecho alusión a la “normalidad” que intentó imprimir la víctima a su vida diaria tras los hechos. Los peritos judiciales no han mostrado extrañeza por estas circunstancias. Al contrario, han señalado que obedecen a la voluntad de la joven por recuperarse del daño sufrido y a las recomendaciones psicológicas que se le ofrecieron cuando denunció los hechos.

La proyección de los vídeos: 96 segundos

La sesión judicial ha comenzado con la emisión en sala de los vídeos que grabaron los acusados durante la supuesta violación. Se trata de 7 piezas extraídas de sus móviles que suman un total de 96 segundos de duración. Según las acusaciones, la violación en grupo tuvo lugar durante los aproximadamente 19 minutos que ‘la manada’ permaneció con la víctima en el interior del portal 5 de la calle Paulino

Caballero el 7 de julio de 2016.

Aunque la sala lo permitió, con ciertos límites, los vídeos no fueron emitidos en presencia de la víctima mientras prestó testimonio ante el tribunal. Quienes sí han asistido a la proyección de los vídeos han sido los cinco procesados. El testimonio de los policías forales que estudiaron los vídeos e hicieron una individualización del comportamiento de los acusados y la víctima ha acompañado la emisión de los vídeos durante casi cinco horas.

Los policías forales se han ratificado en su amplio informe que aportaron para la instrucción del juicio: la joven adopta en todo momento un “rol pasivo” y una actitud “neutral” ante los hechos. Mantiene permanentemente los ojos cerrados y no pronuncia una sola palabra. La interpretación de las imágenes que hacen estos policías forales es compatible con el testimonio que prestó la joven ante el tribunal, cuando contó que, ante la superioridad numérica de sus agresores, entró en estado de shock, se sometió a sus demandas y sólo quería que aquello terminase cuanto antes. Así lo han hecho constar las acusaciones con sus preguntas a los testigos.

Las defensas, en cambio, han incidido en otros aspectos de las imágenes que les permitirían mantener su versión de que se trata de sexo consentido. Los policías han reconocido que no existen imágenes de violencia, aspecto en el que se han basado las defensas para señalar que no hubo violación.

También han admitido los policías que, en uno de los vídeos, se escuchan unos jadeos emitidos por una voz que podría ser femenina. Mientras que las defensas se basaban en este detalle para mantener que la víctima “disfrutó”, como declararon los procesados durante la instrucción, los policías han señalado que no pueden determinar si se trata de una reacción automática de la joven.

Las defensas han destacado otra parte de los vídeos en la que se aprecia que la joven toca las partes íntimas de uno de los acusados. Según sus tesis, estos fotogramas demostrarían que la joven llevó en algunos momentos “la iniciativa” de la

actividad sexual. Los policías, en cambio, afirman que es imposible conocer por las imágenes si se trató de un gesto automático debido al shock en el que se encontraba la joven, o si fue una respuesta voluntaria.

Un especialista en lenguaje no verbal contratado por las defensas ha diferido del criterio de los policías en cuando a que si la joven mantuvo los ojos cerrados fue porque estaba adoptando una actitud pasiva. Para Agustín Martínez Becerra, abogado de tres de los acusados, “cabe poca interpretación de las imágenes”. En su opinión, “demuestran una relación consentida”. Además, ha dicho al término de la sesión matinal, los policías forales “han hecho algunas matizaciones” con respecto a su informe inicial, si bien no ha precisado cuáles.

Por su parte, los abogados de la joven han considerado que las imágenes de los vídeos que grabaron los procesados “son repugnantes”, pero su emisión en la sala ha servido para demostrar que la víctima no participó voluntariamente en los

hechos.