El Gobierno de Navarra ha cambiado de criterio y apuesta para el 2024 por una deflactación de la tarifa del IRPF, es decir una modificación de los tramos sobre los que se aplican los tributos sobre la renta, para “reducir el impacto de la inflación”. Se trata de una medida que, según ha anunciado el consejero de Economía y Hacienda, José Luis Arasti, tendrá carácter retroactivo desde el uno de enero de 2023 y que fue criticada en el pasado por la anterior titular de la consejería, Elma Saiz, que la calificó de “mercadillo fiscal”.
“Es una medida de justicia que reducirá el impacto de ese impuesto silencioso que es la inflación y repercutirá en casi la mayoría de la ciudadanía” ha señalado el titular de Hacienda del Gobierno foral, que el año pasado apostó por medidas “quirúrgicas” enfocadas en “aliviar” a las rentas “medias y trabajadoras” como una reducción extraordinaria del IRPF para las rentas inferiores a 35.000 euros.
Deflactar supone aumentar los tramos sobre los que se aplican los distintos tipos del tributo sobre la renta para que las subidas salariales en contextos de inflación no impliquen un salto de tramo en el pago de esta figura. Se trata, por tanto, de una medida que para ser eficaz debe ir acompañada de un incremento de los salarios. Por esta misma razón, el Ejecutivo de PSN, Geroa Bai y Podemos optó en el pasado ejercicio por una medida más concreta, la de una reducción extraordinaria del IRPF para las rentas más bajas.
Arasti ha argumentado el cambio de criterio del Gobierno foral en que “es momento de paliar al resto de rentas” y no solo a las medias y bajas. “Desde 2020 con la crisis de la COVID-19, con la crisis de los precios de la energías... se vio que las rentas bajas estaban sufriendo las consecuencias y se acudió al rescate de esas personas y ahora es también momento de paliar al resto de rentas, el IPC afecta de igual manera y es de justicia que repercuta en sus bolsillos”, ha asegurado.
Según ha informado el titular de Hacienda, este curso el proyecto de medidas fiscales irá al Parlamento antes que los presupuestos, que tendrán que ser prorrogados “dos meses” por tratarse de un año electoral en el que el Gobierno de Navarra no se conformó hasta mediados de agosto y por estar todavía pendientes la conformación del nuevo Ejecutivo central, así como la aprobación de las nuevas reglas fiscales de la Unión Europea.
Las medidas fiscales, de las que el Gobierno dará más detalles cuando se presenten -se espera que en un plazo de dos semanas-, entrarán en vigor el 1 de enero de 2024.