Parásitos: un drama empapado de comedia
Tras haber cosechado éxitos por todo el panorama festivalero del mundo -entre ellos, la palma de oro en Cannes y el premio del público en el Festival de San Sebastián-, Bong Joon-ho presenta Parásitos, un drama empapado de comedia e intriga al más estilo Hitchcock del que es imposible pasar inadvertido tras su visionado. En ella, Woo-sik Choi (Kim Ki-wo) idea un ingenioso plan para emplear a sus padres y hermana en casa de una familia acaudalada. Será entonces cuando todos se darán cuenta de que, quizás, no todo es tal y como lo planificamos.
Parásitos encuentra su virtud cuanto más se aleja del típico drama familiar. Conforme el metraje avanza, la trama se enreda hasta acumular tantas capas que resulta imposible recordar su punto de partida. Sin embargo, al mismo tiempo, no resulta difícil extraer una poderosa sátira sobre la desigualdad económica y una crítica maquiavélica a las tan frecuentes concepciones de éxito social.
Con Parásitos, es inevitable no acabar con la sensación de haber visto mil películas a la vez. Su riqueza narrativa llena toda la sala, sin embargo; es su formal labor de dirección lo que la hace destacar por encima del resto. Una experiencia singular y vibrante que debe verse en la gran pantalla. Sin duda alguna, una de las películas, por lo menos, del año.
5/5.
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