Es el día más temido por las instituciones navarras y las autoridades sanitarias por el miedo a que se produzcan aglomeraciones que puedan provocar un nuevo brote de coronavirus. Y es que cualquier 6 de julio se congregan en Pamplona cientos de miles de personas para celebrar el comienzo de los Sanfermines, lo que supone un riesgo muy elevado para nuevos brotes. Por ello, el Ayuntamiento decidió cancelar las fiestas en abril para evitar imágenes como las de otros años, pero aún con todo, tras el aluvión de reservas en los restaurantes para el tradicional almuerzo que organizan las cuadrillas, se encendieron todas las alarmas de las instituciones, que durante las últimas semanas han estado lanzando mensajes de concienciación para que que la gente no se saltara las medidas sanitarias recordando la cancelación de las fiestas e invitando a celebrarlas el año que viene.
Lo que se ha vivido esta mañana de lunes 6 de julio ha sido una imagen muy diferente a la de otros años. Ha sido un 6 de julio atípico en Pamplona, no ha habido ni chupinazo desde el balcón del Ayuntamiento, ni masificación en las calles, ni almuerzos en la vía pública.
Aún con todo, en la Plaza Consistorial se han dado cita 400 personas, el aforo máximo permitido y que ha sido estrictamente controlado por un amplio dispositivo policial desplegado por todo el Casco Viejo de la capital navarra para evitar aglomeraciones. Agentes de la Policía Municipal de Pamplona, así como de la Policía Foral y la Nacional ha vigilado todos los accesos, así como que se cumplieran todas las medidas de seguridad, como el uso obligatorio de la mascarilla tanto en la Plaza Consistorial como en la del Castillo, donde también había límite de aforo, que no se ha completado.
Las 400 personas que se han juntado frente a la fachada del Ayuntamiento pamplonés eran conscientes de que este año no se lanzaría el tradicional chupinazo que señala el comienzo de los Sanfermines, pero aún así han querido acercarse para vivir un momento histórico: el primer 6 de julio desde la Guerra Civil que no se lanza el chupinazo. Muchos han acudido vestidos de blanco y han levantado el pañuelo rojo cuando el reloj marcaba las 12.00 como si fuera un 6 de julio más. “Se hace raro ver la plaza así, pero queríamos celebrarlo, en la medida de lo posible, como todos los años”, cuenta José Miguel, que ha celebrado el almuerzo con su cuadrilla como todos los años. “Los estamos celebrando entre la prudencia y la tradición. Sabemos que este año no será lo mismo, pero al menos el poder juntarnos con los amigos está bien”, añade.
A las 12 en punto, se ha desplegado de la fachada del Ayuntamiento una pancarta con forma de pañuelo en la que se leía '#LosViviremos', animando a disfrutar las fiestas de 2021. La pancarta contenía también el mensaje en euskera, francés e inglés. También se han coreado las tradicionales palabras que se pronuncian desde el balcón de la plaza Consistorial el día 6: 'Pamplonesas, pamploneses, ¡Viva San Fermín! Gora San Fermín!. Y en distintos puntos de la ciudad se han escuchado varios 'chupinazos' lanzados por ciudadanos.
En la Plaza Consistorial no solo se han juntado pamploneses y navarros, también había turistas nacionales y extranjeros que ya tenían previsto el viaje antes de que se cancelaran las fiestas, o que han aprovechado para conocer la ciudad en unas fechas en las que cualquier otro año habría sido imposible hacer turismo. Es el caso de Antonio y María Dolores, un matrimonio sevillano al que el comienzo de los “no Sanfermines” les ha pillado en Pamplona. Sentados en una terraza situada frente a la fachada han podido vivir el ambiente previo a las 12 del mediodía. “Es la primera vez que venimos a Pamplona y estar un 6 de julio aquí sentados es una gozada, otro año sería impensable”, cuentan. Son de los pocos turistas que se han acercado a la capital navarra, una estampa contraria a la de otros años, en la que miles de extranjeros llegan a Pamplona para disfrutar una de las fiestas más internacionales del país. “Este año se han perdido todas las fiestas, en Sevilla nos hemos quedado sin Feria y Semana Santa, pero es lo que toca”, lamentan. Estarán el 6 y el 7 de julio en Pamplona, antes de continuar su ruta por la Comunidad foral.