La Cámara de Comptos, el tribunal de cuentas navarro, apunta como solución “más razonable” al barrio de Erripagaña, situado en la comarca de Pamplona dividido territorialmente en cuatro municipios que pase a formar parte de Pamplona, Burlada o “ambos municipios”. Se trata de una reclamación histórica de los 12.500 vecinos de este barrio en el que gobiernan cuatro alcaldes, si bien rechazan la propuesta de depender de dos de ellos y reclaman hacerlo de uno solo. Por ello confían en que siga adelante el acuerdo alcanzado hace unos meses por los alcaldes de Pamplona, Burlada, Valle de Egüés y Huarte para abrir un proceso de participación y que sean los propios vecinos los que voten a que ayuntamiento quieren que se adhiera Erripagaña para poder contar con servicios municipales básicos como un centro de salud, un colegio, una escuela infantil o un polideportivo.
El informe de Comptos destaca las “pocas dotaciones” del barrio y señala que “solo se han construido el campo municipal de fútbol de Burlada, la pista de skate y parte de la vivienda social prevista”. Añade que las dotaciones sanitarias y educativas “no corresponden a los ayuntamientos, sino al Gobierno de Navarra”. En este sentido, ha indicado que el Ejecutivo foral ya ha licitado el proyecto para construir un centro de salud, cuya inauguración está prevista para 2028, y ha adjudicado la escuela infantil para el ciclo 0-3 años, que estará en marcha el próximo curso. También está previsto construir el Euskaltegi Zubiarte y la Escuela Oficial de Idiomas a Distancia. Son sin embargo servicios “insuficientes” para los vecinos, que llevan años reclamando mayores dotaciones.
El tribunal de cuentas también apunta que la fragmentación administrativa de Erripagaña implica “que existan desigualdades en la ciudadanía en materia tributaria y acceso a determinados servicios públicos”. En cuanto a conexión y accesibilidad, indica que “es una zona con un sistema viario de tráfico intenso con cierto carácter de isla por su localización, que le hace estar desconectado del tejido urbano circundante”.
Por todo ello considera que “para una gestión de los recursos más lógica y racional”, “lo más razonable es que Erripañaga pertenezca a un solo municipio (Pamplona o Burlada) o, en su defecto, a dos. En este caso, Pamplona se quedaría con su parte y Burlada asumiría las del Valle de Egüés y Huarte”.
El organismo ha estudiado las consecuencias económicas de estas alternativas ofreciendo unas cifras orientativas. En este sentido, si Pamplona absorbiera todo Erripagaña, el ayuntamiento más afectado sería Burlada, cuyos ingresos anuales disminuirían en 2,6 millones. “Burlada tiene un problema estructural para nivelar gastos e ingresos, por lo que esta alternativa afectaría gravemente a su viabilidad económica”, advierte. El Ayuntamiento de Pamplona, por su parte, incrementaría sus ingresos anuales en 3,6 millones. En el caso de que Burlada asumiera todo el territorio, sus ingresos se incrementarían en 3,5 millones y Pamplona perdería casi dos millones. Finalmente, si Pamplona se queda con su parte y Burlada asume el resto, los ingresos de Burlada aumentarían 1,3 millones y los de Pamplona “se quedarían prácticamente igual”.
Asiron, dispuesto a que Pamplona asuma el barrio
A este respecto, el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron (EH Bildu), se ha mostrado dispuesto a que sea la capital navarra la que asuma por completo el barrio de Erripagaña, si bien ha apostillado que “tiene que ser el vecindario, a través de un proceso participativo bien informado, el que tiene que tomar esa decisión”.
Asiron ha señalado que ya hay encargado el estudio del impacto económico que causaría en las cuentas municipales la incorporación de Erripagaña y que se espera que en 2025, en una reunión entre el Gobierno de Navarra y los cuatro municipios, se tome la decisión definitiva sobre el futuro del barrio.