El aeropuerto de Noáin sigue perdiendo pasajeros mientras los aeropuertos vecinos, en mayor o menor medida, mantienen o mejoran sus estadísticas. En lo que va de año el aeropuerto navarro ha perdido el 16% de los pasajeros que el año pasado utilizaron la terminal de Noáin. Hasta agosto, despegaron y aterrizaron en la terminal 85.488 personas, en un aeropuerto planificado para recibir más de un millón de pasajeros anuales. Durante el mes de julio la caída de pasajeros ha sido menor, con una reducción del 7,9% respecto al mismo mes del año pasado. Sin embargo, no es suficiente para mejorar las estadísticas que siguen cifrando la caída en el acumulado del año por encima del 16%.
Se cumplen las expectativas negativas y Noáin cerrará el año muy por debajo de su capacidad, que aumentó gracias a la construcción de la nueva terminal y torre de control. Desde entonces, el aeropuerto no ha dejado de perder pasajeros hasta llegar, este 2014, a la mitad de los pasajeros que volaron desde Pamplona en 2010. Noáin sigue siendo el ‘patito feo’ del norte, que ve cómo los aeropuertos vecinos mantienen sus pasajeros o los aumentan. Por ejemplo, estos primeros meses del año, Bilbao ha aumentado un 4,2%, San Sebastián prácticamente se mantiene con un aumento del 0,6%, Vitoria aumenta un 70%, debido a que el año pasado no contó con operaciones de pasajeros, y Logroño aumenta un 9,1%.
La nueva terminal se construyó precisamente en ese año. En 2010, hasta el mes de agosto habían pasado por el aeropuerto 174.000 pasajeros, muchos menos de la capacidad para la que la terminal fue inaugurada, un millón cien mil pasajeros. Desde entonces, el número de personas que vuelan desde Pamplona cada vez es menor. En 2011, hasta el mes de agosto utilizaron la terminal 145.000 pasajeros, en 2012, la cifra cayó hasta los 118.000 y siguió descendiendo a los 118.000 pasajeros los primeros meses de 2013. Este año, se ha reducido a la mitad del volumen de pasajeros que inauguró la nueva terminal: 85.488 personas han utilizado sus servicios.
Continua la tendencia a la baja en las operaciones de pasajeros que no auguran un buen futuro para un aeropuerto que, a día de hoy, cuenta con dos terminales y dos torres de control, de las que solo se utiliza una. 50 millones de euros invertidos en la construcción de una terminal que ve sus pasillos y puestos de facturación prácticamente vacíos, con un tráfico de pasajeros del 15% de lo que puede recibir al año.