Banca pública navarra, una alternativa por ahora solo a estudio
¿Navarra puede contar con una banca pública? ¿Qué pasos serían necesarios para hacerla realidad? ¿Cómo se financiaría? Estas son algunas de las preguntas que se han comprometido a resolver las fuerzas que han apoyado el programa del nuevo Gobierno foral. Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra incluyeron en ese acuerdo el compromiso de elaborar, en un año, un estudio sobre cómo se podría contar con una entidad de este tipo, que conllevaría una inversión importante para poder disponer de una red pero que, sin embargo, “es muy similar a lo que teníamos hace cuatro días”, dice el portavoz de Izquierda-Ezkerra en el Parlamento de Navarra, José Miguel Nuin, en clara referencia a Caja Navarra (CAN).
I-E, junto a Podemos, son dos de las formaciones que más han defendido esta posibilidad. No en vano, dirigentes como Alberto Garzón o Pablo Iglesias han apoyado públicamente a la plataforma por una banca pública, creada en 2011 y que, a grosso modo, defiende el modelo de las cajas de ahorro anterior a su privatización. La coalición de IU y Batzarre incluso la incluyó en su programa electoral. De ahí que Nuin tampoco oculte ahora las dudas que Geroa Bai ha mostrado con esta posibilidad, y que han hecho que en el acuerdo programático del nuevo Gobierno de Navarra no se descarte el impulso de la banca pública, pero que tampoco se incluya de forma clara.
En el documento se menciona, en concreto, el compromiso de realizar en el primer año de legislatura ese estudio que analice las posibilidades de recuperar una institución financiera pública en Navarra. También se apuesta por estudiar el Patronato de la Fundación Caja de Ahorros de Navarra, para asegurar una “gestión adecuada” del patrimonio existente y, por último, se incluye la creación de una oficina de atención al cliente de entidades financieras, que ayude a la ciudadanía en su relación con cajas y bancos.
El vínculo entre impulsar la banca pública y las referencias a Caja Navarra es claro porque, por así decirlo, de las cenizas de la CAN es una de las opciones de donde podría salir esta entidad. En concreto, la apuesta principal sería poder recapitalizar los recursos de la Fundación Caja Navarra, último resquicio de la entidad en la Comunidad Foral tras su paso a CaixaBank, y así echar mano del 1,2% de participación en las acciones de CaixaBank para poder financiar esta operación. De ahí la indefinición actual de los pasos a seguir y la necesidad de realizar los estudios jurídicos y económicos correspondientes, para decidir si ese paquete se pone a la venta o sirve como garantía para obtener un crédito.
Sin intereses partidistas
Desde la plataforma Attac (que ha organizado charlas en torno a la necesidad de impulsar la banca pública y la banca ética y que está vinculada a la mencionada plataforma por una banca pública), por ejemplo, incluyeron el impulso de la banca pública como una de las cinco propuestas económicas que recomendaban al nuevo Gobierno (junto a otras como una auditoría de la deuda o la paralización de los recortes sociales), para poner a disposición de la ciudadanía una entidad financiera que no esté guiada por la obtención de un beneficio económico, sino en su utilidad social, y que esté basada en la economía real. Y, la clave, alejada de intereses partidistas o de aspiraciones más similares a un banco al uso. Una precisión a tener en cuenta cuando la polémica en torno a qué ocurrió en Caja Navarra (uno de los argumentos habituales, así como las referencias a Bankia, que se exponen contra el impulso de una banca pública) dista mucho de haberse terminado, en la Justicia y en el Parlamento foral, porque el nuevo Gobierno de Navarra se ha comprometido a reactivar una comisión de investigación sobre la CAN.
La decisión, en cualquiera de los casos, estaría en manos del patronato de la fundación, que, según sus estatutos, es su máximo órgano de gobierno y que en su gran mayoría está nombrado por el Gobierno de Navarra, además de, por ejemplo, cargos propuestos por el Ayuntamiento de Pamplona y el Parlamento foral. De ahí que desde I-E se destaque que impulsar la banca pública es únicamente una cuestión de voluntad política.
Por el momento, esa voluntad está a estudio.