“Esto es una medida de presión, una forma de la ciudadanía y las administraciones locales de decirle al Gobierno central que diga sí a la acogida a personas refugiadas. Es lo que nos queda”. La presidenta de la Coordinadora de ONGD de Navarra, Patricia Ruiz de Irizar, valora de esta forma los pasos dados en Navarra para criticar la respuesta del Estado a la crisis de las personas refugiadas y para dejar claro que ni una negativa ni un regateo en el número de personas a acoger pueden deberse a la falta de disposición de gobiernos locales y familias particulares a ofrecer sus recursos. Por el momento, el Ayuntamiento de Pamplona, el Gobierno de Navarra ya han ofrecido refugio y, previsiblemente, el Parlamento foral dejará clara su voluntad de cooperación ante este tema, a la espera de que el Gobierno central (y otras instituciones de la Unión Europea), que es el competente en la materia en España, reaccione y dé las autorizaciones necesarias. Por el momento, los colectivos sociales esperan que esta respuesta de las instituciones sea el inicio de una “cadena”, porque ya hay municipios navarros interesados en ofrecerse como zona de asilo.
Una docena de entidades, como SOS Racismo, Mugarik Gabe o la propia Coordinadora de ONGD, han firmado esta semana un manifiesto en el que pedían al Ayuntamiento de Pamplona que se sumara a la propuesta de ciudades refugio, realizada por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Y el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron (EH Bildu), confirmó el miércoles su voluntad de dar ese paso. Era el punto de arranque. Un día después, el Gobierno de Navarra ha sido el primero, de forma autonómica, en cargar contra la gestión del Gobierno central y ha anunciado conversaciones con la agencia de la ONU de ayuda al refugiado (ACNUR) para abordar la posible llegada a Navarra de personas refugiadas del Líbano o de otros países limítrofes con el conflicto sirio. La presidenta de Navarra, Uxue Barkos, ha insistido en que el papel de las instituciones no puede limitarse a la crítica, sino que hay que ser parte “activa” para solventar el conflicto.
En el Parlamento foral, por su parte, también se han iniciado las gestiones para, a través de una declaración institucional, dejar clara su postura: así lo ha anunciado el PSN y, también, los cuatro partidos que apoyan al Ejecutivo (Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra), que piden que se articulen vías de entrada en la Unión Europea. El PPN, por su parte, se ha mostrado a través de un comunicado abierto a estudiar soluciones, pero apoyando las iniciativas del Gobierno español “en el marco de la UE”.
¿Y ahora? Lo que se prevé, según apuntan diversos colectivos sociales, es que con el apoyo de esos mismos partidos se promuevan medidas similares en otros municipios navarros, a donde se han traslado textos similares al ya aprobado este jueves en el Pleno de Pamplona. Que salgan adelante depende ahora de cuándo se celebran estas sesiones. El portavoz de la ONG Sodepaz (también firmante del manifiesto antes mencionado) en Euskadi y Navarra, Xabier Aguirregabiria, cree que este debe ser “el primer paso”, que es “abrir las puertas de nuestras ciudades”.
No valen “tiritas”
Enrique Abad, de Oxfam Intermón, entidad también firmante del manifiesto, insiste además en que responder ahora ante esta necesidad “urgente” de emergencia en Siria y en otros países (diversos colectivos han recordado la situación también en Libia, Eritrea, Irak, Afganistán y los “expolios”, en general, en África y Oriente Medio) no puede solventarse con “tiritas” para evitar que se siga hablando de ello, sino con un debate de fondo sobre, por ejemplo, qué ocurre en la guerra de Siria, por qué se diferencia a las personas refugiadas (así ocurre jurídicamente y, según ACNUR, son personas que huyen “de un conflicto armado o persecución”) de otras inmigrantes y sobre las llamadas políticas migratorias en general. Estas son algunas de las razones que han motivado la convocatoria, este próximo sábado a partir de las 13:00 horas, de una manifestación en la plaza del Castillo de Pamplona.
Mientras se suceden estas críticas y ofrecimientos, desde la Coordinadora de ONGD reciben ya consultas de familias particulares que ofrecen su casa para acoger personas refugiadas. Pero el problema, no puede solventarse de forma tan directa si, según insisten fuentes del Gobierno Foral y colectivos sociales, el Gobierno central no responde. La presión ya está sobre la mesa y, como apunta Abad, es un gesto meritorio: “Simplemente estamos diciendo Cuenta con nosotros y con nosotras”.