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“Privatizar el agua es, ahora mismo, el negocio del siglo”

El municipio navarro de Lerín acoge, este viernes y sábado, unas jornadas organizadas por la Fundación Nueva Cultura del Agua, Plataforma Rural, Mundubat y el sindicato EHNE con el título Nueva cultura del agua y nuevos regadíos: por una agricultura sustentable. La cita llega menos de una semana después que los propietarios de fincas de la zona votaran que No a la posibilidad de recibir el agua del Canal de Navarra. Un total de 657 propietarios acudieron a las urnas y el 61% se opuso a este ambicioso proyecto y prefirieron quedarse con el regadío tradicional.

Esta decisión ha puesto contra las cuerdas una inversión millonaria (la ampliación del Canal de Navarra se adjudicó finalmente en marzo por más de 110 millones) que, según se apuntó este miércoles en unas jornadas organizadas por CaixaBank, quintuplica el valor de los terrenos que riega. ¿Por qué, entonces, un pueblo como Lerín, como unos 1.750 habitantes, se ha negado a beneficiarse de él? Para la portavoz de la plataforma en defensa del regadío tradicional de Lerín, una entidad surgida hace un año para oponerse a este sistema, la razón está clara: “Lo hicieron mal desde el principio”, apunta Consuelo Ochoa. Esta propietaria de una tienda de decoración y de cinco robadas de tierra (cada una son unos 898 metros cuadrados) el problema es el siguiente: “Imagina que tienes agua en casa y, encima, gratis, porque los propietarios tienen una concesión histórica para tomar el agua del río Ega. Sin embargo, un día te dicen que te cierran el grifo porque van a traerte agua en botella desde Barcelona, que ya verás lo feliz que vas a ser aunque te cueste un pastón, porque te lo va financiar una entidad bancaria. Eso es lo que ha pasado”.

El pasado domingo, el 61% de los propietarios dijo No al Canal de Navarra. ¿Desde la plataforma están satisfechos?No

Mucho más que satisfechos. Durante el último año nos marcamos una hoja de ruta hasta conseguir que los propietarios pudieran votar, que esto no fuera una imposición, y lo hemos logrado. Y, además, se ha demostrado sobradamente que la mayoría estaba en contra de este proyecto. Ahora, miro hacia atrás y veo lo osados que hemos sido. Porque nos enfrentábamos al Gobierno de Navarra, y de UPN ni más ni menos.

¿Cree que esa votación ha sido una derrota para el Gobierno Foral?

Lo podríamos pensar, pero no decir. Lo importante es que han asumido el resultado. Aunque, de no hacerlo, se habrían encontrado con una movilización más importante.

¿Esta votación ha sido un varapalo para el Canal de Navarra?

Creo que sí. Ahora intentan quitarle importancia, pero hablamos de un proyecto enorme. Habrá que ver ahora qué pasa en otros pueblos; imagino que habrá algunos que dirán . Al final, esta macro-obra es una barbaridad. Igual, de todas formas, en los terrenos de secano de Lerín apuestan por ella, pero teníamos claro que en regadío debíamos quedarnos con el sistema tradicional…

¿Aplaudiría que, en secano, apoyaran el canal?

(Se piensa unos segundos la respuesta). Si es lo que quieren los propietarios…

¿Por qué tiene tan clara su oposición al Canal de Navarra?

Nosotros lo que defendemos es el regadío tradicional, el derecho a la información, de opinión y de decisión. Además de defender el regadío, defendíamos nuestro derecho a decir No. Ha sido, totalmente, una lucha de David contra Goliat.

¿Por qué?

La información que se nos daba era totalmente sesgada. Hemos tenido que afrontar que desde entidades como el Ayuntamiento y el secretario de la Junta de la Comunidad de Regantes hubiera un interés clarísimo por sacar adelante este proyecto.

La plataforma ha sido muy crítica con la actitud del alcalde, Marcelino Azcoiti (de UPN), por votar a favor del canal usando los votos que le correspondían al Ayuntamiento por sus terrenos patrimoniales y comunales.

El alcalde tenía una patata caliente, y ha decidido seguir los dictámenes de su partido contra viento y marea. Esa decisión de votar ha sido la última, y creo que no debería haberse posicionado.

¿Tiene sentido mantener la plataforma, si ya se ha votado y ha ganado el No?No

Ahora abrimos una nueva etapa, y queremos seguir defendiendo el regadío tradicional, que necesita de una inversión porque las infraestructuras no son las adecuadas.

Si se han opuesto a un proyecto como el Canal de Navarra, ¿por qué cree que el Gobierno ahora atenderá esta demanda? ¿No esperan, por así decirlo, un castigo?

El castigo lo llevamos sufriendo desde hace muchos años, por la dejación del sector primario. Ya estamos acostumbrados a que nos castiguen.

¿Por qué cree que se ha impulsado un proyecto como el Canal de Navarra?

Nosotros podíamos haber apostado por proyectos a nuestra medida, pero no a la del Gobierno, las constructoras o las entidades financieras. Cuando explotó la burbuja del ladrillo, se pusieron los ojos en el sector primario. Por eso decidieron quitarnos el agua del Ega y meternos en un canal en el que tuviéramos que pagar por el agua. Hay muchos lobos atentos a ver dónde está el negocio y, ahora mismo, privatizar el agua es el negocio del siglo.

¿Considera que el uso del agua es el adecuado? ¿No falta contención?

Hay cosas por hacer, sí. A nosotros nos dijeron que, mediante el regado por manta, inundando los terrenos, se derrochaba el agua. Y, sin embargo, así la tierra mantiene la humedad más tiempo y hay menos nivel de evaporación que, por ejemplo, con la aspersión.

Y, entonces, ¿los propietarios no deberían pagar por el agua?

En Lerín tenemos una concesión histórica y, por eso, el agua del Ega es gratuita. Pero es cierto que tiene que haber un consumo responsable y, por eso, pedimos que se mejoren las infraestructuras del regadío.