“Comparte tu ambulancia y paga solo la mitad”, “compra ahora y llévate una válvula aórtica nueva de regalo”. Así es Sanichollo, la llamativa campaña de marketing realizada por Médicos del Mundo en toda España para hacer ver a la ciudadanía los peligros de convertir la salud en un negocio. La campaña, según valora la periodista Pilar Ramírez, ha logrado su objetivo que es, a través de la ironía (algo que también generó debate en la organización), recordar a la población que la sanidad es un derecho que se está limitando. Ella es la responsable de Comunicación e Incidencia Política de la ONG; ahora, de visita en Pamplona, recuerda que, pese al impasse que vive la Comunidad Foral, donde el Parlamento foral ha exigido que se respete la atención sanitaria a personas en situación administrativa irregular, aquí la Salud también se está privatizando.
'Sanichollo', y sus mensajes de oferta en la atención sanitaria, logran captar la atención, eso es evidente. Pero, ¿hemos llegado a ese punto para tener que denunciar la situación de la sanidad pública?
Tampoco es que el objetivo fuera simplemente llamar la atención para salir en los medios, sino que se trataba de que la opinión pública centrara su mirada en ciertas injusticias que suceden pero que, en realidad, no son admisibles. El Real Decreto 6/2012 [que, por ejemplo, dejó sin tarjeta sanitaria a personas sin permiso de residencia] que se aprobó hace dos años ha dejado a miles de personas sin asistencia sanitaria y ha hecho que en España haya dejado de existir la sanidad universal. Estamos perdiendo derechos y no debería ser así.
¿Cree que el apoyo a la sanidad universal es generalizado?
Cuando a la gente se lo explicas, nadie quiere que desaparezca la sanidad universal. Tenemos un modelo que se ha copiado en muchos países y que es una referencia y un orgullo. El problema es que la gente no está informada de que ciertas medidas políticas favorecen la desaparición de esa sanidad universal.
¿La crisis no ha ayudado a que el Gobierno pueda justificar ese ahorro económico?
Lo han justificado como que era un gasto que no nos podíamos permitir, pero, dos años después de ese decreto, el Gobierno todavía no ha publicado ningún informe económico que justifique que esto reduce gastos. Si no ha publicado nada, y estamos en año electoral, es que no se está ahorrando nada. Es de cajón que, si no atiendes a alguien en Atención Primaria, acabará volviendo por Urgencias, que es muchísimo más caro.
En Navarra, que es una excepción en este tema (el Parlamento navarro aprobó una norma para asegurar la atención sanitaria gratuita, el Gobierno central la recurrió y el Constitucional, al final, levantó parcialmente la suspensión de la norma navarra), también se ha denunciado que hay facturas a inmigrantes por la atención sanitaria.
Nos consta que en todo el país hay personas que han acudido a un centro de salud y no les han atendido. Y gente que, por circunstancias como la crisis, pierde su tarjeta sanitaria y no son atendidos. Este Real Decreto tiene ciertas aplicaciones diferentes en las comunidades autónomas, y muy dispares, por eso en algunos casos permiten que se te atienda y en otros no, pero esa atención sanitaria no tendría que depender de eso.
La apuesta de Médicos del Mundo, entonces, es que cada paciente sepa que va a ser atendido, sin estar pensando en el coste ni en la burocracia.
Por supuesto. Es un derecho que nunca nos deberían haber quitado. Si a una persona le cobras por acudir a Urgencias, dejará de ir. Tiene un efecto disuasorio.
Sin embargo, un argumento recurrente en este caso es que, si un ciudadano español viaja por Europa, también tiene la necesidad de sacarse la tarjeta sanitaria por si necesita ser atendido.
Por esa razón nuestro sistema era un referente. Que otros países no apliquen las medidas que se deberían aplicar… Lo que hay que tener claro es que en España, de seguir así, nos podemos encontrar con una sanidad low cost que no interesa a nadie.
¿Va a compensar, entonces, acudir a la sanidad privada?
Es lo que se pretende.
En Navarra, por ejemplo, los grupos de la oposición y parte del personal sanitario denuncian que se privatiza aquello que se puede.
Si no lo paramos, la sanidad privada ganará peso.
¿Las elecciones son una oportunidad para recuperar esa sanidad universal?
Si los políticos ven que la ciudadanía lo reclama, se verán obligados a ello. En nuestras manos está que esto cambie.
¿Hay partidos que han hablado de ello?
Una de nuestras prioridades es lograr que se derogue ese Real Decreto y convencer a los partidos de que esto no puede seguir ocurriendo.