Trabajar para Osasuna, entre el orgullo y la “vergüenza” actual
“Sentimos vergüenza ante todo lo que está ocurriendo”. Cada una de esas palabras está dicha con dolor. Y con preocupación. Es la que sienten las alrededor de 56 personas que, en la actualidad, trabajan para el Club Atlético Osasuna. Hay jardineros, personal de administración, contabilidad, preparadores físicos ajenos al cuerpo técnico… Algunos llevan 30 años trabajando para la entidad de El Sadar, otros 25 o una década, y todos esos trabajadores y trabajadoras sienten que viven un momento clave, y no precisamente en lo positivo.
“Entre el panorama deportivo y el económico, eso ya se notaba en todos los ámbitos del club… Pero ahora… la verdad es que sentimos vergüenza”, reconocen fuentes del Comité de Empresa de Osasuna, integrado por representantes de UGT y CCOO. Esa vergüenza se debe a las acusaciones sobre la presunta extracción de 2,4 millones de las cuentas del club cuyo destino se desconoce y al supuesto amaño de partidos, que esta semana ya ha llevado al juez de instrucción a citar, como imputados, a cinco futbolistas (de equipos como Betis, Rayo Vallecano, Espanyol y Osasuna) y, entre ellos, un emblema local, el excapitán de Osasuna Patxi Puñal. En total, por el momento hay 17 personas investigadas, incluidos los expresidentes Miguel Archanco y Patxi Izco o el exgerente de Osasuna Ángel Vizcay.
La “pesadumbre” generada por el caso Osasuna es tal que el Comité es una de las entidades que ya ha anunciado que valora personarse como acusación particular, algo que no descarta el Gobierno de Navarra y que el PSN ha pedido que haga al Parlamento foral. Este paso, una vez que se levante el secreto de sumario, permitiría a los operarios del club tener acceso a toda la información ya que, por el momento, según precisan desde el Tribunal Superior de Justicia de Navarra, a las declaraciones únicamente tienen acceso, además del magistrado y la Fiscalía, las defensas de cada imputado en el momento de realizarlas.
Para la plantilla (no futbolística) de Osasuna, este caso ha provocado también “cansancio”, porque es el remate a muchos meses de “dimes y diretes”, de rumores y confirmaciones. La sensación, en cualquier caso, es más complicada que simplemente el malestar que acompaña a la investigación por el caso Osasuna. Los trabajadores y trabajadoras también sienten la necesidad de defender con “orgullo” el haber sacado adelante un club “modesto” que ahora, entre las necesidades económicas que han motivado la reestructuración del club (con la llamada ley de Osasuna aprobada en el Parlamento con los votos de UPN, PSN y PPN) y el descenso a la Segunda División, también afecta a sus trabajadores. En concreto, la asamblea ya ha solicitado una reducción del 25% en la masa salarial, lo que puede suponer prejubilaciones, ajustes de sueldo e, incluso, despidos entre el personal.
Soluciones consensuadas
Esta misma semana, el actual presidente del club, Luis Sabalza, ya trasladó esta situación al Comité, en una jornada que no obstante estuvo más marcada por la posibilidad de que la actual Junta Directiva decidiera tirar la toalla ante las continuas filtraciones en torno a Osasuna. Finalmente no fue así. Desde entonces, el Comité quiere estudiar ahora qué posibilidades hay de reducir en una cuarta parte este presupuesto de personal, que cada año asciende a alrededor de 2,5 millones de euros.
El descenso y la necesidad económica obligan a replantearse la estructura, y desde el Comité confían en que la solución que adopte la Junta sea consensuada. Un frente más que se añade para esta plantilla, que piensa en la dignidad del club, en la investigación judicial y, también, en el siguiente partido. Porque, a todo esto, tampoco es que los resultados deportivos acompañen.
