El Ayuntamiento de Pamplona ha aprobado este miércoles el proyecto de presupuestos para el 2023, que asciende a 259 millones de euros y que serán los últimos de esta legislatura. Ha sido el propio alcalde, Enrique Maya, quien ha presentado el proyecto y sus principales líneas, que tienen como foco la protección social, la sostenibilidad y el empleo, tal y como ha destacado Maya.
Así, de los 259 millones de euros de gasto previsto, un total de 214,8 millones se corresponden con gastos de funcionamiento (frente a 205 de las previsiones del proyecto de 2022): 105,9 son gastos de personal; 82,5 millones son compras de bienes y servicios, y 26,4 corresponden a transferencias corrientes. La carga financiera de intereses y amortizaciones de préstamos supone 7 millones, 0,4 de activos financieros y 36,9 millones de euros de inversiones.
En cuanto al dinero que entrará a las cuentas del ayuntamiento, los ingresos corrientes previstos ascienden a 221,9 millones de euros. Dentro de esta partida, los incrementos serán notables en las tasas de zona azul y las multas, que serán dos de las partidas más cuantiosas. En la primera de ellas, la previsión es de recaudar 15 millones de euros, mientras que en lo referente a multas y sanciones, la cifra estimada ronda los 7 millones de euros de recaudación. También se espera que la ciudad reciba más de tres millones de euros de subvención de los fondos europeos Next Generation EU, sobre todo para cubrir ayudas ya comprometidas, pero que todavía no han sido cobradas en su totalidad, en ámbitos como la digitalización del sistema de control de la Zona de Bajas Emisiones o la reurbanización de Trinitarios.
El balance que dejaría este proyecto de presupuestos, de cumplirse las previsiones de los ingresos, sería de una deuda viva de 60 millones de euros, de los que cuales 55 corresponderían al ayuntamiento. Los cinco millones restantes se deben al resto de entidades municipales.
Maya ha destacado que estos presupuestos se basan en una serie de criterios como son la congelación de impuestos y tarifas, si bien se recupera la tasa por instalación de terrazas, que permaneció en suspenso durante la pandemia. Asimismo, se mantiene la gratuidad del servicio de escuelas infantiles y se prioriza el mantenimiento de la protección social a los colectivos vulnerables.
Por otro lado, ha criticado los efectos de la supresión de la Carta de Capitalidad, que ha calificado como un “evidente castigo” a Pamplona por razones “exclusivamente políticas” ya que no hay “ni un solo informe ni expediente” que justifique dicha eliminación, que va a suponer una pérdida de ingresos de casi 17 millones de euros.
Los presupuestos contienen inversiones en rehabilitación urbana, movilidad y seguridad vial, y sostenibilidad. Además, apuestan por el enfoque social en el desarrollo urbanístico, con proyectos de reurbanización y regeneración del espacio urbano, el apoyo a la rehabilitación urbana y las inversiones vinculadas a servicios públicos educativos deportivos, culturales, sanitarios y sociales.
La fase de negociaciones estará marcada por la búsqueda de consenso
Ahora el proyecto entrará en fase de negociación con el objetivo de buscar el consenso para su aprobación por parte del pleno el 21 de diciembre, si bien, en respuesta a los periodistas, Maya ha afirmado que parece que no se va a alcanzar dicho consenso, debido a una “exclusión de la mayoría” a la que se ha referido el alcalde y que ha calificado como “durísimo”. En este sentido, ha añadido que “no hay una razón de fondo para no aprobar un presupuesto y luego ir aprobando modificaciones”. “Lo que más me duele es que, después de haber conseguido los que estábamos en la oposición con Asiron tener dos tercios de los votos de los concejales y no aprovecharlo, me parece duro”, ha remarcado.
Sin embargo, Maya ha dejado claro que esta exclusión a la que se ha referido no será una razón definitiva a la hora de decidir si se presenta a la reelección como alcalde de Pamplona. Según ha respondido a los medios de comunicación, no se van a dar las circunstancias para que se vuelva a repetir este “problema:” “Estoy convencido de que no va a hacer falta llegar a acuerdos, pero no sería una razón de peso para ello, llevo así ya mucho tiempo y cuando hablo de teatro es que es un teatro”.