Viviendas unifamiliares o colectivas ubicadas en localidades navarras de menos de 5.000 habitantes podrán acceder a una nueva convocatoria de subvenciones de actuaciones que deriven en una reducción de al menos un 30% del consumo energético mediante la rehabilitación de su envolvente térmica. El Gobierno de Navarra va a gestionar en esta primera fase 1.707.500 euros en ayudas, primer contingente económico procedente de los fondos europeos Next Generation EU, con el fin último de mejorar la rehabilitación de viviendas en entornos rurales.
Concretamente, las personas físicas o comunidades vecinales propietarias de inmuebles residenciales ubicados en municipios de 5.000 habitantes podrán acceder a una subvención para la mejora de la envolvente térmica de sus edificios de hasta 12.000 euros por vivienda, a los que se podrían sumar otros 500 en algunos supuestos, como que el ámbito esté incluido en algún Plan de Intervención Global (PIG), se trate de vivienda protegida, una mejora sustancial de la calificación energética o se constituya una cooperativa de autoconsumo de energías renovables.
Estas ayudas serán, además, compatibles con las subvenciones ordinarias a la rehabilitación de viviendas y edificios que concede el Gobierno de Navarra, que en los últimos años se ha intensificado especialmente, llegando a triplicarse hasta los más de 26 millones que se llevan tramitados en lo que va de año.
Al 50% de la inversión de proyectos de rehabilitación que cubrirá este nuevo programa específico para las viviendas del ámbito rural (con un límite de 12.000 euros/vivienda), los particulares o comunidades podrían llegar a sumar otro 40% que el Ejecutivo foral concede en sus programas ordinarios de rehabilitación protegida para comunidades (con un límite de 6.000 euros/vivienda en comunidades y variable según renta en unifamiliares).
La rehabilitación, en la apuesta por un mundo rural vivo
El vicepresidente segundo y consejero de Ordenación del Territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos Estratégicos, José Mari Aierdi, acompañado del director general de Vivienda, Eneko Larrarte, ha presentado este viernes esta nueva línea de ayudas y ha subrayado que “a la espera de que en los próximos meses activemos otros programas en un plan más ambicioso de regeneración urbana en la ciudad consolidada y barrios históricos, hemos querido dar prioridad precisamente a estas actuaciones de menor cuantía en pequeños municipios porque las estrategias en torno a la rehabilitación energética de edificios supone, en el medio rural, favorecer un mayor equilibrio territorial, una herramienta para paliar la despoblación en determinadas zonas y, en definitiva, supone una apuesta por activar un medio rural vivo y activo, también desde las políticas de vivienda”.
En la comparecencia ante los medios de comunicación, Aierdi ha explicado que “nuestra apuesta por la sostenibilidad urbana y por la recuperación del parque residencial histórico, muy envejecido en la Comunidad Foral, donde tenemos unas 30.000 viviendas rurales en edificios de más de 50 años de antigüedad, debe comenzar precisamente por las zonas rurales, en las que la eficiencia energética y la necesidad de revitalizar nuestro patrimonio construido adquiere una especial significación”.
Las subvenciones se otorgarán, cuando se compruebe que cumplen los requisitos de los proyectos para los que se soliciten subvención, por riguroso orden de presentación, hasta que dure el crédito de 1,7 millones disponible. En las próximas semanas se publicará en el Boletín Oficial de Navarra la convocatoria de ayudas con sus bases, momento a partir del que se abrirá el plazo de presentación de solicitudes.
A la convocatoria pueden concurrir personas físicas o comunidades de personas propietarias de viviendas de más de 25 años de antigüedad ubicadas en municipios de menos de 5.000 habitantes. Esto es, la totalidad de las localidades navarras, excepto las principales de la comarca de Pamplona y las cabeceras de comarca de Alsasua, Estella, Sangüesa, Tafalla y Tudela, además de las localidades de Cintruénigo, Corella, Peralta y San Adrián, que también superan esa población. Se establece una excepción en el caso de los concejos del Valle de Baztan, que también se incluye en la convocatoria porque, si bien en su conjunto supera esa cuota poblacional, no así cada uno de las diseminadas localidades que lo integran.
217.000 habitantes en municipios en el medio rural
La suma de los municipios a los que va dirigida esta convocatoria de rehabilitación rural supone un conjunto poblacional de 217.000 habitantes, aproximadamente un tercio de la población total de la Comunidad Foral.
El procedimiento exige que las obras de mejora de la envolvente térmica reduzcan el consumo de energía no renovable en un 30% con respecto a la situación de partida, lo que requerirá un certificado de eficiencia energética antes y otro después de la rehabilitación, han informado.
Asimismo, se exige que un 70% de la superficie de reforma sea destinada a vivienda. Dentro de los requisitos también se contempla que al menos el 70% de los residuos de construcción y demolición no peligrosos se preparen para su posterior reutilización y valorización; se limitará su cantidad en lo posible y se clasificará, preferentemente en el lugar de generación.
El importe de las ayudas será del 50% del coste elegible de la actuación, con un límite de 12.000 euros por vivienda y una ayuda adicional máxima de 500 euros. Este importe suplementario vendría de conjuntar criterios sociales, de eficiencia energética, o de integración en un proyecto de comunidad de renovables.
Esta no es la primera actuación que el departamento de Ordenación del Territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos Estratégicos activa para la rehabilitación de edificios en el medio rural. El Ejecutivo foral ha intervenido recientemente en la recuperación y reforma de edificios de titularidad municipal que estaban en desuso para promover en ellos vivienda de alquiler para las personas jóvenes de la zona en el caso de las localidades pirenaicas de Burguete, Espinal y Jaurrieta como una primera experiencia piloto. Un modelo que se ha replicado en las antiguas casas de camineros de Roncal y Sangüesa y que se volverá a replicar en Ujué y Oronoz-Mugaire.