En España y en toda Europa faltan muchos datos oficiales para hacerse una idea firme del nivel de salud materno-infantil y de los retos que afrontamos. Es lo que denuncia el Informe Europeo de Salud Perinatal, recientemente publicado por Euro-Peristat. Pero entre los datos que sí hay, lo que concluye es que España es el país con mayor proporción de embarazadas de más de 35 años: un 37,3%.
La tendencia a tener los hijos más tarde es común en toda Europa (ha aumentado un 16% en cinco años), si bien la media del continente está muy lejos de la tasa española: un 20,8%, casi 17 puntos por debajo. En España, en apenas cinco años, el porcentaje ha aumentado más de ocho puntos. Los autores del informe recuerdan que los embarazos a una edad tardía –especialmente después de los 40, aunque los datos hablan de más de 35– están relacionados con “tasas altas de nacimientos prematuros, limitaciones de crecimiento y mortalidad perinatal”, además de “más alto riesgo de partos múltiples, algunas anomalías congénitas y complicaciones del embarazo, como hipertensión o diabetes”.
La maternidad tardía está también asociada al aumento de cesáreas. La tasa de cesáreas ha subido en Europa del 23 al 27% en cinco años, y los autores del informe subrayan que esto es “motivo de preocupación”. En España también ha crecido el porcentaje de estas intervenciones: del 22,2% en 2010 al 24,6% en 2015. Un 16% de urgencia según Euro-Peristat, a falta de datos sobre las causas. En la sanidad privada, la tasa se eleva a 37,34% en 2016, según datos del Ministerio de Sanidad facilitados por la asociación El Parto es Nuestro.
Esta asociación reclama “realizar una verdadera supervisión de la atención al parto en la sanidad privada, donde el grado de intervencionismo supera cualquier recomendación de los organismos sanitarios, nacionales o internacionales, aumentando la mortalidad y morbilidad de las mujeres y sus bebés”. La OMS señalaba en 1985 que la tasa de cesáreas no debería situarse por encima del 15%. En 2015, revelaban que el número de muertes maternas y neonatales disminuye cuando dicha tasa se acerca al 10%, pero no hay pruebas de que las tasas de mortalidad mejoren cuando se supera esa cifra.
Falta de datos: reproducción asistida o tabaquismo
Si España ostenta el récord en cuanto a porcentaje de madres de más de 35 años, también se sitúa por encima de la media en otro de los grandes retos para la salud materno-infantil: los partos múltiples. En Europa, la tasa media es de 16,7 por mil mujeres que dan a luz. En nuestro país se eleva al 22,1, solo superado por Chipre, que tiene un 26 por mil. Entre los datos que faltan están los relacionados con el uso de métodos de reproducción asistida, los autores entiende que “las tasas de partos múltiples segmentadas por edades pueden proveer de indicios del grado de su uso”. Los embarazos múltiples tienen mayor probabilidad de resultar en partos prematuros o de conllevar importantes complicaciones.
Entre otros datos ausentes, España no facilita información sobre el índice de masa corporal de las madres antes del embarazo, a pesar de que la obesidad materna es hoy uno de los factores de riesgo más importantes para la salud materno-infantil en nuestro continente, según el estudio. Algo parecido ocurre con el tabaquismo, sobre lo que solo Valencia y Catalunya facilitaron datos. Valencia es, de hecho, la región europea con récord de embarazadas que fuman, un 18,3%.
Sobre la muerte de los fetos de más de 28 semanas de gestación, la mortalidad neonatal y la mortalidad infantil han bajado en los últimos cinco años entre un 10 y un 5%, el informe alerta de que cada vez son más comunes “algunos factores de riesgo importantes para las complicaciones de la salud materno-infantil”, como la maternidad tardía, pero también la obesidad materna.
Se duplican los partos instrumentales
España asimismo duplica la media europea de partos instrumentales (en los que se usó fórceps, ventosa o espátula). Los partos instrumentales en España se sitúan en un 15% (no ha habido variación de datos en los últimos cinco años) y en Europa la media es de un 7,2%. Como señala el Informe de Estado de Situación de la Atención del Parto Normal, “la realización de un parto instrumental se debe restringir a las indicaciones estrictamente necesarias por patología, ya que se trata de procedimientos que pueden producir lesiones inmediatas y secuelas tardías. Su uso aumenta la realización de episiotomías, la producción de desgarros, el dolor en el puerperio y el riesgo de lesiones del periné con secuelas a largo plazo”.
Si la salud materno-infantil es un importante predictor del bienestar de una sociedad, los desafíos que esta presenta en la actualidad en Europa, y especialmente en España, no invitan al optimismo. El hecho de que las mujeres decidan ser madres a una edad cada vez más avanzada es un factor de riesgo que incluso puede acabar con la disminución de las tasas de mortalidad y morbilidad materno-infantil, analizan. Los autores insisten en que para encarar mejor este debate, y relacionándolo con la conciliación, los cuidados y los factores económicos y laborales, hacen falta más datos y más análisis.