Si eres padre o madre y usas Internet probablemente eres consciente de que la crianza es uno de los submundos digitales que más ha crecido en los últimos años: desde padres instagramers que comercializan sin escrúpulos la identidad de sus hijos, pasando por foros donde encontrar infinitos debates sobre cómo acertar con todos y cada uno de los alimentos que ingiere tu prole y llegando hasta qué uso correcto hacer de dispositivos móviles y tablets para no deformar el cerebro de tu hijos para siempre. Hacerlo bien no es fácil.
Los Prieto Flores tienen un mensaje para ti: TRANQUILIDAD. Estos dos creativos publicitarios que además son youtubers y que crían a cuatro niños acaban de publicar un libro -'¡No solo somos padres! (Ediciones Plan B)- que de forma desenfadada y simpática defiende el derecho a criar sin convertirse en una ameba social y tratando de no transformar la educación de sus hijos en un examen imposible de aprobar. El libro funciona a modo de antimanual, con un total de 64 consejos que se despliegan a lo largo de 11 partes donde se tratan temas que tienen que ver con el uso de tablets y dispositivos electrónicos, la gestión del tiempo libre, el colegio o la escuela infantil (y sus correspondientes grupos de whatsapp) o la vida social de niñas y niños y la de tus amigos sin hijos.
“Es un libro que no busca reñir a los padres. Como nos decía una amiga, sirve como manual de desprogramación y envía un mensaje de esperanza a quienes creen que lo están haciendo todo mal”, comentan por teléfono Borja y Natalia. El libro comienza con dos advertencias importantes: “Este antimanual está enmarcado en un contexto del primer mundo; hablamos de pelotudeces y agobios que, saliéndose de un marco de clase media, podrían resultar insultantes”.
El segundo, sin embargo, tiene que ver precisamente con la precariedad que viven muchos padres y madres supuestamente adscritos a dicha clase: “En el país en el que vivimos, si no tienes padres ricos y muchas facilidades a tu alrededor, tener hijos no es una tarea demasiado sencilla”. De hecho, en el libro mencionan otros países con medidas de conciliación como las soluciones de movilidad en Suecia (“En el transporte público hay rampas para poder subir y bajar una cosa que se llama carrito, que básicamente sirve para llevar a un niño de un lado a otro”, comentan con ironía en el libro) o las bajas de maternidad de 14 meses en Alemania.
Para los Prieto Flores, la clave de todo está en el equilibrio: “No somos pedagogos, ni psicólogos. Hablamos de nuestra experiencia. Hemos sido hijos y ahora padres. Abogamos por el sentido común. Existe demasiada presión para los padres y para los niños ahora mismo”, comenta Borja. “Hay que abogar por el equilibrio y salir de esa obsesión de convertirnos en hiperpadres”, complementa Natalia. De hecho, esta idea aparece ampliada en el libro y tiene como referencia a la periodista Eva Millet, quién ha publicado un libro titulado “Hiperpaternidad” donde alerta de que la crianza excesivamente exigente podría estar exponiendo a nuestros hijos a “un estrés brutal que les quita tiempo para jugar”.
De hecho, los Prieto Flores defienden el derecho a aburrirse de los niños. “Los niños tienen demasiadas actividades dirigidas. Y cuando no tienen actividades extraescolares tienen la tablet. Cuanto te aburres salen cosas maravillosas. A veces hay que dejarlos a su aire y fomentar el juego libre”, subraya Natalia. “Los niños tienen unas agendas que parecen ministros. No les dejamos hueco”, añade Borja. En el libro hacen referencia a la Convención sobre los Derechos del Niño de UNICEF, según la cual “el niño tiene derecho al descanso y al esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente de la vida cultural y en las artes”.
Sobre la tablet y similares dispositivos, los Prieto Flores reconocen tener una relación ambivalente y aportan un concepto interesante que sirve como metáfora del uso que hacemos los padres y madres de ellos: el chupete digital. “A veces les decimos que no usen la tablet mientras nosotros estamos dando a like en Instagram con el móvil”, comenta Borja. “No queremos demonizar su uso... te puedo asegurar que viajar a Argentina en avión sin la tablet hasta arriba de dibujitos habría sido imposible. Al fin y al cabo, yo vi mucha tele de pequeña y no me ha ido nada mal”, explica Natalia.
En el libro abordan con sinceridad la relación con la exposición pública a la que ellos están sometidos al ser youtubers y la opinión de sus hijos sobre ello: “En un mundo donde tus héroes están en Youtube, paraíso de contenido ligero, que tus propios padres tengan un canal debe ser un verdadero bajón”, dicen en el apartado dedicado a “Los padres que son creadores de contenido”. De hecho, sus hijos les han prohibido aparecer en sus redes. “Lo llevan de forma natural y entienden cuál es su área privada”, comenta Borja. “De hecho, si no quieres que tus hijos aparezcan en Instagram... hazte Instagram” dice entre risas Natalia. Sin embargo, sí critican abiertamente la comercialización de la identidad de menores por parte de algunos padres. De hecho, mencionan en el libro un caso extremo de sharenting: “En el marco de la entrega de los Premios Martín Fierro Digital (...) Mirko, un bebé influencer con más de 2 millones de seguidores, se hacía con el precio a Influencer del Año. Mirko, hijo de un conocido presentador de televisión es famoso desde el día que abrió su cuenta (...), estrenada por supuesto con una foto de una ecografía de la tripa de su mamá subrogada”. ¿Nos hemos vuelto locos?
En este vídeo la creadora de contenido Rocío Quillahuaman responde a esa pregunta. Y en medio de esa locura, los Prieto Flores nos ofrecen una divertida categorización de los tipos de padres y madres que han perdido la cabeza y practican distintos tipos de filias: los eco-adictos, los talibanes contra el azúcar, los que lo arreglan todo reproduciéndose, los padres ausentes (de estos a su vez subcategorizan en 'El que está pero no está', 'El hedonista', 'El patriarca', 'El irresponsable','Los reciclados', 'Los primerizos', 'Los estresados', 'Los padres viejos', 'Los padres helicópteros' y por último, 'Los y las que practican el mamasplaining'“.
Para salir de la locura, los Prieto Flores recomiendan cultivar la relación con los amigos sin hijos. “Tenemos que intentar no perder esas amistades de las personas sin hijos. Son quienes nos recuerdan que tu hijo no es Einstein ni tampoco Beyoncé” comenta Natalia. A lo que Borja añade “Hay que cultivar esas amistades. Ayudan a distanciarse de tu nueva vida monotema y no hablar de cacas todo el rato”.
“¡No solo somos padres!” (editado por Plan B) es un libro en el que maridan bien el humor con la reflexión autocrítica. Este antimanual termina con una serie de consejos para no convertirse en una ameba social: desde aprovechar el tiempo porque “los niños pronto pasarán de ti”, pasando por reclamar que no existen padres y madres perfectos, combatir el narcisismo en los niños, abrazar la chaladura o criarlos en el feminismo. “A nosotros nos encantó un librito muy pequeñito de Chimamanda Ngozi Adichie titulado 'Cómo educar en el feminismo'. Un consejo muy sencillo que nos gustó de Chimamanda: hay que fomentar la lectura”, comentan en el libro. Más allá de los consejos, reconocen que estamos viviendo un momento político que requiere tener claras las prioridades: “Es el momento de defender a muerte la escuela pública”, concluye Natalia.