“El secuestro de 'Fariña' vino bien a la serie, pero no a la editorial”
Emilio Sánchez Mediavilla es un apasionado de la lectura y de la libertad, dos ámbitos que pese a la necesidad de vivir unidos, en febrero de 2018 fueron separados por la orden de una juez. Justo ahí comenzó “la vida mediática” de Sánchez Mediavilla, ya que como editor de 'Fariña', automáticamente se convirtió en una de las víctimas de ese secuestro judicial que dejó a personas de todos los ámbitos con la boca abierta.
Pero Libros del K.O. es mucho más que 'Fariña'. Esta pequeña editorial que basa sus libros en la no ficción periodística se convirtió en parte de la vida del periodista en 2011, justo después de decidir junto a varios amigos que tenían que crear una editorial que acaparase un nicho que hasta entonces estaba muy poco explorado.
Y siete años después, este santanderino no puede dejar de hablar de amor para referirse a sus libros, por lo que es inevitable adentrarse en su mundo y dejar de ver la literatura como el negocio sin moralidad que, para muchos, es. “Hay ciertos libros de los que estoy muy enamorado, y aunque sepa que va a ser muy difícil que tenga unas ventas un poco aceptables, los publico igual”.
Así, poco a poco, voy introduciéndome en la vida de Emilio Sánchez Mediavilla, un periodista reconvertido a editor que no se ha rendido después del secuestro de su libro y que después de todo afirma no tener miedo de que esto pueda volver a ocurrir... Pasen y vean.
¿Cómo era su carrera hasta que llegó Libros del K.O.?
Empecé de becario en la Agencia EFE en Santander y luego estuve trabajando en periódicos y revistas hasta que en 2010 dejé la revista en la que estaba y me decidí con unos amigos a montar la editorial, por lo que toda mi experiencia laboral previa había sido como periodista.
Libros del K.O. representa una editorial independiente y basada en la literatura de no ficción, muy diferente a la recurrente en el mercado convencional. ¿Faltaba ese nicho de mercado en nuestro país?
Sí. La propia idea de montar la editorial surge pensando en ocupar el nicho de la no ficción o del periodismo narrativo porque considerábamos que en España no había ninguna editorial que lo cubriera de una manera intensa y sistemática. Y la verdad es que coincidía que, al ser nosotros periodistas, era un tipo de literatura que habíamos consumido mucho, que admirábamos y que creíamos que podía tener más recorrido en España. Sobre todo poniendo voz a autores jóvenes y a periodistas de nuestra generación dándoles la posibilidad de publicar libros y de hacer estos reportajes en formato largo, que no existía como tal en nuestro país.
Así que se podría decir que nos dimos más cuenta como lectores que como empresarios de que hacía falta algo así. En el momento en el que surge Libros del K.O. estamos en plena crisis económica y con una alta precarización de los trabajos. Además, dentro del grupo de amigos del que surge la editorial, algunos se quedan en paro, otros empiezan a trabajar de freelance pero tampoco les va muy bien...Y de ahí surge la necesidad o la opción de montar algo por nuestra cuenta. Eso sí, en el momento en el que decidimos ponernos manos a la obra lo primero que nos vino a la cabeza fue lo que nosotros consumíamos como lectores o lo que más nos gustaba, que era la no ficción periodística.
Pero poco a poco fueron llegando más editoriales independientes, ¿lo han notado en las ventas?
En España ha habido ya pequeños 'booms' de editoriales independientes, de hecho uno de las más importantes fue antes de que surgiéramos nosotros y algunas de esas editoriales siguen ahora. Después, y ya en la época en la que surgimos nosotros, hay otro 'boom' y ahora, estas editoriales siguen surgiendo constantemente. Aunque el mercado editorial está en crisis en general y han podido bajar las ventas, es cierto que editar ahora es más asequible y más barato que hace 15 años. Por un lado porque las imprentas han bajado los costes y por otro porque ahora con un ordenador y una infraestructura mínima no necesitas ni un local. Por tanto, diría que es un proyecto relativamente asequible que no necesita de tanto dinero para arrancarlo, otra cosa es que consiga darte dinero para vivir o se quede como una especie de hobby.
Pero desde el 2005 en España están surgiendo muchas editoriales independientes o, como yo prefiero llamarlas, editoriales pequeñitas. La palabra independiente lleva siempre una connotación muy positiva y que engaña un poco, porque el concepto independiente también denota que haces siempre lo que quieres y eso no es verdad. Si tienes poco dinero, no llegas a fin de mes y estás intentando vivir de eso no se puede hablar de que seas independiente, es más preciso utilizar la expresión 'editoriales pequeñas' para reflejarnos con nuestra realidad.
Han cerrado temporalmente la recepción de manuscritos por desbordamiento, ¿tantos escritores ansiosos hay en España?
Ahora mismo hay más escritores que lectores y desde luego que por falta de manuscritos no será. Somos una editorial muy pequeña -somos dos o tres personas las que estamos trabajando en el día a día- y llega un momento en el que llegan tantos manuscritos que no puedes atenderlos, y por no tener a la gente esperando preferimos ser un poco conscientes y decirlo.
Por otro lado, al trabajar con periodistas hay algunos libros del catálogo que preferimos proponer nosotros a un autor, funcionando como una revista o un periódico. Nos gusta ser un poco más proactivos en ese sentido y proponer nosotros antes que publicar solo manuscritos que nos llegan desde fuera. Luego también es un filtro lo de no recibir manuscritos desde la web, porque al trabajar con periodistas si alguno nos quiere hacer llegar un libro lo va a hacer a través de un amigo. Por tanto, esos libros ya no llegan como el resto a través de la bandeja genérica del mail, así que también es un primer filtro que da la seguridad de que ya es recomendado.
A nosotros nos llegan con frecuencia antologías de cuentos o novelas que no entran en nuestro sector porque lo envían a través de envíos masivos de bases de datos de 500 editoriales. Lógicamente a esos no te molestas ni en contestarles. Pero a veces hay libros que te gustan y que no publicas porque has tratado recientemente algo parecido y no quieres repetir el catálogo o simplemente porque prefieres elegir otros temas. Al final publicamos no más de diez libros al año, lo cual nos supone hacer un filtro muy gordo. Con cada libro que publicamos tenemos que estar muy convencidos y estar enamorados de él, porque al fin y al cabo publicar un libro supone asumir un riesgo e invertir un dinero. Y luego además es tu catálogo y lo quieres mimar mucho, entonces tienen que reunirse varias condiciones.
Entiendo que lo que les diferencia del resto de editoriales es que no se centran únicamente en que el argumento del libro esté de moda o en que vaya a tener unas ventas estratosféricas, sino que miran más allá y apuestan por la calidad.
Por supuesto, aunque siempre aspiras que los libros vendan. Porque a pesar de seamos una editorial pequeña y un producto minoritario, nos gustaría que fuese más mayoritario. Huyo de esa imagen maldita del editor que publica solo cosas muy difíciles que puede llegar a muy poca gente y que luego se lamenta. Me encantaría que mis libros se leyesen mucho más y aspiro a que sean muchos más mayoritarios, pero eso no quita para que saque ciertos libros de los que estoy muy enamorado aunque sepa que va a ser muy difícil que tenga unas ventas un poco aceptables.
Así que hay que combinar esos libros muy arriesgados con otros que te encanten igual, pero que sepas que vas a vender más. Siempre hay que tener en mente el recorrido comercial de los libros, porque al final si esto es una editorial y quieres vivir de ellos y publicar libros arriesgados, también tienes que tener libros que te lo permitan.
¿Está en decadencia el periodismo riguroso y cuidado que mantienen en la editorial?
No. Creo que el problema está en la infraestructura periodística. El problema que tienen mis amigos y mis autores es la precarización, los sueldos, los falsos autónomos y un 'freelancismo' asfixiante. El problema no es el talento. Sigo viendo muchísimo talento y trabajos periodísticos muy bien hechos en diferentes formatos y si buscas vas a seguir encontrando cosas muy interesantes.
Considero que algunos de los periodistas jóvenes son mejores en algunas cosas que los periodistas de las generaciones anteriores pese a que haya mucho discurso de la falsa nostalgia por los periodistas de antes. Lo que pasa es que los antiguos prohombres tenían a algunos periodistas como figuras legendarias, pero creo que algunas cosas se hacen mejor y con más rigor que antes.
¿Es más complicado trabajar con periodistas que escriben un libro por primera vez que trabajar con escritores consolidados?
Yo creo que no. A nosotros, que nos gusta hacer una labor de edición bastante seria e intensa, nos gusta trabajar con periodistas porque están más acostumbrados a que les cambien el texto que un escritor literario -utilizando su propio lenguaje, no porque los periodistas no puedan ser literarios-. Estos escritores parece que están en su torre de marfil sin la costumbre de que nadie le trate sus textos , y eso les hace creer que todo lo que escriben es producto de las musas, por lo que a ese tipo de gente es más complicado cambiarle una coma que a un periodista, que no deja de ser una persona mucho más todoterreno porque se ha curtido en redacciones donde, antes o después, le han cortado un párrafo sin miramientos. Mi experiencia general con mis autores periodistas es estupenda.
Fariña
¿Qué saca en claro del secuestro de Fariña?
Que tenemos que sacarnos un seguro social subsidiario y que tenemos que tener un departamento de asesoría jurídica que nos revise los libros (risas). Ya en serio, lo que hemos sacado en claro es que la no ficción mancha y si publicásemos correspondencias de escritores del siglo XIX pues no acabaríamos en los juzgados, pero como nos ponemos a publicar libros de temas locales de no ficción que tocan a políticos y a tramas mafiosas, pues acabamos viéndonos en estos fregados. La trama de no ficción mancha mucho más que la novela.
¿Cómo vivieron el secuestro?
Primero con incredulidad y con sensación de surrealismo, luego con mucho miedo y bloqueo. No sabes muy bien qué hacer porque pasas de estar editando a estar reunido con abogados. Y además de repente pasas a estar en el centro de la polémica mediática y te queda todo un poco grande... Más tarde tuvimos miedo por el futuro de la editorial, porque 'Fariña' antes del secuestro se había convertido en nuestra principal fuente de ingresos. Era el libro que estaba tirando todo el catálogo y el libro que nos había dado estabilidad por primera vez en muchísimo tiempo. 'Fariña' nos había permitido afrontar el futuro con más ilusión, con más ganas y con más ambición, y de repente te ponen en peligro esa fuente de mingresos y te tambalea toda la idea de la editorial que tenías en la cabeza y que, por fin, era real.
Por tanto se pasa mal. Llevamos ya siete años, y el primer momento en el que estás a gusto y piensas que así sí se puede funcionar, te lo desordenan todo por algo tan surrealista y tan injusto… También influyó la indefensión que hemos sentido durante todo el proceso, esa indefensión de no entender cómo se puede llegar a esto, cómo se puede llegar a secuestrar un libro por dos menciones de pasada a un tipo que ha sido condenado por blanqueo de capitales derivado del narcotráfico.
Y hay gente que te dice: “¡Qué bien os ha venido! Y yo digo: ”Pero si no puedo vender los libros qué más me da a mí que se hable de 'Fariña'...“. . Además, antes de este jaleo era un bestseller y se iba a estrenar la serie porque ya habíamos entregado los derechos. Al final se ha estrenado la serie, se ha emitido íntegra y no hemos podido vender un solo libro durante la emisión.
Por cierto, el señor que denunció el libro también intentó meter a la serie en el mismo proceso. Pero a nosotros no nos vino bien el secuestro, vino bien a la serie porque se pudo estrenar coincidiendo con toda la polémica del secuestro y anunciándola como la serie basada en el libro prohibido. Por otra parte, nos alegramos mucho del triunfo de la serie porque nos parece fantástica y estamos muy contentos con el resultado.
Pero el daño también ha traído cierta repercusión y mucho apoyo de compañeros periodistas y de las redes sociales, de libreros…. ¿El pueblo se ha rebelado frente a la censura?
El último secuestro editorial fue el de la revista satírica 'El Jueves', antes fue uno de un libro de Sabina por temas comerciales... En democracia es una cosa tan excepcional que provocó un auténtico revuelo en la opinión publica y no me extraña porque... ¿En qué momento se decide adoptar una medida como es un secuestro temporal de un libro y más por lo que es? Es incomprensible y por eso provocó una auténtica tormenta política y mediática.
A mí lo que me sorprende es que la juez y la Fiscalía no se lo esperaran, y eso me hace reflexionar sobre lo lejos de la realidad cuando se toman estas decisiones. Por ejemplo a nosotros, una vez nos comunican el secuestro y después del miedo, de la rabia y del susto, ya éramos conscientes de que esto podía provocar lo que provocó, a mí no me sorprendió la reacción de la gente. Sé donde vivo, sé que ahora mismo en España no se secuestran libros, y sé que cuando ocurre es una cosa que provoca tormentas.
Lo único que puedo decir es que agradecemos muchísimo toda la reacción y toda la ola de solidaridad, porque cuando estás así, asustado y mal- se agradece sentirse apoyado por la prensa, por la gente, por los libreros que hicieron manifestaciones a favor… Es una parte muy bonita con la que nos quedamos después de todo este embrollo.
¿Tener libros políticamente incorrectos les hace sentir que están siempre en la cuerda floja?
No pienso que tenga libros que puedan ofender o hacer daño a alguien, pero si ocurre, tampoco voy a dejar de contar cosas porque al final el periodismo es eso. Si esos libros vienen de un trabajo periodístico riguroso, asumimos las consecuencias, pero también digo que no tenemos vocación incendiaria de crear polémica o de ir provocando jaleos y meternos con todo el mundo. Si nuestro catálogo y nuestros temas van provocando sarpullidos a ciertos criminales pues ¡qué bien! Pero eso emana de la propia calidad de los textos, no de que nosotros tengamos esa vocación.
Por otro lado, nunca hemos tenido la sensación de estar en la cuerda floja hasta 'Fariña', más que nada porque nuestro catálogo es muy variado y tenemos de todo. En temas internacionales sí que tenemos asuntos más complicados como 'Carta desde Zacatraz' de Roberto Valencia o 'Novato en nota roja' de Alberto Arce, donde se tratan temas de corrupción en Honduras y en El Salvador de forma muy crítica, pero como se publica desde España y va de otros sitios no hay mayor problema.
¿Se sienten más tranquilos con que el nuevo Gobierno, a priori, defienda la libertad de expresión y la libertad de prensa?
Sinceramente nos sentimos igual. Lo que nos pasó con 'Fariña' creo que también podría pasar con este Gobierno. Considero que va mas allá de los gobiernos porque la Justicia en otras esferas puede estar más o menos politizada, pero en este caso en concreto, el resultado tiene que ver más con el propio funcionamiento de la Justicia. Esto no es Valtonyc ni otra cosa, por lo que creo que no sea resultado del anterior Gobierno. Considero que lo de 'Fariña' es una cosa muy puntual, pero vamos, que ahora hemos retomado el trabajo editorial y no hemos empezado a hacerlo con miedo.
Objetivamente y como editor, ¿cómo ve el mercado literario?
Lo veo muy saturado de novedades. Cada semana se publican muchísimos libros nuevos, lo que provoca que no haya espacio suficiente en librerías y que no se dé suficiente tiempo al lector para leerlo. También causa que la crítica no tenga criterio suficiente como para cribarlo, por lo que se ha terminado por crear un monstruo amorfo incontrolable en el que nadie sabe muy bien lo que ocurre, ni la gente, ni los críticos, ni los libreros.
Se ha desbordado por encima de lo razonable, lo cual repercute negativamente en el mundo editorial y le quita la oportunidad a los libros más humildes de que puedan triunfar con un boca a boca, de que vayan ganando lectores poco a poco. Hay muchos libros que si no triunfan en el primer mes las librerías los devuelven porque no hay hueco para las novedades. Esto hace que cierto tipo de literatura más arriesgada o que tiene menos soporte de marketing, lo tenga más difícil que antes para sacar cabeza. Los libros se queman muy rápido.
¿Qué libros tienen preparados para salir al mercado?
En unas semanas sale 'Barraca y tangana', que es una recopilación de columnas que escribe en el diario 'Levante' Enrique Ballester, un periodista al que publicamos un libro hace unos años. Él en teoría escribe una columna de fútbol, pero al final escribe lo que le da la gana: de su hija, de su ciudad y de lo que quiere... Son unas columnas irónicas, con un toque generacional, y esa es nuestra apuesta veraniega ligera y relajada.
Luego a partir de septiembre saldremos con 'La casa de los lamentos' de Helen Garner, que es una autora australiana de la que no se ha publicado nada en España. El libro tiene un poso de literatura de tribunales que reconstruye un misterio, y es una de las pocas traducciones que vamos a hacer. Nuestro catálogo se caracteriza por ser el 90% de creaciones propias y el 10% traducciones, un poco al revés de lo que suele ocurrir.
Por otro lado, yo ahora mismo yo estoy trabajando en un proyecto maravilloso pero del que no puedo decir nada porque hay una serie de temas legales que tenemos que mirar muy detenidamente. Tiene que ver con el mundo del cine y estoy disfrutando muchísimo de la edición. Creo que puede ser muy interesante.
Por último, quiero mencionar, ahora que se está hablando tanto del Aquarius y de los rescates, uno de los últimos libros que hemos publicado, que es 'Tierra adentro' de Karlos Zurutuza. En él se habla de Libia y de todos los inmigrantes que atraviesan el país para luego cruzar el Mediterráneo, ese libro ayuda a entender muchísimo qué es lo que está ocurriendo y qué hay detrás de esa gente que se embarca en las pateras.
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