eldiario.es presenta 'Operación Chanquete', novela veraniega por entregas escrita por Isaac Rosa e ilustrada por Manel Fontdevila. Una mirada crítica a la nostalgia y la mitificación de los años ochenta, protagonizada por un misterioso grupo de jóvenes activistas, que con sus espectaculares acciones denuncian la falta de futuro. Una historia de intriga y humor llena de precarios, submileuristas, becarios y gente que no se ha enterado de que la crisis ya pasó.
Esperaban leer un artículo sobre los ochenta. Lo que pasó después te sorprenderá
- Decimosegundo episodio de 'Operación Chanquete': lee aquí el anterior capítulo de la novela por entregas escrita por Isaac Rosa e ilustrada por Manel Fontdevila que eldiario.es publica diariamente este verano
“¿Eres capaz de ver estas imágenes sin echar una lágrima? Los momentos más emocionantes de la televisión de tu niñez.” (¡Clic!)
“Diez cosas que nos permitían nuestros padres y que hoy serían delito”. (¡Clic!)
“Qué fue de… Te sorprenderá saber lo mal que terminaron estos iconos de tu infancia”. (¡Clic!)
“¿A que tú también tenías uno? Los gadgets más inolvidables de los ochenta”. (¡Clic!)
“El verdadero drama de Verano Azul no fue la muerte de Chanquete: por fin sabemos lo que pasó entre Javi y Pancho”. (¡Clic, clic, clic!)
Así de fácil fue: unos cuantos anzuelos dejados en las redes sociales, y miles de visitas en pocas horas. Los usuarios clicaban en los titulares esperando encontrar un pellizco de nostalgia… y lo que leían al otro lado era muy distinto. O dicho en el mismo lenguaje del clickbait periodístico:
“Esperaban leer un entrañable artículo sobre los ochenta. Lo que pasó después te sorprenderá”. (¡Clic!)
Marina, mi compañera de facultad, que si recordáis se había infiltrado en el grupo y se hacía llamar “Desi”, llevaba semanas preparando su propia “acción”. Cada miembro del grupo se ocupaba de organizar una. Después del show del Espinete yonqui, de las grabaciones de vídeo, conversaciones y cámaras de seguridad, y de las filtraciones de documentos de asesorías fiscales, era el turno de Marina-Desi. Y me pidió que la ayudase. Pensó que podía interesarme, y estaba en lo cierto.
Ella había empezado a organizarlo por disimular, para que el resto del grupo no sospechase de ella. Pero por el camino se fue animando cada vez más, porque el asunto elegido para su acción le tocaba muy directamente: la explotación que sufren los periodistas. Becarios, prácticas, precarios, sueldos bajos, freelances. El maravilloso mundo laboral del periodismo en el siglo XXI.
Comenzó contactando con otros compañeros de la facultad que estaban haciendo prácticas en otros medios, y que se sumaron en seguida y además alistaron a otros periodistas que tenían motivos más que sobrados para unirse a una acción que visibilizase el deterioro de la profesión. Y a diferencia de otras acciones, aquí no solo se sumaban los más jóvenes. Pocos sectores donde sea tan fácil encontrar a trabajadores cabreados, desmotivados, menospreciados por sus empresas, dispuestos a liarla, y con poco o nada que perder. Están por todas partes.
Primero reunieron todo el material posible: resultados económicos de los principales medios. Remuneraciones de directivos. Sueldos de plantillas. Tarifas pagadas por colaboraciones. Uso y abuso de becarios y periodistas en prácticas. Casos reales. Testimonios. Grabaciones. Correos. El periodismo español al desnudo, observado al detalle, con sus peores vicios.
Lo siguiente era difundirlo masivamente, y ahí fue donde Marina me pidió participar. A diferencia de otras acciones, en esta no contaban con enviarla a ningún medio para que la publicase. Perro no muerde a perro.
-La idea es usar la misma arma que hoy utiliza el periodismo sensacionalista –me contó Marina-, y que es parte del deterioro de la profesión: el clickbait. El maldito clickbait al que ya nadie puede escapar. Los anzuelos en redes sociales. Titulares tramposos e irresistibles. Curiosidad, morbo. Ya sabes, ahí donde picamos todos.
Habían pensado emplear los recursos más típicos, los que siempre funcionan: “El increíble método para adelgazar sin pasar hambre ni hacer ejercicio”. (¡Clic!) “La fantasía sexual que ellas no se atreven a compartir con sus parejas”. (¡Clic!) “Las lesiones más escalofriantes vistas en un campo de fútbol”. (¡Clic!) “Dejó un mes solo a su gato en casa, y esto fue lo que encontró”. (¡Clic!) “La delicadísima situación en que sorprendieron a (póngase aquí el nombre de cualquier famoso)”. (¡Clic!)
-No sé, todo eso está muy visto –dije yo, por aportar algo-. Creo que hay un clickbait todavía más efectivo, y que además sería muy coherente con toda esta historia de Chanquete y compañía.
-¡Claro! Cómo no se nos había ocurrido antes. Eres genial, Carmela.
Y así hicimos: clickbait nostálgico. Anzuelos de los ochenta. Titulares tramposos e irresistibles sobre toda esa morralla de películas, canciones, dibujos animados y aparatos de la edad dorada. Quién podría resistirse a averiguar, con solo hacer clic en un enlace, cuál fue el drama íntimo de Torrebruno, hacer el test para demostrar tus conocimientos sobre los ochenta, o enterarte de las veinte cosas que no sabías de los Goonies.
Lo que pasó después, ya lo sabéis, seguramente vosotros también hicisteis clic a todos esos titulares que durante varios días os llegaron por redes sociales y grupos de whatsapp, y acabasteis sabiéndolo todo no de los ochenta, sino del periodismo español. Por supuesto, fue un éxito, se viralizó rápidamente. Los medios más señalados intentaron mirar para otro lado, pero muchos periodistas veteranos se solidarizaron y ayudaron a difundir información. Las asociaciones de la prensa acabaron sacando comunicados, aunque las habían pillado con el pie cambiado, no estuvieron muy rápidas de reflejos. Más espabilada estuvo la Inspección de Trabajo, que anunció que estudiaría algunos de los casos revelados, por si había fraude al sustituir de manera sistemática trabajadores por becarios que cobraban poco o nada.
Esa misma tarde me llamó la inspectora Velasco:
-Buena la habéis liado otra vez. Por ahora ninguno de los medios ha denunciado, así que no te preguntaré nada. Además, esta vez soy yo la que te va a dar información a ti. Creo que sabemos dónde será la próxima acción del grupo. Si yo fuese una joven estudiante de periodismo en prácticas, intentaría estar allí para contarlo antes que nadie. ¿Te parece si volvemos a llevarnos bien?
-“La policía llamó a una joven periodista para darle una exclusiva. Lo que pasó después te sorprenderá” –bromeé para limar los últimos roces, y ella aceptó mi acercamiento:
-“Ocho cosas que no sabías sobre la próxima acción de Chanquete (la octava te dejará de piedra)”. ¡Clic!
- Decimosegundo episodio de 'Operación Chanquete': lee aquí el anterior capítulo de la novela por entregas escrita por Isaac Rosa e ilustrada por Manel Fontdevila que eldiario.es publica diariamente este verano
“¿Eres capaz de ver estas imágenes sin echar una lágrima? Los momentos más emocionantes de la televisión de tu niñez.” (¡Clic!)