En las elecciones del pasado 4 de mayo Más Madrid obtuvo unos resultados notables, pero a todas luces insuficientes. El bloque progresista no consiguió una mayoría alternativa a la de las derechas para construir un gobierno de cambio y decente en la Puerta del Sol. Por lo tanto, no podemos darnos por satisfechos.
Sin embargo, sí conseguimos sembrar en Madrid la semilla de la que nacerá la alternativa a Ayuso y al Partido Popular. Nos hemos erigido como la principal fuerza de oposición regional y consolidado un espacio político feminista, verde y apegado a la realidad de los madrileños y madrileñas y que cada vez cuenta con más respaldo, apoyo y confianza. Tras dos años encabezando la oposición en la Asamblea de Madrid y el Ayuntamiento, estamos en disposición de asumir el reto que salió de las urnas: construir y liderar la alternativa para 2023.
Más de 600.000 madrileños y madrileñas han avalado con su voto un trabajo riguroso y constante. Hemos tratado de demostrar que hay otra forma de hacer política, basada en la escucha y la empatía, en ofrecer soluciones y trabajar para mejorar la vida de nuestros vecinos y vecinas. Se trata de una fórmula capaz de reconciliar a la gente con la política, de aterrizar los eslóganes y las grandilocuentes discusiones y proponer medidas que resuelvan las dificultades y las angustias cotidianas.
Pese a estar en las antípodas, la campaña de Más Madrid y de Ayuso han coincidido en un elemento: intentar conectar con la fatiga pandémica de los madrileños y madrileñas. La diferencia es cómo la hemos enfrentado cada una. Ayuso ha ofrecido una solución basada en el corto plazo, en tomarse una caña después de los cafés y antes de los orfidales. Obviamente, esta receta tiene las patas muy cortas y una de ellas sigue en la UCI. Nosotros, por contra, hemos tratado de ofrecer un futuro a largo plazo y que no deje a nadie atrás. Decimos que somos la alternativa a Ayuso y al PP porque somos capaces de imaginar un futuro que vaya más allá de las cañas después del trabajo y de la resaca de 26 años de desgobierno.
El futuro que queremos se construye desde el presente, con los pies anclados en el suelo, recorriendo Madrid de punta a punta, poniendo en valor su diversidad, su enorme potencial, poniéndolo en hora con Europa y siendo capaces de imaginar cómo queremos que sea nuestra región dentro de una década. Este Madrid que incorpora el cuidado de la salud mental como una faceta vital de nuestras vidas, afronta el derecho al tiempo como una de las inevitables conquistas de los trabajadores y trabajadoras y que asume la emergencia climática como el reto más importante de nuestra época.
El breve paso de Ayuso por el Gobierno de la Comunidad de Madrid va a dejar un reguero de mala gestión, chapuzas y confrontación. La crispación que estamos viviendo provoca tensiones, malestares y desencuentros entre Madrid y otras regiones. Pero nuestro Madrid no puede vivir a la contra del resto de España. Queremos un Madrid basado en la convivencia, el diálogo y la empatía. Es acogida a quienes llegan, aprendizaje de los de al lado y orgullo de quienes están aquí.
Ser la alternativa en 2023 pasa por demostrar que el Madrid de la empatía, la cooperación y los cuidados es mucho mejor de puertas para dentro pero también para el conjunto de España. Me gusta decir que “autonomía” se conjuga en femenino. Me siento orgullosa de pertenecer a una ola de liderazgos autonómicos femeninos en el campo progresista. Una suerte de feminismo del bienestar, que es consciente, sobre todo después de la pandemia, que es en las comunidades autónomas donde se juega el cuidado de las personas, la defensa de los servicios públicos, la igualdad de oportunidades, el progreso y el desarrollo de nuestras sociedades.
La alternativa para 2023 será fruto del compromiso con Madrid, la justicia social y amplias alianzas: entre quienes temen no llegar a final del mes y quienes temen el final del planeta, entre quienes hacen latir el corazón cultural de Madrid y quienes saben que el futuro pasa por la innovación y entre quienes quieren cuidar y quienes necesitan ser cuidados.