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Castigo y concordia

Imagen de los diputados del PSOE en el Congreso antes del parón estival
1 de junio de 2021 22:40 h

¿Para qué sirve la política? Para cambiar las cosas. Para mejorar las condiciones de vida de la comunidad. De su territorio. La política cuando orilla la táctica y levanta la vista adquiere sentido de estado. La política cuando asume riesgos, pero coloca soluciones sobre la mesa es una política que se pone de pie. Se hace con mayúsculas. Es lo que hace hoy el gobierno de Pedro Sánchez con los indultos.

¿Es que ningún presidente lo había hecho antes? Todos. Miles de indultos firmaron Felipe González, Aznar, Zapatero o Rajoy. En un perfecto ejercicio de legalidad. Usando la normativa de la que dispone el poder ejecutivo. En muchos casos controvertidos, en otros sin arrepentimiento alguno. Pero seguro que siempre pensando en el bien de nuestro país.

Porque, en una democracia, la verdad no tiene dueños, sino copropietarios y, lo mejor para España, no tiene una sola voz sino un coro de voces al que afinar y escuchar. Con una partitura que fue consensuada por todos: la Constitución. Una partitura donde se eliminó la función retributiva de la pena y el castigo por otra finalidad: la de la rehabilitación del ciudadano, de su resocialización, tal y como dice en su artículo 25.2.

¿Y entonces, por qué esta lluvia de invectivas contra el gobierno de Pedro Sánchez?

Con su propuesta, la política asume su responsabilidad y sube a la sala de mandos. Busca soluciones donde hay un problema. Desde el diálogo y el acuerdo. Con las herramientas legales de las que dispone. Desde el respeto a la firmeza de la Constitución e imbuido del espíritu de consenso que esta destila. Un Presidente haciendo su trabajo.

El partido socialista ha cerrado las heridas abiertas de este país en muchas ocasiones. El partido socialista, que es el único hoy sentado en el Congreso de los Diputados que votó sí a la Constitución.

El partido socialista firmó el fin de ETA.

España resolvió muchos de sus retos históricos con éxito en las últimas décadas. El ADN socialista estaba allí.

No partimos con el taxímetro a cero. Y no olvidemos que no hemos llegado aquí por un capricho del destino. Entre otras cuestiones y fundamentalmente estamos en este punto por el gobierno de la derecha de Rajoy, por su falta de miras y por su clásica inacción esperando que las situaciones se pudran para echar la culpa al contrario.

Ya lo hemos dicho: permanecer esperando no es condición socialista. Somos proactivos, aportamos soluciones desde la constitucionalidad y creemos en la escucha activa de nuestros conciudadanos.

La propuesta sobre indultos es un ejercicio de liderazgo responsable. De compromiso con el país.

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