El euríbor asfixia a las familias (¡y sin que logre reducir la inflación!)
El euríbor ha superado ya este de mes de marzo el 3,5%, lo que implica que en tan solo catorce meses este indicador ha aumentado
cuatro puntos porcentuales (en diciembre de 2021 se situaba en el -0,5%), un ritmo de crecimiento nunca antes visto en la Eurozona. Este fenómeno ha provocado que el porcentaje de familias con problemas para pagar su hipoteca haya aumentado desde el 9,9% al 14,6%, acorde a los últimos datos oficiales del Banco de España. Por supuesto, esa proporción es distinta en función de la renta: dentro del 20% de las familias españolas con menos ingresos, el 36% tiene dificultades para pagar la hipoteca, mientras que ese porcentaje es sólo del 5,4% en el caso del 20% más acaudalado. El aumento del euríbor no afecta a todos los hipotecados por igual.
Pero su impacto no se queda solo en las familias que han firmado una hipoteca: también alcanza a quienes no tienen ninguna, pero la necesitan. Un estudio conjunto de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y la inmobiliaria Tecnocasa señala que si los tipos de interés siguen subiendo hasta el 5,5%, se quedarían sin contratar una hipoteca hasta el 17,25% de los potenciales compradores (de nuevo obviamente afectando más a los que menos recursos económicos tienen). Pero el impacto no es desigual solamente en función de renta, sino también en términos geográficos: cuatro de cada cinco familias se quedarían fuera del mercado hipotecario en grandes ciudades como Madrid y Barcelona si los tipos de interés llegaran al 4,5%.
Este encarecimiento del euríbor es, sin duda, lo que explica que el número de nuevas hipotecas firmadas haya descendido el pasado diciembre por primera vez en mucho tiempo acorde a los datos del Instituto Nacional de Estadística, y también que las entidades bancarias hayan dejado de encarecer sus ofertas (como una forma de no ahuyentar a los potenciales clientes) -lo cual no significa que no vayan a seguir encareciéndose las cuotas de las hipotecas a tipo de interés variable y las nuevas hipotecas-. Otro efecto derivado del incremento del euríbor es que aquellas familias españolas que tenían ciertos ahorros acumulados han aprovechado para amortizar antes de tiempo 33.000 millones de euros de sus hipotecas y así reducir una carga de intereses que no paran de encarecerse.
Pero no perdamos de vista el motivo que ha empujado al alza el euríbor y, por lo tanto, al encarecimiento de las hipotecas (y de otros créditos, incluyendo los empresariales): dicho ascenso no se debe a un fenómeno meteorológico -como a veces se presenta para esconder responsabilidades-, sino que es consecuencia directa de la decisión adoptada por los dirigentes del Banco Central Europeo, la única institución que controla el tipo de interés oficial del dinero, cuyo nivel delimita la trayectoria del euríbor. Este indicador interbancario -elaborado por una serie de entidades bancarias que, por cierto, fueron sancionadas por manipularlo durante años en favor de sus intereses económicos- pretende medir el tipo de interés medio al que se prestan el dinero los bancos, pero se mueve necesariamente entre los tipos que fija el Banco Central Europeo. Y no es un accidente; es precisamente lo que persiguen los dirigentes de esta institución: quieren empobrecer a familias y empresas (ellos lo llaman “enfriar la economía”) para reducir la inflación.
Pero resulta que no lo están consiguiendo, y lo peor de todo es que lo saben. Según el análisis del miembro del Comité Ejecutivo del BCE Philip R. Lane, elevar los tipos de interés ha tenido un efecto insignificante en la inflación en 2022, lo tendrá reducido en 2023, y solo será notable cuando hayan pasado la friolera de 27 meses allá por 2024. Esto es algo que incluso reconoció el actual vicepresidente Luis de Guindos cuando dijo literalmente que “nuestra política de tipos de interés tarda de uno a dos años en surtir efecto”. Análisis que comparte Isabel Schnabel, la voz de Alemania en el comité ejecutivo del Banco Central Europeo, que además estima que la inflación en la Eurozona se ha reducido casi únicamente por la caída de los precios de la energía. Conclusión que comparte la consultora Natixis al señalar que subir los tipos de interés solo ha logrado reducir la inflación en la Eurozona en un insignificante 0,5%, mientras que ha sido el abaratamiento de la energía lo que la ha logrado reducir en más de 2,8 puntos porcentuales.
Que elevar tipos para empobrecer a la gente no iba a resolver una inflación originada por una pandemia mundial y agravada por una guerra lo sabía cualquier analista medianamente informado y formado, pero aquí la clave del asunto es que lo están llegando a reconocer hasta los ejecutores de dicha política nefasta. Están ahogando a hipotecados, dificultando la financiación a las empresas (y disparando el número de quiebras por toda Europa y en todos los sectores), y en general asfixiando la economía sin que todo ello esté sirviendo para reducir la inflación, que era el objetivo pretendido. O estamos en manos de unos completos incompetentes o es que en realidad el objetivo de elevar los tipos de interés era otro, como salvar de los efectos corrosivos que la inflación tiene sobre los ahorros a la élite financiera y a los sectores de la población que más dinero acumulado tienen. Saquen ustedes sus propias conclusiones.
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