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Madrid, a tus pies. La respuesta está en los barrios

Los columpios sí estarán cerrados

Mercedes González Fernández

Portavoz adjunta del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid —

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Cuando los madrileños hemos salido de nuestras casas tras el duro confinamiento por la pandemia de la COVID-19, hemos encontrado un Madrid distinto. Nosotros y nosotras tampoco somos ya los mismos. En estos más de 50 días, hemos modificado nuestros hábitos de compra, de ocio, nuestra forma de practicar deporte, la manera en la que trabajamos, en la que nos educamos, el consumo de cultura, … ni tan siquiera las relaciones humanas son ya las mismas.

Cuando por fin podamos volver a la calle de forma habitual, en Madrid todo será distinto. Durante un tiempo, que todavía no está definido, será necesario mantener distancias sociales, habrá que evitar las aglomeraciones y los aforos se reducirán drásticamente.

El transporte público tendrá que reducir su flujo de viajeros para poder cumplir con las condiciones de seguridad. Las tiendas, los bares, las bibliotecas, los museos, los parques, las escuelas, los transportes… Todo va a ser utilizado de una forma diferente.

Madrid no está preparada para afrontar con éxito esta situación. Es una ciudad de distancias inmensas donde para la mayoría es impensable hacer a pie, o en bicicleta, trayectos cotidianos como ir a la escuela o al trabajo. Los espacios donde juegan los niños y las niñas son pequeños recintos de caucho acotados por una valla de madera. Faltan lugares en los que hacer deporte, pasear o simplemente relacionarnos con otros al aire libre, cerca de nuestros hogares, a los que se pueda llegar fácilmente caminando.

Madrid es una ciudad en la que el espacio público ha sido colonizado desplazando la vida social a los bares y centros comerciales. Es evidente que no cabemos todos y que hace falta sitio para las personas. Y por ello, tenemos que hacer una apuesta inequívoca por recuperar el espacio público.

La elección es clara: debemos definir una nueva estructura urbana centrada en la movilidad peatonal y ciclista que libere espacio público para que las personas podamos usar Madrid con seguridad.

Todos estamos de acuerdo en que Madrid tiene que ser diferente a partir de ahora. Nos encontramos ante un reto que puede ser también una oportunidad. Es urgente repensar cómo habitamos esta ciudad y cómo vamos a replantearla desde el punto de vista urbano para que sea más fuerte, resiliente y útil para quienes vivimos en ella.

Madrid tiene que definir un nuevo proyecto urbano que atienda las necesidades inmediatas de las personas en el nuevo escenario que ha generado la crisis de la COVID-19, pero que, además, sirva para afrontar con solidez los imprevistos que nos deparen los próximos años. Dar respuesta a ese reto pasa por trabajar en dos grandes frentes: cambiar la escala urbana y recuperar el espacio público para los ciudadanos.

Evidentemente, habrá que abordar intervenciones inmediatas y otras que necesitarán un poco más de tiempo para implementarse. Pero de lo que no cabe duda es que el momento es ahora. Muchas ciudades lo están haciendo. Madrid no debe quedarse atrás. Es necesario hacer profundas remodelaciones de la ciudad ahora, para dotar de diversidad funcional, utilidad y seguridad al espacio público.

Para ello, tenemos que hacer de Madrid una ciudad policéntrica, en la que los barrios sean la referencia y ganar espacios públicos para la convivencia y la movilidad peatonal.

Esta crisis ha puesto en evidencia que es hora de no avanzar más hacia la planificación urbana sino hacia la planificación de la vida urbana. Y el barrio es el ámbito en el que podemos permitirnos vivir con seguridad y esa es la escala en la que tenemos que diseñar la ciudad: a la del barrio; una escala más humana capaz de tenerla a nuestros pies.

Para ello, Madrid debe realizar una transformación muy profunda del espacio urbano que hasta esta crisis era altamente monofuncional, centrado en la zona central de la ciudad y caminar hacia una ciudad policéntrica, que ofrece calidad de vida en distancias cortas, que nos permita acceder más fácilmente a las seis funciones sociales urbanas esenciales: habitar, trabajar, aprovisionarse, cuidarse, aprender y descansar.

Si, como dicen los expertos, esta pandemia durará más meses de lo que pensamos y cada vez transcurrirán menos años entre una pandemia y la siguiente, tenemos que preparar a Madrid para luchar contra las enfermedades. Y la respuesta está, sin duda, en los barrios.

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