El Pleno del Senado acaba de aprobar los Presupuestos Generales para 2022, sumando el apoyo de cuatro nuevas fuerzas políticas en la Cámara Alta. Las cuentas entrarán en vigor el 1 de enero, tras su aprobación definitiva en el Congreso la próxima semana, con una mayoría parlamentaria que pone de manifiesto dos cosas. La primera, que, frente al ruido generado por la derecha, España tiene un Gobierno estable que aprueba sus segundas cuentas consecutivas en tiempo y forma. Y la segunda, que hay una mayoría social que ansía que el país salga bien de esta crisis: creando empleo y nuevos derechos sociales, protegiendo a los vulnerables. Una mayoría responsable, que, desde la pluralidad, ha sabido entender que hay que arrimar el hombro para recuperarnos de uno de los peores momentos de nuestra historia.
Una mayoría con sentido común, consciente de que no podemos volver a las nefastas fórmulas que se utilizaron para salir de la anterior crisis, con recortes y bajadas salariales para la clase trabajadora y sembrando desigualdad. Si hay algo claro que hemos aprendido es que no hay recuperación justa si no somos capaces de llevarla a todos los hogares, si dejamos atrás a la mayor parte de la ciudadanía. La recuperación tiene que ser compartida.
Los Presupuestos que ha elaborado el Gobierno y ha aprobado el Senado por una amplia mayoría son el instrumento necesario para salir de la crisis con justicia social. Apuestan por un crecimiento estable y duradero. Representan la política de lo cotidiano, de los cuidados, de las necesidades sociales. Y también de la descarbonización y la digitalización de la economía, de un crecimiento compatible con los límites del planeta y la protección de la biodiversidad. Son, en suma, los Presupuestos para que tras la catástrofe pandémica no nos arrastre otra catástrofe, la ecológica, la social, o ambas.
Duplican la inversión para los jóvenes, protegen el poder adquisitivo de los mayores, apuestan por las PYMES y autónomos, refuerzan el combate contra la desigualdad de género. Desigualdad que es el marco propiciatorio de la mayoría de las violencias que sufren las mujeres. Son los Presupuestos del empleo, las políticas sociales, la modernización del país y de sus servicios públicos.
El Partido Socialista ha hecho posible que estos Presupuestos entren en vigor el 1 de enero gracias, fundamentalmente, a su capacidad de aunar a una mayoría plural y responsable que desea impulsar un proyecto común y de futuro para el país. Gracias al sentido del deber de un partido de Gobierno capaz de articular mayorías, de vertebrar un país, de unir esfuerzos y de tender la mano a nuestros adversarios políticos, con honestidad pero con firmeza a la hora de llevar el país a donde es más justo para todos. Porque los socialistas miramos más allá de las diferencias, y también más allá del tuit viral de hoy, del titular incendiario de mañana. Y gracias también a las fuerzas políticas que han comprendido la trascendencia del momento y se han sumado al propósito común, desde la discrepancia pero con altura de miras, con buenas propuestas, con la generosidad que se le supone al liderazgo, también y de forma muy especial al liderazgo político.
Somos el partido que más se parece a Europa, donde los gobiernos multicolor, que integran distintas sensibilidades en aras de un objetivo común que les concierne y les trasciende, son cada vez más frecuentes y tienden a ser norma. El PSOE hace mucho que fue capaz de entender que lo plural -y plural es España, afortunadamente- ha de saber entenderse en beneficio de un bien superior, el de nuestra ciudadanía, el de la democracia.
Somos también, y especialmente, el partido que más se parece a España. Un país que, harto del frentismo, del bloqueo y de la pérdida de derechos, exige a sus representantes la capacidad de llegar a acuerdos en un contexto de retos y dificultades, de muchos partidos y muchas pluralidades. Nuestra acción, desde el Gobierno y las instituciones, responde a ese sentir.
El respaldo mayoritario a los Presupuestos nos deja varios mensajes claros. Mientras el PP se atrinchera en un rincón con Vox, somos más los que queremos avanzar. Este país prefiere los acuerdos a la confrontación.
Contra el frentismo y la improvisación de una derecha escorada en el extremismo y la política espectáculo, prevalece el indiscutible deseo de una España moderna que apuesta por un progreso más estable, equitativo, duradero y respetuoso con el planeta. Una España que destaque en igualdad, derechos sociales, cohesión territorial y transición digital y ecológica.
España cuenta con la actitud constructiva y el sentido de Estado del Partido Socialista para unir su pluralidad, para dar al país la estabilidad que necesita, para legislar y gobernar para todos y con todos.