El año de la pena

21 de enero de 2021 22:09 h

0

Ayer Eddi Circa dio un concierto con su hermana gemela Raxet que solo se vio por streaming y me acordé del día que las vi por primera vez. Vaciador estaba petado, hasta arriba de mujeres sudorosas y alegres porque era un festival bollero, podríamos haber muerto todas amando ahí ese febrero de 2018 y nadie se hubiera enterado. Las gemelas Eddi-Raxet estaban preciosas y haciendo un reggaeton que decía “qué bien te sientan los leggins en tu culo de Botticelli”. Y las niñas cantaban “qué dialéctico es bailar reggaeton”, y se enamoraban entre ellas, y de verdad creímos que así debía sonar el amor en tiempos de feminismo. 

Y ahora, no hay más remedio que ver a través de un enlace y una pantalla a Eddi Circa/Ogra, hasta que podamos volver a verla de verdad, cantando acompañada por su hermana que es más oscura que ella porque Eddi es más de chándal rojo. En estos meses me oí todo el disco porque Paula no dejaba de cantar sus canciones y ponernos trocitos. Yo al día siguiente le enviaba mensajes: ¿cómo era esa canción de Eddi que decía algo de no te compares, no te compares?“ Y ella me la cantaba en un audio de wasap: ”Yo no compito así que no me compares“. 

Escuché muchas veces “Pasar por el Duty Free”, el disco que Eddi sacó durante el confinamiento. Ella, que lleva siete años en la música, siempre con su guitarra y su hermana, como dos ciervas locas en los campos, haciendo cada vez más conciertos hasta que, ya sabemos, desaparecieron los conciertos. Haciéndolo todo así como se puede, grabando en MiPutacasa Estudios. Decía que el disco lo compuso en el 2019, cuando estaba de la olla, lo grabó en el confinamiento y salió a la calle en verano, solo un poquito, como nosotros. Y ha estado acariciándonos desde entonces, soplando las heriditas de soledad, en “El año de la pena”, del que “saldremos más vivas”. Ellas tienen el don de sanar y nosotras les compramos las pastillitas. 

Las pastillitas son sus letras. Me hacen sentir tan enamorada de las personas y de las luchas de las que estoy enamorada. Supongo que es el trap que hacen las traperas cuando tienen penas de amor. O cuando son feministas marxistas. O cuando tienen que sacarse a un tarado de encima, sí, eso, cuando ayudan a sus hermanas a sacarse los piojos de la cabeza. Canciones para abrazar a las hermanas y a las abuelitas. No sé qué clase de música hace Eddi en este disco, algo como folk feminista de cristales, una canción protesta soñadora, trap romántico científico porque también habla de teoremas y de células epiteliales, porque Eddi es física o estudia física y de pronto en un concierto se pone a hablar de quarks y sus canciones románticas se vuelven más raras. 

Y cita a Labordeta, y grita “soy de Aragón”, y versiona a un tal Ricardo Lezón y convierte su canción en la declaración de amor más extraña del mundo, en la que habla de que está lista para casarse con su chica pero también de que su amor no durará para siempre. Y habla de algunas cosas importantes, de algunos aprendizajes. Y cuando crees que el amor es lo suyo, de repente se saca de debajo de la manga un temazo político: “Ay, otro desahucio, otro colegio cerrado/Están quebrando las tienditas del barrio/Acabaré la carrera estudiando desde prisión/Por decir en alto: ”Borbón al tiburón“. Ellos durmiendo entre algodones/Tú ganas cuatro setenta la hora/Echa las cuentas/ No salen las cuentas/”. Y es “un grito de la clase obrera”. 

Todo el poder, del disco Pasar por el Duty Free.

Coda: El baño de Vaciador tenía un agujero por el que podías ver cómo la gente follaba dentro. Esa noche en que Eddi y Raxet cantaron, el baño estaba lleno. Como decía la canción, entre las paredes y nosotras solo había otros cuerpos. Pero eso era antes. Ahora los conciertos de Eddi son por streaming. Vaciador dejó de existir. Van a construir un Carrefour donde bailábamos reggaeton. Cómo es posible. Menos mal, nuestros lugares de enunciación no son físicos, o no solo. Desde el enamoramiento y el chándal, seguimos buscándonos para reencontrarnos.