La burbuja sanitaria y el hospital malo
Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, dice que el Hospital de la Princesa de esta ciudad, un centro de referencia local y nacional en especialidades como la neurocirugía (su servicio, con 50 años, es el más antiguo de España) o la cirugía torácica, se convertirá en un hospital “superespecializado” para personas mayores de 75 años. La superespecialización a la que alude González es extraordinariamente curiosa, si tenemos en cuenta que no existe esa clase de hospitales y que, para más escarnio, el Hospital de la Princesa, puntero en muchas otras especialidades, ni siquiera dispone de la especialidad de Geriatría. Además, fue remodelado ampliamente, con dotaciones en servicios y tecnología cuya inversión, muy importante, se perdería. Y, como recuerda la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid, esta Comunidad tiene una baja dotación de camas hospitalarias, por lo que no tiene ningún sentido un cambio que las reduciría de forma brutal: hoy atiende a 313.000 personas, de las que solo 39.400 son mayores de 75 años.
Cabe, pues, sospechar que lo que González llama superespecialización puede entenderse como superespeculación: la privatización de los hospitales madrileños supone una expectativa de negocio de casi 500 millones de euros. Un negocio que, mientras los madrileños no acabemos con esta enfermiza manía de ponernos malos, podremos calificar, dicho al modo González, de superespecializado. Lo perverso es que tal oportunidad de negocio (como ya la calificó hace cuatro años el anterior consejero de Sanidad, Juan José Güemes) llegue en el momento de mayor necesidad social, cuando se dispara el número de desempleados y el índice de pobreza en el Estado español aumenta de forma dramática. Es decir, cuando los servicios públicos son más necesarios que nunca. Por eso la inmensa mayoría de profesionales de la Princesa, desde médicos a celadores, ha dado en llamar a lo anunciado por González en la presentación de los Presupuestos para 2013 de la Comunidad por un nombre más acorde con las intenciones que se advierten detrás: desmantelamiento. Porque el caso de este hospital viene a sumarse a la destrucción por parte del Gobierno de Rajoy de nuestro sistema sanitario, basado en el derecho universal a la salud y cuya implantación ha sido un logro social del que este país debiera sentirse orgulloso. Sorprende lo lejos que están de ese legítimo orgullo los grandes patriotas del PP.
El nuevo modelo de Sanidad, que el Gobierno impuso con la aprobación del Real Decreto 16/2012, acarrea, como advierte la Coordinadora de Hospitales y Centros Sanitarios, consecuencias muy negativas: “acaba con la atención universal y excluye a diversos colectivos; acaba con la solidaridad, en la que paga más quien más tiene, para que pague más el que más enferme, que habitualmente es el que menos tiene; disminuye prestaciones sanitarias y hace pagar por otras, expulsando de la atención sanitaria a la ciudadanía más vulnerable, lo que provocará muertes; acaba con la seguridad de que nos atenderán cuando estemos enfermos, impulsando la mercantilización de la sanidad: si quieres seguridad, hazte un seguro; no garantiza el derecho a la salud de toda la ciudadanía, lo que es inhumano y xenófobo”.
Los drásticos recortes presupuestarios de González en materia de Sanidad vienen a sumarse a este nuevo modelo: si eres pobre, inmigrante, pensionista, enferma crónica, te las verás y te las desearás para recibir atención sanitaria. Los ricos siempre han tenido la opción de recurrir a la medicina privada. Nada que objetar: los que no eran ricos tenían una Sanidad pública envidiable. ¿Por qué abandonar ahora a su suerte a los desfavorecidos? Según la Coordinadora de Hospitales, por “pura ideología”. Tienen razón: nos recuerdan que entre Sanidad y Educación (nada más y nada menos: lo imprescindible) el Gobierno se propone recortar 15.000 millones de euros, cuando rescatan a Bankia por 23.500 millones de euros y ahora por 100.000 millones de euros a todo el sistema financiero. Es una vergüenza. Desmantelar la Sanidad y la Educación de un país es un crimen por el que sus responsables debieran acabar en el banquillo.
En el Hospital de la Princesa se han encerrado. No se dan por vencidos. Javier Cordón, de la Coordinadora, dice que el Gobierno actúa dando las cosas por hechas pero que no es así, que se puede, se debe, evitarlo. Faltan dos meses para que esos Presupuestos sean aprobados y la movilización es necesaria para impedirlo. Profesionales y ciudadanos debemos apoyarla, pues no quedará en la Comunidad un solo hospital cuya gestión sea pública al 100%: se privatizarán totalmente los hospitales de Vallecas, Arganda, Coslada, Aranjuez, San Sebastián de los Reyes y Parla, así como la Unidad Central de Radiología, lo que afectará a más de 5.500 profesionales; se privatizarán los “servicios no sanitarios” de los 36 hospitales públicos; se privatizará la Lavandería de Mejorada del Campo, que se ocupa del material de la gran mayoría de los hospitales de la Comunidad, lo que afectará a otros 400 trabajadores; se concentrarán los laboratorios en cuatro hospitales (La Paz, Doce de Octubre, Puerta de Hierro y otro por determinar), lo que supondrá una drástica reducción de personal y calidad en el servicio; se privatizará el 10% de los Centros de Salud de Atención Primaria. Más la posibilidad de despido colectivo de personal público laboral por Expediente de Regulación de Empleo.
Las consecuencias de todo ello las pagarán los profesionales de la Sanidad pública y las pagaremos los usuarios. Lo indignante es saber que el motivo de este desmantelamiento es una política al servicio de los ricos, de los bancos y de las grandes empresas: les están regalando el dinero y los bienes públicos. Se les acabó el chollo de la burbuja inmobiliaria y están creando una nueva burbuja, la sanitaria. Detrás de los bancos malos vendrán los hospitales malos. Pero, recordemos: estos Presupuestos no están aprobados. El llamamiento es claro: con una movilización sostenida y masiva, podremos pararlos. Por eso la Coordinadora de Hospitales y Centros Sanitarios nos convoca el martes 6 a las 11 de la mañana y a las 6 de la tarde a la concentración que se celebrará en el Hospital de la Princesa. Cualquiera que tenga la enfermiza manía de ponerse malo, de defender una Sanidad pública solidaria y superespecializada de verdad, deberá estar allí.