Los políticos se han pasado toda la semana diciendo que habría que hacer una campaña más ligera, más barata, más piadosa con los votantes que están ya hasta el gorro. Y eso, paradójicamente, es el primer acto de esa campaña que tiene que durar lo justo, pero que en teoría no debería empezar hasta el 10 de junio. Ese gesto de presunta no campaña vino impulsado por otra campaña, en este caso de imagen, que puso en marcha el rey al solicitar a los partidos que no gasten mucho.
La campaña en la que ya estamos, aunque nos digan que no es campaña, tiene que ser buena, constructiva, para no empujar al votante a cerrar la puerta de casa por dentro el día de las elecciones. Por eso, Pdro Snchz, que no ha querido tener con Rajoy ni la típica conversación de ascensor, nos dice ahora que se equivocó al llamarle “indecente”. Porque esas cosas siempre suman en la no campaña en la que, según dicen, estamos.
Como no estamos aún en campaña, porque los líderes esta vez la quieren hacer más corta, hay mítines y actos de campaña entre semana y los fines de semana. Va a ser tan corta, que los dirigentes de los principales partidos han hecho entrevistas de campaña durante el último fin de semana de abril, cuando ya vamos oficialmente a elecciones, a pesar de que todos aseguran tener claro que la campaña no empieza hasta junio.
Como insisten en que aún no estamos en campaña, porque va a ser más corta, Pablo Iglesias ha posado con la melena alborotada, Snchz con un traje impecable en una terraza con vistas y Rajoy con el pulgar levantado, mientras espanta el debate de la sucesión. Bien por el asesor que ha conseguido que no se le escapara el dedo índice porque, aunque no estamos en campaña, debe quedar claro que no hay otro líder para las elecciones de finales de junio.
No deja de ser curioso que, sin estar aún en campaña, todos sepamos ya más o menos por dónde van a ir los discursos a partir del 10 de junio. Rajoy apelará al voto útil, Snchz (que tiene que hacer al mismo tiempo campaña dentro del PSOE) dirá que el PP sigue en Moncloa por culpa de Podemos, Iglesias pedirá más fuerza para hacer lo que el PSOE no ha podido/querido hacer y Albert Rivera dirá que Ciudadanos ha sido el único capaz de dialogar, negociar y pactar por España y nada más que por España.
Gracias a que aún no estamos en campaña, los besos a las señoras serán flojos, no de esos que suenan. Y las fotos con niños -qué coincidencia, siempre hay niños en los actos, aunque no estemos en campaña- se mantendrán, porque quién le va a decir que no a un pequeñín al que encima le han subido el IVA de “los chuches”. Estos días hemos visto a Rajoy servir copas para la foto en el bar Rocinante de El Toboso; no porque estemos en campaña, qué va, sino porque ya reveló por error que anda con la agenda muy libre.
Me atrevo a decir que ningún partido va a ir a una campaña buena, bonita y barata: si no acostumbran a cumplir lo que dicen en campaña, a dónde irá lo que sueltan cuando en teoría aún estamos fuera de plazo. No será buena, porque hay varios candidatos que se juegan definitivamente su supervivencia. No será bonita, porque algún día caerán en la tentación del Naranjito, los bolivarianos, la ETA, el indecente y el ruin. Sí puede que sea algo más barata, pero recordemos que algunos no tendrán futuro el 27 de junio y, por lo tanto, para ellos la inversión es de vida o muerte.
La campaña tendría que ser ligera, dicen. Sin embargo, tiene pinta de que vamos a estar dos meses como comiendo torreznos. Torreznos por la mañana, torreznos por la tarde y torreznos por la noche. Qué ganas, qué ilusión esa vuelta a la infancia, ese momento tan especial, en la mesa del salón, anunciando que has hecho bola.