Déjalo Pedro, estás rodeado

Definitivamente algo pasa con Pedro Sánchez. En diciembre a los suyos no les valía que dejase gobernar a Mariano Rajoy, pero tampoco que negociase con los independentistas o con Podemos para armar una alternativa. Ahora les sigue sin valer que permita la investidura de Rajoy o hable con Podemos o los nacionalistas, pero además tampoco les sirve que hable con Ciudadanos; por supuesto, ni entonces ni ahora, ninguno quería otras elecciones.

Los barones socialistas son tan líderes, están tan pendientes de aquello que les importa realmente a los ciudadanos y tienen tan claro que no hay que marear más a la gente que cuando les preguntan qué harían ellos, o no saben, o no contestan. Es como cuando tu madre quiere que hagas algo y tú tienes que adivinar qué es exactamente, pero sólo sabes que si no lo haces se va a enfadar mucho.

Si les preguntas a los otros, la cosa no mejora. Para Rajoy y el PP el secretario general socialista parece el clásico tipo a quién todo el mundo en la oficina le pregunta qué hace todavía aquí cuando se lo encuentra por el pasillo. Siempre están dirigiéndose a alguien que no es él cuando emplazan a los socialistas. O a Felipe González, o a Susana Díaz, o a García Page, o a Fernández Vara, o a Zapatero, o al primer ex ministro socialista que se les ponga a tiro.

En eso se parecen bastante a Albert Rivera, que se mete tanto en el papel de Adolfo Suarez 2.0 que parece incapaz de entenderse con ningún líder que tenga menos de sesenta años y no haya vivido la Transición.

A su izquierda tampoco parece que le tengan mucha fe. Cuando no le andan nombrando el gobierno, le están pintando la cara con cal viva, o le mandan de parranda con todos los ex presidentes de su partido, o le ven a punto de ceder alguna presión. A Sánchez siempre le toca hacer de chico de los recados de alguien, de sus barones, del Ibex35, de los editores de prensa o de la casta.

Haga lo que haga está mal. Si vota no porque carece de alternativa y si busca una alternativa porque debería haber votado no. Ha bastado que Pedro Sánchez haya anunciado que pensaba hablar con los líderes de los restantes partidos para ver qué salidas se pueden explorar para que todo el mundo se haya puesto en plan Terminator, a ver quién lo mata antes de que se convierta en John Connor. Si llega a anunciar algo más, acaba teniendo que salir de incógnito del país esa misma noche.

Si nos dieran a todos un euro por cada vez que alguien ha matado a Pedro Sánchez, ya no seríamos pobres. En eso se parece cada vez más a Rajoy, sus adversarios no saben bien con quién se las gastan.