Era difícil imaginar, por el momento, una inocentada esperpéntica de mayor volumen a estas alturas del proceso independentista en Catalunya. Día que pasa se comprueba cómo se prolonga su agonía en medio de la más absoluta confusión. Han pasado tres meses del 27-S y el país se encuentra más paralizado que nunca. Nadie está contento con su suerte, pero no se ha producido una sola dimisión –sobre todo por parte nacionalista–, como si este verbo no figurara en el diccionario político del país. Sí que aumenta la división entre los partidos políticos, que se quiebran por la mitad, con la misma rapidez que asistimos a la defunción del proceso. La política de pasillos parece ser que cede ante la aparición del submarinismo.
El mejor ejemplo para ilustrar esta situación es la película Los hermanos Marx en la ópera, en donde el mudo Harpo Marx se balancea por la tramoya del teatro, cambiando a cada momento los decorados y las situaciones. Solo el tenor sigue interpretando su aria sin percatarse de nada de cuanto ocurre a su alrededor. Pasamos de la epopeya al sainete espectacularmente.
Oriol Junqueras defiende su “sueño impenetrable”. Romeva actúa como el “primo de zumosol”. Homs, más conocido como el gacela, nos habla de las hienas. Todos unidos en busca de una solución que permita a los cuperos dar el sí, aunque sea provisional, pero que ahora, como en el viejo sainete de Arniches, se mantienen entre “ni el sí, ni el no, sino todo lo contrario”. A este panorama solo nos falta Concha Piquer cantando “Unos decían que sí, otros decían que no [...] quién me compra este misterio, adivina, adivinanza”. El juego de “la parrala” no termina nunca. Rajoy continua tapado lanzando torpedos de vez en cuando y la discusión sobre el Referéndum provoca más disensiones que adhesiones. Lo único que ha desaparecido es la ola de malos olores que dominaron unas jornadas el área exterior de Barcelona.
¿Qué han sido de aquellas fórmulas supercreativas que el Conseller Homs prometía? Hasta el momento no se ven las soluciones mágicas, tan solo humillación por lo que estamos viviendo. Dicen que el 2 de enero la CUP puede dar la sorpresa. “Diabólico suspense”. Hasta el momento el futuro es pasado. Buen instante para recordar a Salvador Espriu. “A veces es necesario y forzoso/ que un hombre muera por un pueblo/ pero nunca ha de morir todo un pueblo/ por un hombre sólo”.