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Como Cronista de la Villa de Madrid considero que la Medalla de Honor a Israel deshonra a la ciudad

Residentes buscan entre los escombros en  Deir al-Balah, Gaza, tras un ataque israelí en Gaza

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“El Cuerpo de Cronistas Oficiales de la Villa de Madrid está conformado por personas físicas, por designación municipal, siempre a título personal y no por representación, con carácter honorífico, vitalicio y no remunerado. El título lo otorga el pleno del Ayuntamiento de Madrid a personas que se hayan distinguido en su actividad profesional en cualquier tipo de estudios, investigaciones, publicaciones o trabajos, o divulgación sobre temas relacionados con la ciudad de Madrid (España). A cambio deben emitir su opinión y evacuar las consultas sobre aquellos temas que el Ayuntamiento de Madrid considere y les remita”, (Wikipedia).

Como Cronista de la Villa de Madrid, he recibido del Ayuntamiento de Madrid, como el resto de Cronistas de la Villa, solicitud de mi opinión en relación a la propuesta de Vox, secundada por el PP, de conceder la Medalla de Honor de la Ciudad de Madrid al “pueblo israelí”. Cinco de los nueve Cronistas actuales han emitido al respecto un informe conjunto desfavorable a tal concesión, considerando que el propio Reglamento de Distinciones Honoríficas es claro al fijar los requisitos para el otorgamiento de la Medalla de Honor de la Ciudad de Madrid. En su Artículo 17, dicho Reglamento dice textualmente: “La Medalla de Honor de la Ciudad de Madrid se otorgará con carácter excepcional para distinguir a aquellas personas físicas o jurídicas, nacionales o extranjeras, que hayan destacado por sus extraordinarios méritos personales y por haber prestado servicios muy relevantes a la ciudad de Madrid”.

No hay constancia de que el “pueblo israelí” (sea ello lo que sea) haya destacado así ni prestado tales servicios, por lo que la propuesta de Vox y el PP no se ajusta a ninguno de los requisitos contemplados en el Reglamento para la concesión de ese honor. En este sentido, mi opinión como Cronista de la Villa coincide con la de resto de Cronistas, siendo también desfavorable a tal otorgamiento.

Sin embargo, a esta motivación reglamentaria, de carácter meramente técnico, he querido añadir, como ciudadana de Madrid que además es Cronista de la Villa, otras motivaciones de carácter político y ético, por lo que he hecho llegar al Ayuntamiento de Madrid un informe individual desfavorable a tal otorgamiento.

En mi informe destaco que el Gobierno de Israel viene llevando a cabo un largo y sistemático proceso de invasión, colonización y exterminio en Palestina, que en las últimas semanas, tras el violento ataque de milicianos del movimiento islamista Hamas el pasado 7 de octubre, se ha convertido en un auténtico genocidio de la población palestina en la Franja de Gaza, una masacre de niños desmembrados, hogares bombardeados, hospitales tiroteados, retenidos desnudos, suministros cortados, vías de ayuda humanitaria bloqueadas, periodistas silenciados y asesinados. Conceder cualquier tipo de reconocimiento honorífico a un Gobierno que está desplegando tal operativo de venganza indiscriminada, aplicando semejante castigo colectivo, resultaría, cuando menos, de una inoportunidad sonrojante. Cuando más, supone otra provocación, escandalosa, de las ultra derechas municipales madrileñas.

Son décadas de incumplimiento del derecho internacional y de las resoluciones de Naciones Unidas por parte de los sucesivos gobiernos israelíes, y ningún otro gobierno del mundo debe ser cómplice de ese incumplimiento ni del genocidio al que estamos asistiendo hoy. Ni con su silencio, ni con su apoyo de cualquier naturaleza, como sería la concesión de una Medalla de Honor. Produce, además, escalofríos pensar que la entrega de esa Medalla tendría lugar en la festividad de San Isidro, coincidiendo con la conmemoración de la Nakba, el primer gran éxodo palestino, que en 1948 se saldó con más de 700.000 personas desplazadas. Hoy ya son casi 2 millones las personas desplazadas en Gaza, la mitad de ellas, menores. Los bombardeos y la ofensiva terrestre israelí han provocado la muerte violenta de más de 18.800 gazatíes, de los que más de 7.000 eran menores. Miles de niños y niñas permanecen desaparecidos bajo los escombros. Miles de niños y niñas se han quedado solos. La ONU estima que el 100% de la población de la Franja de Gaza necesita ayuda humanitaria.

¿A qué “pueblo israelí” se refieren Vox y el PP al querer distinguirlo con la concesión de la Medalla de Honor de la Ciudad de Madrid? ¿Se refieren a los israelíes que se manifiestan en todo el mundo contra la masacre perpetrada en su nombre en Palestina? ¿O se refieren a los colonos de los asentamientos ilegales, que arrasan decenas de aldeas palestinas con la connivencia e incluso la ayuda del Ejército y las autoridades israelíes? ¿Se refieren a los colonos que disparan contra adolescentes y talan los olivos palestinos (coincidirían también, por cierto, en el honor de la violencia arboricida)? ¿Se refieren a los soldados del Ejército israelí, que bombardea en Gaza barrios y edificios de manera indiscriminada y ataca hospitales con francotiradores? ¿Se refieren Vox y el PP al ministro israelí Amichai Eliyahu, que pide una bomba atómica en la Franja para “matar a todo el mundo”? ¿Se refieren Vox el PP a Yoav Gallant, titular israelí de Defensa, cuando defiende la privación de agua, electricidad o combustible a los gazatíes porque “son animales y hay que tratarlos como tal”? ¿Se refieren al ultra sionista Netanyahu, que no quiere un alto el fuego que supondría su muerte política? ¿Quién es el “pueblo israelí” al que se refieren Vox y el PP y al que pretenden distinguir con honores?

El éxodo y el exterminio de hoy de la población palestina están siendo denunciados como crímenes de lesa humanidad por las más importantes instancias internacionales, desde el secretario general de Naciones Unidas al Papa Francisco, por las principales organizaciones humanitarias y hasta por el Fiscal del Tribunal Penal Internacional. Abochorna, indigna, duele y asusta que el Ayuntamiento de Madrid pretenda, no solo desmarcarse de ese clamor humanitario mundial, sino destacarse con el apoyo de una distinción que hace cómplice de esos crímenes a la ciudad de Madrid. Con tal pretensión, se arriesgan, para mayor despropósito, a alentar entre la ciudadanía un abominable antisemitismo, que no ha de confundirse nunca con el legítimo y urgente antisionismo.

Mi opinión, pues, como ciudadana madrileña, y como Cronista de la Villa de Madrid, tal y como he manifestado en mi informe individual al respecto, es radicalmente desfavorable al otorgamiento a Israel (al “pueblo israelí”) de la Medalla de Honor de la Ciudad de Madrid. Un Medalla que sería cómplice de los horribles crímenes que los colonos, el ejército y el Gobierno israelíes están perpetrando en Gaza y en toda Palestina. Una Medalla que haría cómplice a Madrid de un genocidio.

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