Todo parte de una mentira que se repitió machaconamente: Rajoy debía gobernar porque había ganado en las urnas. Era eso o terceras elecciones. Falso, porque en nuestro sistema parlamentario necesitaba que las Cortes le permitieran formar gobierno. Así ocurrió solo con el apoyo del PP, Ciudadanos, Coalición Canaria, UPN, Foro y la abstención de 68 diputados socialistas. Hay otra falsedad: España es del Partido Popular. Tampoco. El resto de partidos lograron el doble de votos, pero no se pusieron de acuerdo para desbancar a un Rajoy sin mayoría absoluta.
Hay mentiras que se repiten mil veces para intentar convertirlas en verdad. Calan hondo en la opinión pública. Por eso, conviene estar alerta. Ocurre cuando el presidente promete un nuevo gobierno dialogante, pero parece pasarse por el forro las últimas decisiones del Congreso. En los últimos días, PSOE, Unidos Podemos, Ciudadanos o los nacionalistas, con alianzas diversas, han votado para derogar la ley mordaza, la reforma educativa del PP, combatir la pobreza energética, aumentar las pensiones o por la pluralidad en RTVE. El mismo Rajoy que prometió escuchar a las Cortes tiene la ocasión de no silenciar estos acuerdos.
El partido del gobierno ha vuelto a recurrir a “Cuba y Venezuela” para responder que allí están peor y defender asuntos como la Ley Mordaza. Convendría que no se fueran, como Curro, hasta el Caribe y vieran que en España puede haber multas de hasta 600.000 euros en manifestaciones, cortes que dejan sin calefacción a los pobres o una televisión de partido pagada por todos. No hay que irse a Caracas. Acaban de decírselo en el Congreso. Carrera de San Jerónimo. Madrid. Sede de la soberanía popular. Lugar para demostrar que el diálogo es algo más que papel para ser mojado con caladas de puro.
El mismo Rajoy que prometió hace un mes “negociar cuanto sea menester”, anda ahora buscando fórmulas para tumbar las leyes que tramiten los otros grupos parlamentarios. Aún está a tiempo de sumarse y no bloquear al resto, cuando le dicen que en España pueden multarte con hasta 30.000 euros por parar un desahucio, con hasta 600 por llevar un bolso con cuatro letras en inglés o dejarte sin luz sin avisar a los servicios sociales, mientras unas 7.000 personas están muriendo al año con pobreza energética.
No se entendería que silencie estas demandas, señor Rajoy. Ni aunque saliera otra vez Rafael Hernando haciendo de forense y nos dijera que la culpa es de la oposición y de la prensa, dirigiéndonos otro de sus mensajes instructivos a través de esa RTVE que ustedes controlan precisamente con continuas denuncias de manipulación informativa. Esto no es “o yo o el caos”, presidente. Tampoco enseñar encuestas y amenazar con disolver y otras elecciones. El Parlamento no es su “Scattergories”, señor Rajoy, y no se trata de aceptar mordazas como animal de compañía.