Mamá, yo voy a hacer la huelga de las mujeres
La afirmación del título refleja el diálogo entre una madre nacida en los 60 y una hija de la generación zeta, en España, año 2018. Y me pregunto: ¿Qué hace que una niña de 15 años quiera hacer la huelga de mujeres del día 8 de marzo?
Puede significar que no percibe la dosis razonable de igualdad entre hombres y mujeres y cómo iba a hacerlo si pone la televisión y las mujeres que aparecen en la pantalla de los informativos son todas jóvenes y guapas, con cuerpos de modelo y melenas a la moda; mientras que los presentadores no son ni especialmente guapos, ni jóvenes, ni siquiera demasiado buenos en pantalla.
Cómo iba a hacerlo si en la política no hay candidatas a la presidencia del gobierno y en las cúpulas de los partidos, incluso los nuevos, incluso los de izquierdas, las mujeres tienen escasas responsabilidades.
Cómo iba a hacerlo si hay jornadas mundiales de la mujer en la ciencia y ésta es celebrada como una rareza porque el porcentaje de científicas de la historia es irrisorio por inexistencia y, a veces, por ocultación.
Cómo iba a hacerlo si en la mancheta de uno de los medios digitales de comunicación más leídos y de mayor difusión en España no hay ninguna mujer entre los responsables de áreas y departamentos.
Cómo iba a hacerlo si dos de los temas más escuchados entre los jóvenes arrojan estas dos frases en su letra: “Estoy enamorado de cuatro babys. / Siempre me dan lo que quiero. / Chingan cuando yo les digo /ninguna me pone pero». (Maluma) o «Y es que yo quiero la combi completa. ¡Qué! Chocha, culo y teta” (Daddy Yankee).
Cómo iba a hacerlo si acaba de ver en las noticias que las mujeres cobran menos que los hombres, y que al presidente del Gobierno le parece una exageración. Y no sólo cobran menos de forma directa, sino también porque las mujeres que deciden atender a sus hijos pierden sus carreras, sus pluses y sus bonus.
Cómo iba a hacerlo si hay que hacer un pacto de estado para impedir que las mujeres mueran a manos de sus parejas hombres. Y aun así siguen muriendo.
Cómo iba a hacerlo si se llega a poner en duda la responsabilidad de una mujer en su propia violación por un grupo de neandertales, por lo provocador de su atuendo o por el grado de la resistencia que opuso.
Esa niña de 15 años ha descubierto la indignación feminista, la misma que su madre o su abuela. Y sin indignación no hay movilización, sin radicalismo no hay visibilidad. Esa niña le acababa de decir a su padre, un cincuentón de izquierdas y feminista, que su canción favorita de amor es “una puta mierda machista que cuenta la historia de un controlador repugnante”, y la canción es “Every breath you take”, de The Police (cada vez que respiras, te estoy vigilando).
Y la gran pregunta, ¿por qué sólo las mujeres harán esa huelga?, ¿es que los problemas de las mujeres no afectan también a los hombres que, quieran o no, están rodeados de mujeres?
No es sólo la brecha salarial, es la percepción de que los problemas de las mujeres no están en la agenda, y de que las mujeres que protagonizan las noticias lo hacen por ser víctimas, rarezas o bellezas.