Podemos: una propuesta para ganar este país. La experiencia de construir ¡Claro que Podemos!
El encuentro presencial de la Gran Asamblea Ciudadana de Podemos ha culminado desbordando de ilusión el final de un camino extenuante pero enriquecedor, lleno de esperanzas puestas en un proceso constituyente inédito para una organización política inédita, que ha optado por construirse democrática y participativamente. Tras cuatro intensos meses de debate y participación de miles de personas en cada rincón de nuestra geografía, llegó el momento de definir los principios políticos, éticos y organizativos de Podemos, y constituir así una herramienta plenamente preparada para ganar este país.
Aunque el titular pudiera estar en esta recta final al sprint, la emoción y la riqueza de este proceso constituyente ha estado precisamente en el camino, en cada hito y meta volante de cada etapa.
Más de doscientos borradores configuraron inicialmente el destilado de decenas de asambleas y debates sobre las propuestas política, organizativa y ética para Podemos. Pero sin duda, la etapa más eriquecedora ha sido la que nos ha llevado a hacer confluir estas propuestas, muchas veces coincidentes, otras veces complementarias, pero todavía desconectadas por un proceso de elaboración fundamentalmente local de los documentos. Un riquísimo crisol de opciones puestas en diálogo, reflejo de la heterogeneidad de nuestro pueblo, para el cual nos reclamamos instrumento de recuperación de soberanía.
En este proceso la principal novedad, ADN de Podemos, radicaba en un principio irrenunciable: construcción radicalmente democrática de nuestra organización, prefigurando el proyecto de país que vamos a hacer realidad; construcción de máximos consensos entre las propuestas que se complementan y enriquecen, y resolución colectiva y participada del disenso. Un método para la construcción de una organización que, insistimos, prefigura un método para una nueva forma de hacer política en el país: traducir los consensos sociales al ámbito político institucional y devolución de la voz y el voto a la ciudadanía para resolver mediante la participación democrática aquellas cuestiones en las que nuestro pueblo no haya alcanzado aún opiniones mayoritarias.
Este fin de semana, en nuestro encuentro presencial, abordamos la última etapa, la de la resolución de los disensos mediante el ejercicio de nuestro derecho al voto, a expresar, todos y todas, cada uno de nosotros y nosotras nuestra opinión sobre las distintas propuestas sobre el tablero. Lo hicimos conscientes de que una condición sine qua non de este método es que discutimos desde la confianza y el encuentro en el objetivo común. Dicho en román paladino: que no se equivoque la casta, lo que decide Podemos en estos días no es si la echamos o no, sino cómo vamos a hacerlo.
Entre las propuestas que en estos días se dirimen, los que hemos formado parte del equipo Claro que Podemos, liderado por nuestros compañeros Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa y Luis Alegre, nos sentimos orgullosos del trabajo realizado, y hemos vivido el encuentro presencial con la explosión de pasión que corresponde a la tarea que abordamos: construir Podemos para ganar este país.
Hemos vivido con emoción la elaboración colectiva de los documentos, y el enriquecimiento de los mismos con las aportaciones de decenas de transacciones y enmiendas e innumerables aportaciones y sugerencias recibidas en persona en las decenas de asambleas y reuniones sostenidas por toda la geografía nacional.
Son casi un centenar de incorporaciones a los distintos documentos, 38 de las cuales se han materializado en transacciones completas. Un número que se queda corto para reflejar multitud de enmiendas elaboradas e incorporadas a los documentos en formas parciales o informales, propuestas por compañeros o compañeras que no alcanzaron a presentar sus documentos o simplemente prefirieron comunicarse directamente con nosotros. Pensamos por ejemplo en el equipo andaluz de cooperación y participación, que nos recordaba cómo en esta nueva forma de hacer política que propone Podemos el viejo militante es ahora un facilitador de la participación ciudadana. O en los compañeros y compañeras de Donosti, que nos recordaban que había que fijar el tamaño mínimo para los círculos, y que el barrio podía ser una apuesta acertada. Entre este grupo se encuentran también los compañeros y compañeras de Podemos Participar Más, de cuyo documento, abanderado por la eurodiputada Tania González, hemos incorporado cuestiones transcendentales en materia de igualdad de género y lingüística o en la priorización de las tareas para las próximas semanas: un calendario para la rápida constitución de nuestras estructuras locales y autonómicas.
Transcendental ha sido la incorporación de las propuestas del equipo de Pablo Soto, que facilitan la participación directa de los miembros de Podemos en el día a día de la organización. Tras la transacción con su propuesta el modelo organizativo del documento Claro que Podemos incorpora facilidades para arrancar un proceso revocatorio con sólo un 1% de las firmas de los inscritos y mecanismos para que el inicio de un proceso conducente a una consulta al conjunto de los inscritos requiera sólo del 0,2% de éstos (unos 250 en este momento).
No menos importante ha sido la transacción con el Círculo de Empleados y Empleadas Públicas de la Junta de Andalucía, que incorporó un conjunto de imperativos éticos para futuros altos cargos de Podemos en las instituciones. El título de la transacción lo dice todo: Cero privilegios. El documento ético siguió enriqueciéndose con posterioridad y tan sólo en el último día Claro que Podemos transaccionaba con 10 documentos éticos.
En las postrimerías del proceso se incorporaban aportaciones de compañeros y compañeras de Maracena (Granada) sobre la doble militancia, de Málaga Oeste para hacer recaer sobre las Asambleas Territoriales la creación de órganos intermedios, o de Cáceres, apostando por facilitar la organización en los municipios pequeños.
De enorme calado ha sido también la incorporación de todo un anexo con propuestas para facilitar la participación de Podemos en el escenario electoral municipal, preferentemente en la forma de agrupaciones electorales, lo que constituía un reclamo de muchas asambleas. Y no podemos olvidar incorporaciones funcionales de última hora en cuestiones transcendentales para la cotidianeidad organizativa de Podemos: herramientas de participación para los círculos, elaboradas con el círculo TIC, y un protocolo financiero construido por los muchos y muchas compañeras que han estado al frente de las cuentas claras de Podemos en el territorio, que permitirá seguir haciendo de ésta la única organización política del país con sello de calidad de transparencia y rendición de cuentas.
El resultado está a la vista. Unos documentos fruto de la reflexión colectiva y de la participación ilusionada de cientos de compañeros y compañeras. Unos documentos coherentes entre sí para dar forma a los pilares de una organización que se conforma con un objetivo, un reto político de primera magnitud: sepultar una partidocracia corruptocrática que amenaza con arruinar las esperanzas e ilusiones de las grandes mayorías sociales. Una propuesta integral para consolidar Podemos como herramienta para la democratización y la recuperación de la soberanía popular: una apuesta completa y decidida para ganar este país.
Quienes hemos sido parte de este proceso no albergamos duda alguna: así, Claro que Podemos.