El PP da trabajo
No se puede negar la capacidad de las gentes del PP para encontrar o dar trabajo a los suyos.
Superados los seis millones de parados en España, el PP demuestra que es un auténtico yacimiento de empleo, ajeno al principal problema del país.
Esperanza Aguirre se va unos minutos a su plaza de funcionaria, después de varios planes quinquenales en lo público, y acaba de encontrar acomodo en una empresa privada en la que, sin duda, hará valer su agenda y la red de favores dados y recibidos durante tantos años de monocultivo del poder.
Aguirre sigue aferrada a la primera línea de la política y practicando la bicefalia, en contra de lo prometido, y no excluyan una nueva pirueta para que su cargo de presidenta del PP sea heredado por quien ella quiera y no por el que pretenda Mariano Rajoy.
Juan José Güemes, exconsejero de Sanidad con Aguirre, ha encontrado varios trabajos desde que dejó el Gobierno de Madrid hasta obtener un empleo muy bien remunerado, fruto de sus gestiones cuando estaba en lo público.
El yerno de Carlos Fabra acaba de abandonar ese puesto privado, con lo que deja un poco descolocados a los que han defendido vehementemente que debía seguir en la empresa a la que favoreció.
Como la puerta no deja de girar, parece evidente que ha empezado el tiempo de descuento hasta que Güemes tenga un nuevo trabajo, no preocuparse.
Ahí tenemos a ese otro manantial liberal, Rodrigo Rato, bien retribuido en Telefónica por no hacer nada, después de haber privatizado la empresa que hoy preside quien le ha pagado los favores prestados y tras haber pillado un dineral en Bankia. (Por cierto, ¿está en condiciones Rato de afirmar que la tesis doctoral que él leyó cuando era ministro, y que presuntamente hizo mientras era ministro, fue realmente escrita por él, o creó un puesto de trabajo para elaborarla?).
Ángel Carromero se fue a ayudar a la oposición cubana, provocó un accidente en el que murieron dos de sus máximos representantes, fue encarcelado en Cuba, entregado a España y ha sido puesto en libertad gracias a que ha encontrado un trabajo como asesor en el Ayuntamiento de Madrid.
Sí hay dinero para Carromero, a pesar de sus escasas luces, su nula preparación y su expediente, manifiestamente mejorable en lo tocante a accidentes de tráfico.
La lista es larga y ancha, como la irritación de los ciudadanos, que ven como el paro afecta a casi todas las familias españolas, que ven como gente preparada y competente se quema en el ostracismo, mientras los más liberales de la clase exprimen lo estatal en beneficio propio y da igual lo incompetentes que sean para encontrar siempre trabajo, así en lo publico como en lo privado teledirigido por lo público.
La red de colocaciones organizada por el único mérito de los servicios prestados, de los favores pagables -así en tiempos de bonanza como de crisis-, resulta doblemente sangrante para miles de españoles cuando el paro supera los seis millones de personas.