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La conjunción de la derecha gallega
Las elecciones que se celebran en Galicia muestran una realidad. Si el Partido Popular presumía de que en la tierra de Emilia Pardo Bazán no existía Vox, las convocatorias para confrontar programas y tendencias, los debates en los medios de comunicación, lo dicen bastante claro. Y tras las elecciones del 18F seguirá sin existir, puesto que se ve que esa ultraderecha ya estaba integrada en su estructura conservadora. Si en una comunidad de cuatro provincias, con cerca de dos millones setecientas mil habitantes, los votos a Vox no llegaron a ochenta mil el pasado 23J es que la ultraderecha está conforme con lo que hace el Gobierno de la derecha. Quizá el dato induce a error ya que si el PP es una evolución del franquismo y Vox dice rechazar esa evolución, el votante gallego prefiere votar al original antes que al imitador.
La razón principal es que Vox es más radical, parece estar integrado en los populares en la comunidad por lo que los conservadores gallegos no ven necesario invertir en un proyecto más radical y que pudiera remover su estructura tradicional y continuista. Si los presuntos voxtantes radicales ya votaban al Partido Popular puede decir que votar a unos u otros es lo mismo.
Pero una de las pruebas de que votar a uno u a otro es lo mismo es que el presidente popular ha asimilado las exigencias de Vox en otras comunidades autónomas y en alguna ya practica la misma política de ultraderecha, como es el caso de Madrid. Si en Andalucía, Aragón, Comunidad Valenciana o Extremadura pactan planes que nos retrotraen a tiempos de la dictadura franquista, más de medio siglo después, Vox cambia poco sus exigencias en la comunidad gallega pues su política coincide con la practicada hasta ahora por el partido gobernante.
Las elecciones que se celebran en Galicia muestran una realidad. Si el Partido Popular presumía de que en la tierra de Emilia Pardo Bazán no existía Vox, las convocatorias para confrontar programas y tendencias, los debates en los medios de comunicación, lo dicen bastante claro. Y tras las elecciones del 18F seguirá sin existir, puesto que se ve que esa ultraderecha ya estaba integrada en su estructura conservadora. Si en una comunidad de cuatro provincias, con cerca de dos millones setecientas mil habitantes, los votos a Vox no llegaron a ochenta mil el pasado 23J es que la ultraderecha está conforme con lo que hace el Gobierno de la derecha. Quizá el dato induce a error ya que si el PP es una evolución del franquismo y Vox dice rechazar esa evolución, el votante gallego prefiere votar al original antes que al imitador.
La razón principal es que Vox es más radical, parece estar integrado en los populares en la comunidad por lo que los conservadores gallegos no ven necesario invertir en un proyecto más radical y que pudiera remover su estructura tradicional y continuista. Si los presuntos voxtantes radicales ya votaban al Partido Popular puede decir que votar a unos u otros es lo mismo.