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Opinión | Ya empezamos, por Antón Losada

La educación no necesita pin

Xose Manuel Ramos

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La derecha española y la derecha de la derecha operan usando dosis excesivas de anestesia y administrando a los pacientes, aún medio adormilados, no menos excesivas dosis de ocurrencias. Así tapan sus deficiencias democráticas y alimentan sus delirantes añoranzas por figuras y estilos pasados.

Son osados y osadas nuestras derechas y no dudan en desacreditar a todo un colectivo de docentes, desde la primaria hasta la Universidad, cuestionando su labor profesional y dudando de su metodología a la hora de educar y al mismo tiempo convocan a los padres y les instan a reclamar el derecho de veto a los contenidos educativos dentro del horario escolar: la ocurrencia del pin parental.

Que distinto proceder al de sus padres ideológicos, que blindaron los colegios y academias de todo el país a cualquier intervención de los padres que, como en mi caso y el de muchos de mis compañeros, sólo se les llamaba para advertirles del mal comportamiento de su hijo después de educarle a este, dentro del aula, con unas hostias bien dadas y sin consagrar.

La izquierda, nuestra izquierda, tiene una ocasión inmejorable para demostrarnos a todos y a todas su compromiso social y democrático y atacar estas ocurrencias peligrosas con valentía y confianza en el pueblo. Esa confianza que siempre eché en falta en nuestra izquierda, tan intelectualizada a veces y tan poco atenta a las personas que la alimentaron y que sufrieron hasta la muerte por ella.

La EDUCACIÓN (con mayúsculas) es el elemento básico de una convivencia justa y solidaria; es la cimiento básico sobre el que asentar una democracia y si este Gobierno de coalición no es lo suficiente lúcido para verlo y lo suficiente valiente y comprometido para enfrentar de cara y con medidas los misiles doctrinarios que los ultras (llamémosles de una vez por su nombre) le están lanzando, este barco puede hundirse y con él todos y todas los que abrigamos esta gran esperanza de una democracia más justa e igualitaria.

La educación como institución necesita mucha mejora, no lo dudo, pero lo que no necesita es ningún PIN. Tenemos que ganar educadamente pero con contundencia esta batalla.

La derecha española y la derecha de la derecha operan usando dosis excesivas de anestesia y administrando a los pacientes, aún medio adormilados, no menos excesivas dosis de ocurrencias. Así tapan sus deficiencias democráticas y alimentan sus delirantes añoranzas por figuras y estilos pasados.

Son osados y osadas nuestras derechas y no dudan en desacreditar a todo un colectivo de docentes, desde la primaria hasta la Universidad, cuestionando su labor profesional y dudando de su metodología a la hora de educar y al mismo tiempo convocan a los padres y les instan a reclamar el derecho de veto a los contenidos educativos dentro del horario escolar: la ocurrencia del pin parental.