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De la ley trans, divisiones en las izquierdas
La tramitación de la ley trans se ha convertido en un filón para las derechas y sus poderes mediáticos: se está utilizando para dividir a las izquierdas, los canales televisivos y mediáticos han encontrado un filón en el tema, dedicando múltiples horas a mostrar las diferentes posturas sobre cada disputa dentro del Gobierno, de cada partido y dentro del feminismo. Fricciones por ejemplo sobre el tema de la edad, qué agentes tienen que intervenir en cada procedimiento de transexualidad según se tenga 12, 14 o 16 años.
Hay que recordar que la población transexual, por definición, busca la transición “hombre a mujer” o “mujer a hombre”, mediante una intervención externa, medicalizada y/o mediante cirugía, por lo tanto la intervención médica estará siempre presente, negarlo es absurdo. El debate de cuándo y cómo interviene el personal médico en cada fase de la transición, según las edades, no puede constituir lo esencial de la discusión sobre un proyecto de ley. Debería de haber al menos un acuerdo de consenso en que sí que tienen que intervenir estos agentes externos en el diagnóstico en todo caso, para decidir habrá que recoger la opinión del personal experto en la materia y de las ciencias de la salud, no solo la opinión de los afectados. Ya que por definición la transexualidad se manifiesta en el deseo de someterse a tratamiento quirúrgico u hormonal para hacer que el propio cuerpo concuerde lo más posible con el sexo preferido.
Mientras, las derechas disfrutan de las peleas intestinas de las izquierdas, partiéndose de risa o diciendo, con su simpleza habitual, que la ley es un capricho de la izquierda y que la abolirán en cuanto lleguen al poder. No es un tema para tomárselo a guasa, la ley afectará a derechos fundamentales de futuras generaciones de la población afectada pero ¿de cuantas personas estamos hablando? En los informativos de las televisiones más “progresistas”, la Sexta, RTVE... ha habido días en que parecía que era el tema principal de vulneración de Derechos Humanos en la sociedad española. Entre todas las informaciones, solo una vez se ha comentado que “la población transexual supone alrededor del 0,1% en España, menos de 50.000 personas”, por supuesto no se ha explicado estas cifras ni se han dado las fuentes. Es muy difícil conocer las cifras reales, pero algunos estudios sí dan datos y son aun menores.
En la investigación de la doctora Mayra Chárriez Cordero (publicado en Griot, 2013) se realiza una recopilación de datos cuantitativos de múltiples fuentes que aporta: “las estadísticas mundiales señalan que hay 1:100,000 hombres que se sienten mujer psíquicamente y 1:200,000 mujeres que psíquicamente se consideran varones”. En un estudio realizado en 15 países europeos las cifras también son mínimas aunque un poco superiores, se consideró que hay 1 de cada 35.000 varones transexuales y una de cada 105.000 mujeres transexuales y en el caso de España los datos recopilados nos igualan a la media mundial. En conclusión, en España “se estima que … representan un total de 2,024 transexuales. Del total, tras el adecuado proceso diagnóstico serían candidatos a cirugía un máximo de 404 personas”, según la investigación citada de Cordero.
En un estudio más reciente, de Pedro González Fernández –UPV- sobre transexualidad en Euskadi (2022), los datos globales son superiores, pero mínimos: “Resultados: La frecuencia de la transexualidad en Euskadi es de 2.4 casos por cada 10.000 habitantes”. Es decir 0,024%. Las discrepancias entre los datos seguramente se debe a los que proceden de encuestas y a los que son de personas registradas, siempre menores.
No es un problema social comparable a otros, como la homofobia o los derechos de homosexuales, a veces se incluye en el mismo paquete mezclando todo lo relacionado con LGTBI, que sí afecta a un porcentaje de población importante, solo LGB representa entre el 10 y el 12 por ciento de la población. No es lo mismo hablar de problemas que afectan en España a varios miles de personas (entre el 0,024% y el 0,001%) que otros que incumben a cinco millones.
No digo que no se legisle sobre la transexualidad, digo que la agenda de los temas a debate público no nos la confeccionen los adversarios.
La tramitación de la ley trans se ha convertido en un filón para las derechas y sus poderes mediáticos: se está utilizando para dividir a las izquierdas, los canales televisivos y mediáticos han encontrado un filón en el tema, dedicando múltiples horas a mostrar las diferentes posturas sobre cada disputa dentro del Gobierno, de cada partido y dentro del feminismo. Fricciones por ejemplo sobre el tema de la edad, qué agentes tienen que intervenir en cada procedimiento de transexualidad según se tenga 12, 14 o 16 años.
Hay que recordar que la población transexual, por definición, busca la transición “hombre a mujer” o “mujer a hombre”, mediante una intervención externa, medicalizada y/o mediante cirugía, por lo tanto la intervención médica estará siempre presente, negarlo es absurdo. El debate de cuándo y cómo interviene el personal médico en cada fase de la transición, según las edades, no puede constituir lo esencial de la discusión sobre un proyecto de ley. Debería de haber al menos un acuerdo de consenso en que sí que tienen que intervenir estos agentes externos en el diagnóstico en todo caso, para decidir habrá que recoger la opinión del personal experto en la materia y de las ciencias de la salud, no solo la opinión de los afectados. Ya que por definición la transexualidad se manifiesta en el deseo de someterse a tratamiento quirúrgico u hormonal para hacer que el propio cuerpo concuerde lo más posible con el sexo preferido.