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COVID-19: empleo y ocupaciones en riesgo

La rápida propagación de la pandemia de Covid-19 está teniendo un impacto extraordinario en nuestras vidas. Con vistas a contener la expansión del virus, los gobiernos han decidido implementar una política inédita de confinamiento. Los indicios en China y, de forma más reciente, en Italia, demuestran que estas medidas terminarán dando sus frutos. Gracias a ello se habrán salvado miles de vidas. Mientras tanto, la crisis económica y social avanza con un ritmo igual de rápido, como indican las recientes cifras de empleo y paro registrado en nuestro país durante el mes de marzo.

Qué ocurrirá en los próximos meses cuando los efectos del confinamiento en Europa se hagan sentir con toda su fuerza es, a día de hoy, la gran incógnita. El propósito de esta entrada es identificar qué ocupaciones se enfrentan a un mayor riesgo de paralización debido a las políticas de confinamiento, cuantificar la posible pérdida de puestos de trabajo en diferentes escenarios y examinar cómo se verán afectados los diferentes sectores de la economía. Con ello, queremos dar cuenta de la magnitud del problema y de la necesidad de implementar medidas proactivas en el corto y medio plazo.

Para identificar las ocupaciones con mayor y menor riesgo de desempleo utilizamos un modelo propuesto por Charles Gascon, economista de la Reserva Federal de San Luis. Siguiendo su misma su metodología, hemos tomado la Encuesta de Población Activa de 2019 y hemos clasificado 169 ocupaciones detalladas como ocupaciones con “Alto Riesgo” o “Bajo Riesgo” de suspensión de actividad.

De acuerdo con el modelo de Gascon, todos los empleos referidos a servicios básicos (médicos, enfermeros, fuerzas de seguridad, trabajadores agrícolas, personal de limpieza no doméstica, etc.) son clasificados como trabajos esenciales y, en consecuencia, con bajo riesgo de desempleo. A este grupo añadimos también el conjunto de ocupaciones que se puedan desarrollar por teletrabajo (profesionales, técnicos y directivos) o que permitan mantenerse a distancia durante unos meses (profesores, maestros, investigadores, etc.). Por el contrario, aquellos trabajos que han visto su actividad completamente paralizada - empleados que atienden al público y trabajadores de la hostelería, comercio, industria y construcción-, son consideradas ocupaciones con alto riesgo.

Los resultados de esta clasificación aparecen resumidos en la Tabla 1. Como se puede observar,  aproximadamente el 47,7% de los empleados trabajan en ocupaciones con bajo riesgo de ver su actividad suspendida, mientras que algo más más de la mitad (52,3%) se ve afectado. La proporción de trabajadores en situación de alto riesgo desciende al 49% si excluimos de la muestra a los trabajadores públicos (funcionarios, personal laboral y trabajadores de empresas públicas).

 

Tabla 1: Empleo total y porcentaje del total para cada grupo de riesgo

 

En Estados Unidos, donde la crisis está golpeando de forma muy desigual en distintas regiones, se asume como escenario optimista que un 13% de los trabajadores con ocupaciones en riesgo perderán su empleo mientras que, en un escenario más pesimista, estos alcanzarían a la mitad de las ocupaciones en riesgo. El desempleo, que en febrero se situaba en un 3,5%, pasaría a un 9% en el primer caso, mientras que en el segundo alcanzaría un 25%. Este último escenario daría lugar al mayor nivel de paro desde la Gran Depresión.

En España, los cálculos son más complejos. Son muchos los autónomos obligados a cesar su actividad y los trabajadores eventuales que ven su contrato no renovado, provocando una subida del desempleo sin precedentes. Otros trabajadores, sin embargo, ven su actividad paralizada pero siguen estando empleados (caso del permiso obligatorio retribuido), o pasan a cobrar el desempleo aún estando dados de alta (ERTE). Haciendo abstracción de estas diferencias y suponiendo un escenario pesimista (la mitad de los trabajadores en ocupaciones de alto riesgo ven su actividad suspendida), habría 5 millones de trabajadores sin actividad y el porcentaje de desocupados alcanzaría el 36%[1]. Es importante tener estas cifras en mente cuando se levante el estado de alarma y algunas de las medidas de protección actuales dejen de estar vigentes.

Para entender mejor el efecto económico y social de una crisis de esta magnitud, en la Figura 1 hemos recogido estos resultados por rama de actividad. En ella se muestra la relación entre el riesgo de paralización económica (eje x), el salario medio según la contabilidad nacional del INE (eje y) y la actividad económica (el tamaño del punto refleja el peso de cada sector en el empleo total).

 

Figura 1. Relación entre sueldo bruto anual y riesgo de paralización económica por sectores de actividad

  

A primera vista se confirma que habrá situaciones muy distintas, con industrias poco afectadas (agricultura, sanidad, servicios a las empresas, etc.) y otras en donde el parón será prácticamente total (la hostelería o el servicio doméstico). Además, como indica la suave tendencia declinante de los puntos, los sectores con bajos salarios son los más afectados. Una vez más, la crisis golpea primero a los trabajadores en una situación más precaria y que cobran salarios más bajos.

[1] Cifra no ajustada por el efecto estacional ni por cambios en la población activa.

La rápida propagación de la pandemia de Covid-19 está teniendo un impacto extraordinario en nuestras vidas. Con vistas a contener la expansión del virus, los gobiernos han decidido implementar una política inédita de confinamiento. Los indicios en China y, de forma más reciente, en Italia, demuestran que estas medidas terminarán dando sus frutos. Gracias a ello se habrán salvado miles de vidas. Mientras tanto, la crisis económica y social avanza con un ritmo igual de rápido, como indican las recientes cifras de empleo y paro registrado en nuestro país durante el mes de marzo.

Qué ocurrirá en los próximos meses cuando los efectos del confinamiento en Europa se hagan sentir con toda su fuerza es, a día de hoy, la gran incógnita. El propósito de esta entrada es identificar qué ocupaciones se enfrentan a un mayor riesgo de paralización debido a las políticas de confinamiento, cuantificar la posible pérdida de puestos de trabajo en diferentes escenarios y examinar cómo se verán afectados los diferentes sectores de la economía. Con ello, queremos dar cuenta de la magnitud del problema y de la necesidad de implementar medidas proactivas en el corto y medio plazo.